Antología. Ken Wilber

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Antología - Ken Wilber страница 10

Автор:
Серия:
Издательство:
Antología - Ken  Wilber

Скачать книгу

que representan un aumento en la totalidad y en la capacidad integradora –desde los átomos hasta las moléculas y las células, por ejemplo–. Ésta es la razón por la cual la jerarquía es un concepto tan central en la teoría de sistemas, la teoría de las totalidades u holismo («totalidad»). Ser parte de una totalidad mayor significa que esa totalidad proporciona un principio (un tipo de aglutinante) que no se encuentra en las partes aisladas y que permite que las partes se junten, se unifiquen, tengan algo en común, estén conectadas de formas que simplemente no podrían estarlo por sí solas.

      De esta manera, la jerarquía convierte las meras acumulaciones en totalidades y los fragmentos inconexos en redes de interacción mutua. Cuando se dice que «el todo es más que la suma de sus partes», ese «más» significa «jerarquía». Pero no significa dominación fascista sino una más alta o más profunda comunidad que reúne las hebras aisladas en una red real y unifica las moléculas en células o las células en organismos.

      Ésta es la razón por la cual los términos «jerarquía» y «totalidad» no suelen estar muy separados, como cuando Gardner dice que «un organismo biológico es una totalidad cuyas partes se hallan integradas en una totalidad jerárquica». Asimismo, Jakobson explica que la lengua es «simultáneamente una totalidad compuesta de partes y ella misma es una parte incluida en una totalidad mayor» e inmediatamente concluye «jerarquía, entonces, es el principio estructural fundamental». También es la razón por la que las jerarquías, a menudo, suelen representarse como una serie de círculos concéntricos o esferas o «figuras dentro de figuras». Como explica Goudge:

      El esquema general de niveles no debe ser contemplado como si fuera una sucesión de estratos geológicos o los distintos peldaños de una escalera. Estas imágenes no hacen justicia a las complejas interrelaciones que existen en el mundo real, que se asemejan mucho más a las muñecas de un juego de cajas chinas o a una serie de esferas concéntricas porque, según los evolucionistas, un nivel dado puede contener otros niveles dentro de sí [holones].

      Así, la habitual acusación de que las jerarquías son «lineales» está completamente fuera del lugar. Los diversos estadios de crecimiento de un sistema pueden, es evidente, describirse en un orden «lineal» de la misma manera que podemos hablar de la secuencia que va de la bellota, hasta la planta y, finalmente, el roble; pero resulta absurdo acusar por ello al roble de ser lineal. Como veremos, los estadios de crecimiento no son casuales o aleatorios sino que se atienen a algún tipo de pauta, pero llamar a esta pauta «lineal» no implica, en absoluto, que los procesos mismos sean rígidos y unidireccionales sino que, muy al contrario, son interdependiente y complejamente interactivos. Podemos utilizar las metáforas de «niveles», «escalas» o «estratos», pero sólo si ejercitamos un poco la imaginación para entender la complejidad que en realidad está implicada.

      Finalmente, toda jerarquía es asimétrica (el sufijo arquía significa “superior”), porque los procesos no ocurren a la inversa. La bellota evoluciona hasta convertirse en roble, pero no al revés. Primero hay letras, luego palabras, después frases y párrafos, pero no al revés. Los átomos se unen en moléculas, pero no al revés. Y ese «no viceversa» constituye una inevitable jerarquía, categoría u orden asimétrico de totalidades crecientes.

      Todas las secuencias del desarrollo o evolutivas de las que somos conscientes proceden por jerarquización o, lo que es lo mismo, por orden de holismo creciente como el que va, por ejemplo, de las moléculas a las células, los órganos, los sistemas orgánicos, los organismos y las sociedades de organismos. En el desarrollo cognitivo, descubrimos que la conciencia se desarrolla desde las imágenes simples, que representan sólo un día o un suceso, hasta los símbolos, y los conceptos que representan grupos enteros o clases de cosas y sucesos hasta las leyes que organizan e integran numerosas clases y grupos en redes completa. En el desarrollo moral (tanto masculino como femenino), encontramos un hilo conductor que va desde el sujeto aislado hasta el grupo o tribu de sujetos relacionados y después hasta toda una red de grupos más allá de cualquier elemento aislado. Y así sucesivamente.

