La traición en la historia de España. Bruno Padín Portela
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[116] Ibid., p. 369.
[117] D. Wasserstein, The Rise and Fall of the Party-Kings. Politics and Society in Islamic Spain, 1002-1086, Princeton, Princeton University Press, 1985, pp. 262-263. Diego Catalán sostuvo que la mitificación del Cid partió de Alfonso X y sus historiadores, quienes elaboraron los textos sujetos «ya no sólo a los contenidos narrativos de esas fuentes cidianas latinas y árabes, sino al prejuicio, universalmente asentado, de que ese personaje de rango secundario era un héroe nacional, el héroe nacional por excelencia», El Cid en la historia y sus inventores, Madrid, Fundación Ramón Menéndez Pidal, 2002, p. 257.
[118] F. J. Peña Pérez, «El Cid, un personaje transfronterizo», Studia historica. Hisoria Medieval 23 (2005), pp. 207-217.
[119] J. de Mariana, Historia, vol. 1, p. 470.
[120] M. Lafuente, Historia, vol. 2, p. 494.
[121] M. Morayta, Historia, vol. 2, p. 155.
[122] M. Colmeiro, Reyes cristianos desde Alonso VI, vol. 4, p. 17.
[123] Mariana refiere, a este respecto: «En el mismo tiempo que se dio principio a la conquista de Toledo, el Cid continuaua la guerra en Aragon, con mucha prosperidad: ganó de los Moros diuersos castillos y pueblos por toda aquella tierra, solo para ser colmada su felicidad, le faltaua la gracia de su rey, la qual el mucho deseaua», Historia, vol. 1, p. 443.
[124] R. Menéndez Pidal, La España del Cid, vol. 1, p. 304.
[125] Ibid., p. 37.
[126] Estas virtudes entusiasmaban a los musulmanes incluso tras tomar el Cid sus ciudades. Así, dice Morayta: «Desde lo más alto de la más alta torre saludó el Cid á la heróica ciudad. Sus primeras disposiciones fueron tan justicieras y tan respetuosas para los moros, que éstos se hacían lenguas de el diciendo, que jamás habían conocido un hombre más honrado (…) Maravillados quedaron los islamitas de aquellas excelentes razones del Cid», Historia, vol. 2, pp 164-165.
[127] A. Gambra, «Alfonso VI y el Cid. Reconsideración de un enigma histórico», en C. Hernández Alonso (coord.), Actas del Congreso Internacional El Cid, poema e historia (12-16 de julio, 1999), Burgos, Ayuntamiento de Burgos, 2000, p. 190.
[128] C. Smith (ed.), Poema de Mio Cid, Madrid, Cátedra, 1994.
[129] Acerca del papel castellano en la construcción de la historia española véase A. Morales Moya, «La interpretación castellanista de la historia de España», en A. Morales Moya y M. Esteban de Vega (eds.), ¿Alma de España? Castilla en las interpretaciones del pasado español, Madrid, Marcial Pons, 2005, pp. 21-55.
[130] J. S. Pérez Garzón, «Castilla heroica, Castilla culpable: cuestiones de nacionalismo español», en P. Carasa (coord.), La memoria histórica de Castilla y León: historiografía castellana en los siglos XIX y XX, Valladolid, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 2003, p. 331. Véanse, sobre esta cuestión, los siguientes trabajos de M. Esteban de Vega: «Historias generales de España y conciencia nacional», Revista de História das Ideias 18 (1996), pp. 45-61; «Castilla en la configuración de la historia nacional española», en M. Redero San Román y M.a D. de la Calle Velasco (eds.), Castilla y León en la historia contemporánea, Salamanca, Universidad de Salamanca, 2008, pp. 41-70; «Castilla en la primera historiografía nacional española, 1833-1900», Alcores 12 (2011), pp. 19-35.
[131] J. Ortega y Gasset, España invertebrada. Bosquejo de algunos pensamientos históricos, Madrid, Artes de la Ilustración, 1921, p. 31.
[132] M. Esteban de Vega, «Castilla y España en la Historia general de Modesto Lafuente», en A. Morales Moya y M. Esteban de Vega (eds.), ¿Alma de España? Castilla en las interpretaciones del pasado español, Madrid, Marcial Pons, 2005, p. 114.
[133] M. Morayta, Historia, vol. 2, p. 155.
[134] I. Fox, La invención de España, p. 105.
[135] R. Menéndez Pidal, Castilla, la tradición, p. 39.
[136] M.a E. Lacarra, «La utilización del Cid de Menéndez Pidal en la ideología militar franquista», Ideologies and Literature 12 (1980), pp. 95-127. Más recientemente véase F. J. Peña Pérez, «La sombra del Cid y de otros mitos medievales en el pensamiento franquista», Norba 23 (2010), pp. 155-177. No debemos pensar que el Cid sirvió únicamente a los propósitos franquistas, ya que fue manipulado también por los republicanos, quienes reivindicaban, según F. J. Peña, la memoria cidiana como expresión simbólica de la lealtad al orden legalmente establecido y de resistencia a la invasión «extranjera»: «El mito del Cid en la sociedad española contemporánea», Arqueología, historia y viajes sobre el mundo medieval 36 (2010), p. 72.
[137] R. Crespo-Vila, «Reescrituras cidianas: Rodrigo Díaz de Vivar y la condición posmoderna», Cuadernos de Aleph 7 (2015), pp. 31-52.
[138] F. Wulff, Las esencias patrias, p. 216.
V
TRAICIONES, TENTACIONES Y APOSTASÍA. LOS CASOS DEL ABAD DON JUAN DE MONTEMAYOR, LA CONDESA TRAIDORA Y LA MORA ZAIDA EN LA HISTORIOGRAFÍA ESPAÑOLA
Vamos a hablar en las siguientes páginas de una serie de escenas que envuelven la idea de traición, conversión y convivencia entre musulmanes y cristianos en la Edad Media. Se trata de dos leyendas, la del abad don Juan de Montemayor y la condesa traidora y, por otro lado, la de la comúnmente llamada mora Zaida, concubina o esposa legítima de Alfonso VI, dependiendo de las versiones a las que se acuda. Integraremos estas narraciones dentro de un discurso más global, como es el de las historias generales de España escritas de forma más o menos regular desde que el padre Juan de Mariana redactase la suya en las postrimerías del siglo XVI, ya que serán las responsables de la construcción de una determinada identidad, la española, y de ofrecer la visión predominante del pasado patrio.
La traición es un elemento esencial desde la Antigüedad para comprender en buena medida la evolución del discurso histórico español. Existen numerosos ejemplos que tienen como protagonistas a personajes