Roja esfera ardiente. Peter Linebaugh
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Roja esfera ardiente - Peter Linebaugh страница 28
De acuerdo con Patrick Colquhoun, el escocés que transformó la policía de Londres, la opulencia crecía unida al aumento de su opuesta, la miseria, y eso ocurría por lo tanto con Soho Works. En la Nochebuena de 1800, William Fouldes, empleado insatisfecho y padre de cuatro hijos, atracó en compañía de otros la famosa fábrica. Con la complicidad de los vigilantes, echaron abajo la puerta del muro y se llevaron cincuenta o sesenta guineas del puesto de vigilancia. Fouldes se cayó al saltar por encima de los muros que rodeaban la fábrica y fue atropellado por el coche de Wolverhampton, rompiéndose el brazo. Un médico le cobró diez chelines y seis peniques por curarlo, y lo denunció[15].
La batalla de Culloden (1746) fue la culminación de una violenta expropiación de las Highlands escocesas y un factor en la terminación de su cultura. William Robertson, Adam Smith, Adam Ferguson y John Millar lo explicaron como una inevitabilidad histórica, porque se adaptaba a los estadios de la historia. Según ellos, dichos estadios eran cuatro, a saber, salvajismo (basado en la caza y la recolección), barbarie (basado en el pastoreo), feudalismo (basado en la agricultura) y civilización comercial (basado en la mercancía). Estos cuatro estadios no solo eran distintos entre sí, sino que se seguían uno a otro en una estricta correlación. Tenían una base económica, a la que correspondían distintas relaciones de gobierno, lenguaje, artes y cultura. Juntos equivalían a una teoría de la historia llamada «estadialismo», que estuvo desde entonces influida por los modelos evolutivos del progreso humano[16]. En el nuevo Estados Unidos, la teoría de los estadios anticipaba la aniquilación[17].
La mano oculta de Adam Smith y la división del trabajo en ambos sentidos, es decir, la mundialización del mercado y el fraccionamiento del trabajo, moldearon el cuarto estadio mediante la manufactura (des-cualificación de la mano). En La riqueza de las naciones (1776), describió la productividad de la división del trabajo en su famoso ejemplo sobre la fabricación de alfileres, en la que diferentes obreros se especializaban en estirar, cortar, enderezar, afilar, producir la cabeza, etc., aumentando así la productividad respecto a un obrero que efectúa todas las operaciones. La mano oculta de asignar recursos mediante la expansión del mercado y el fraccionamiento del trabajo destruyó la economía doméstica, por la cual una economía de subsistencia, no monetizada y autosuficiente proporcionaba un régimen de género en el que las mujeres tenían acceso independiente a recursos comunes. No se habían convertido aún en esas «amas de casa» del capitalismo patriarcal, cuyo valor monetario estaba representado, en el mejor de los casos, por el «dinero para gastos»[18].
En contraste con la tormenta y la tensión de la geopolítica, el punto de vista de la economía política parece proporcionar una interpretación de inevitabilidad sólida como una roca y determinismo histórico. El materialismo histórico, tal y como lo define Engels, «ve la causa final y la fuerza propulsora decisiva de todos los acontecimientos históricos importantes en el desarrollo económico de la sociedad, en las transformaciones del modo de producción y de cambio, en la consiguiente división de la sociedad en distintas clases y en las luchas de estas clases entre sí»[19]. El determinismo histórico es la ley del Imperio: el conocimiento del futuro se obtiene mediante estos métodos estadiales, y sus señales son las máquinas de la producción social. El martillo de vapor, la máquina hiladora, el telar mecánico, la desmotadora, etc., son instrumentos de producción que parecen transformar la actividad del trabajo con los recursos de la naturaleza. Las señales se han convertido en objetos inanimados, y la historia se ha objetivado. Engels decía que le debemos a Marx la concepción de que la lucha de clases y la producción mediante el plusvalor son los descubrimientos del socialismo científico[20].
Johannes Fabian ha afirmado que la distancia temporal se usa para alcanzar la objetividad, o la creación del Otro. Es por lo tanto un principio metodológico en la ciencia del «descubrimiento», puesto que el sujeto colonial habita una temporalidad diferente a la del científico o historiador de la potencia imperial. El estadialismo niega la coetaneidad, o la igualdad –la sensación de participar en el mismo proyecto, de pertenecer a la misma era– entre el imperio y la colonia. Sitúa a dominantes y dominados en diferentes temporalidades. La población indígena vive en una historia cercana a la atemporalidad formada en un pasado mitopoiético[21]. En contraste, la civilización vive deprisa, en un ajetreo infinito. Por esta lógica, Irlanda estaba condenada.
En 1788, tres hombres –James Hutton, John Playfair y John Hall– subieron a un barco. Su objetivo era examinar los afloramientos rocosos a lo largo de los acantilados en los que el mar del Norte golpea la escabrosa costa escocesa. En Siccar Point, la acción del mar revelaba estratos de arenisca roja antigua (Devónico) y grauvaca (Silúrico), que no estaban dispuestos horizontalmente. «Estaban en vertical, derechos, como una fila de libros en una estantería»[22]. Fue un momento iluminador. «La eternidad está enamorada de las producciones de tiempo», dijo Blake. «No hay en la naturaleza ninguna apariencia más específica que esta de las fisuras y separaciones en estratos perpendiculares. Los trabajadores en general las conocen como backs y cutters»[23]. Backs es un término minero que hace referencia a una partición diagonal en el carbón. Cutter es una junta o fisura que interseca el lecho o las líneas de estratificación. Los estratos perpendiculares o verticales demuestran que están formados por alguna fuerza distinta de la sedimentación.
El fuego subterráneo provoca que los océanos se sumerjan o las tierras se eleven. Los estratos verticales observados derivan de esos estallidos y elevaciones previos. «Las entrañas de la Tierra [son] el lugar de la potencia y la expansión»[24]. Las convulsiones, las fracturas y las dislocaciones renuevan la constitución de la Tierra. El peso sedimentado durante eras parece ser levantado, volcado, doblado, arrugado. Estas observaciones geológicas se produjeron al mismo tiempo que la reconstitución profética de la formación de la Tierra por parte de William Blake, y al mismo tiempo que las «montañas atlánticas». El ejército de Despard estaba compuesto por hombres y mujeres que eran también producto de las mismas fuerzas sociales que producían estos conocimientos en geología: los constructores de los canales (Regent’s Canal, Paddington Canal), los derrotados de las conquistas coloniales, y los desplazados que antes ocupaban los terrenos comunales. Despard intentó formar un ejército revolucionario liderado por veteranos irlandeses, trabajadores del metal en los nuevos negocios de ingeniería, peones de obra, trabajadores textiles desposeídos del norte de Inglaterra, y soldados y marineros veteranos.
En septiembre de 1802, los cortadores de la mayor fábrica de tejidos de lana de Leeds se pusieron en huelga para protestar contra el empleo de dos muchachos mayores de la edad reconocida para entrar como aprendices. Fue el pretexto para un enfrentamiento entre Benjamin Gott, por una parte, y los cortadores y todo el West Riding, por otra, acerca de la cuestión de los aprendices. Si los trabajadores perdían ese enfrentamiento, las circunstancias serían propicias para la descualificación, el trabajo infantil y la creación de esa fantasía capitalista, la anticomunidad imaginada del mercado