      (A veces se ha dicho que Carol Gilligan no sólo negó la naturaleza específica de los estadios del modelo de Kohlberg, sino todo su planteamiento jerárquico pero eso, simplemente, no es verdad. De hecho, Gilligan acepta por completo el modelo general de Kohlberg que discurre a través de tres estadios o niveles jerárquicos que van desde lo preconvencional a lo convencional y lo postconvencional o «metaético»; lo único que niega es que la lógica de la justicia sea la única que se valore en esta secuencia. Así pues, el énfasis masculino en los derechos y la justicia debe verse complementado con la lógica del respeto y el cuidado con el que las mujeres evolucionan a través de la misma jerarquía.)

      Como ya he señalado, estas redes jerárquicas se despliegan necesariamente de forma secuencial o por niveles (estadios), porque primero tiene que haber moléculas para que luego existan células, después órganos y después organismos complejos. En otras palabras, el crecimiento se da por etapas, y éstas, obviamente, se hallan escalonadas en orden lógico y cronológico. Las estructuras más holísticas aparecen en una fase posterior del desarrollo porque han de esperar hasta la emergencia de las partes que integrarán y unificarán, de la misma forma que las frases con letras sólo aparecen después de que lo hayan hecho las palabras completas.

      Y algunas jerarquías implican un tipo de red de control. Como señala Roger Sperry, los niveles inferiores (es decir, los niveles menos holísticos) pueden afectar a los superiores (o más holísticos) a través de lo que él denomina «causación ascendente». Pero de igual importancia es, nos recuerda, el efecto o control que los niveles superiores pueden ejercer sobre los inferiores (la llamada «causación descendente»). Por ejemplo, cuando decides mover el brazo, todos tus átomos, moléculas y células se moverán con él; esto es un caso de causación descendente.

      Los elementos de cualquier nivel dado dentro de un modelo jerárquico operan por heterarquía, es decir, ningún elemento parece ser más o menos importante o dominante y cada uno contribuye de forma más o menos equiparable a la salud de la totalidad del nivel (el llamado «bootstrapping»). Pero una totalidad de orden superior puede ejercer una influencia definitiva sobre cada uno de sus elementos compositivos. De nuevo, cuando uno decide mover el brazo, su mente –una organización holística de orden superior– ejerce su influencia sobre las células de su brazo que son totalidades de orden menor, pero no viceversa: una sola célula del brazo no puede decidir que se mueva todo el brazo (de la misma forma que la cola no mueve al perro).

      Por esta razón los teóricos de sistemas tienden a decir que la heterarquía sucede dentro de cada nivel, mientras que la jerarquía ocurre entre niveles diferentes.

      En cualquier secuencia de desarrollo o crecimiento, a medida que surge un estadio u holón más abarcante, incluye las capacidades, pautas y funcionamientos de la etapa anterior (de los holones previos) y le añade sus propias capacidades únicas (y más abarcadoras). En este sentido –y sólo en él–, puede decirse que el nuevo holón es «más elevado» o «más profundo». Los átomos incluyen células que, a su vez, incluyen moléculas que, a su vez, incluyen átomos (pero no viceversa).

      Así, cualquiera que sea la importancia del valor del estadio previo, el nuevo estadio lo tiene incorporado en su propia constitución y también tiene algo más (más capacidad de integración, por ejemplo), y ese «algo más» significa «más valor» con respecto al estadio previo (menos abarcante). Esta crucial definición de estadio «más elevado» fue introducida en Occidente por primera vez con Aristóteles y en Oriente por Shankara y Lao Tzu y, desde entonces, ha sido fundamental para los estudios evolutivos.

      Un ejemplo rápido: en el desarrollo moral y cognitivo, tanto en el niño como en la línea, el estadio de pensamiento «preoperacional» o preconvencional está referido principalmente al propio punto de vista del individuo («narcisista»). El siguiente estadio, el operacional o convencional, sigue teniendo en cuenta el punto de vista propio del individuo, pero le añade la capacidad de tener en

Скачать книгу