Terapia craneosacra I. John E. Upledger
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1No obstante, los anatomistas italianos a comienzos de la década de 1900 enseñaban que la osificación de las suturas del cráneo era patológica en los humanos adultos. Estas ideas contradicen las de los anatomistas británicos, que enseñaban la doctrina de la osificación de las suturas y la inmovilidad del cráneo como un estado normal (Anatomia Umana, Vol. 1, 1931, del catedrático Guiseppe Sperino, pág. 203).
2Este trabajo está en curso en colaboración con el Dr. E. W. Retzlaff del Michigan State University Department of Biomechanics.
Capítulo 2
El concepto craneosacro: terminología básica
La mayoría de los lectores de este libro cuentan con buenos conocimientos de anatomía y fisiología, si bien muchos términos y conceptos empleados en la Terapia craneosacra no se destacan mucho en los cursos normales de anatomía y fisiología. Otros términos tienen significados específicos en la Terapia craneosacra que difieren de los que se usan en otros campos de la medicina. Por tanto, antes de pasar al cuerpo principal del libro, queremos repasar en este capítulo la terminología anatómica, fisiológica y terapéutica más importante que se emplea en la Terapia craneosacra, así como el lenguaje de la posición anatómica. Muchos de estos términos se expondrán con mayor detalle en capítulos posteriores del libro.
EL SISTEMA CRANEOSACRO
Se trata de un sistema fisiológico que hace poco que goza de reconocimiento. Posee actividad rítmica fisiológica propia. Cuenta con todas las características de un sistema hidráulico semicerrado. Anivel funcional, está íntimamente relacionado con el sistema nervioso central, el sistema nervioso vegetativo, el sistema neuromusculosquelético y el sistema endocrino. Sus límites están formados por las meninges, específicamente la duramadre. La entrada de líquido en el sistema se realiza por el plexo coroideo, que permite el paso de líquido del sistema vascular al sistema ventricular del encéfalo. El plexo coroideo es selectivo en el paso de sustancias de la sangre al sistema craneosacro. El líquido que sale del plexo coroideo se llama líquido cefalorraquídeo (LCR). Este LCR vuelve al sistema venoso por medio de las vellosidades aracnoideas. Estas vellosidades se concentran sobre todo en el seno sagital dentro de la bóveda del cráneo, pero también se hallan en número significativo por todo el sistema de drenaje venoso intracraneal.
Hay un sistema hidráulico semicerrado compuesto por la duramadre y sus contenidos. La duramadre es esencialmente impermeable al líquido cefalorraquídeo que contiene. La entrada o salida de líquido del sistema se produce por medio de estructuras hísticas especializadas (plexos coroideos y vellosidades aracnoideas) que se encuentran bajo control homeostático. Estos mecanismos de entrada y salida permiten calificar el sistema hidráulico de semicerrado.
Los mecanismos homeostáticos son mecanismos autorreguladores y autoequilibradores que dependen de bucles de retroalimentación. Los sistemas biológicos contienen mecanismos homeostáticos que les permiten efectuar una adaptación instantánea a los cambios constantes en el ámbito interno y externo. Un ejemplo de mecanismo homeostático en el ser humano es la producción de la hormona tiroidea por el tiroides, que está bajo el control de la hormona tiroestimulante de la hipófisis. Ésta recibe información sobre si debe o no liberar más hormona tirostimulante en el torrente circulatorio a partir del nivel de hormona tiroidea en la sangre, que la hipófisis controla constantemente. La glucemia, el calor corporal, la tensión arterial y otro millón de actividades del cuerpo se regulan constantemente mediante mecanismos homeostáticos.
Como sistema hidráulico, los límites del sistema craneosacro, las membranas durales, reciben forma por la presión del líquido dentro del sistema y por sus caras más rígidas, los huesos del cráneo a los que la membrana se inserta con firmeza y en numerosos puntos dentro de la bóveda del cráneo. Este diseño permite considerar los huesos del cráneo funcionalmente como «puntos rígidos» de la membrana dural. Estos puntos rígidos se usan como indicadores en el diagnóstico y como puntos de manipulación en el tratamiento.
El sistema hidráulico semicerrado craneosacro obedece las leyes de la mecánica de líquidos. El líquido cefalorraquídeo que llena el sistema es en gran medida incompresible y, por tanto, se comporta como el agua. Creemos que, aunque el LCR se mueva dentro del sistema, el movimiento tiene una velocidad baja y poca fuerza. Por tanto, sugerimos en la actualidad que el líquido cefalorraquídeo obedece las leyes de la mecánica de líquidos como si fuera estático.
Como los líquidos presentan fuerzas de deslizamiento lateral insignificantes dentro de sus límites, la aplicación de cualquier fuerza en la superficie del líquido se transmite por igual en todas direcciones. Por tanto, cuando aplicamos una presión o fuerza en un área del límite del sistema hidráulico, la fuerza resultante se transmite por igual a través del líquido cefalorraquídeo a todos las áreas fronterizas del sistema. Esta característica hace al sistema craneosacro susceptible de pertenecer a los tipos de tratamiento en «perdigonada».
También debemos tener presente que este sistema hidráulico comprende el encéfalo, que es más compresible que el líquido cefalorraquídeo. Una presión fuerte sobre el límite extremo del sistema se transmite por el LCR, relativamente incompresible, hasta la materia más compresible del encéfalo.
MENINGES
Las meninges del sistema craneosacro son la duramadre, la aracnoides y la piamadre.
La duramadre es el manto externo de las tres meninges, que envuelve el encéfalo y la médula espinal. Se compone de tejido conjuntivo duro, relativamente inelástico que se fusiona con la cara interna del cráneo. Forma láminas verticales, la hoz del cerebro y del cerebelo, que separan los hemisferios del cerebro y el cerebelo respectivamente. También forma bilateralmente láminas bastante horizontales –la tienda del cerebelo–, que separan el cerebro del cerebelo. La duramadre contiene el líquido cefalorraquídeo y, por tanto, forma el sistema hidráulico craneosacro. Este manto también se denomina membrana dural.
La aracnoides es fina, delicada y está vascularizada. Se halla separada de la duramadre y la piamadre por el espacio subdural y la cavidad subaracnoidea. La aracnoides no sigue las circunvoluciones del encéfalo. Los espacios que separan la aracnoides de la duramadre externamente, y de la piamadre internamente, están llenos de líquido. Esto permite cierto grado de movimiento independiente entre las tres meninges.
La piamadre es el manto interno y delicado, muy vascularizado, de las meninges. Sigue las circunvoluciones del encéfalo y la médula espinal y a su cargo está el riego sanguíneo.
Como las tres meninges tienen movimiento independiente, una de las funciones para las que sirven es que la columna gire y se doble sin mover o someter a tensión la médula espinal. En casos de aracnoiditis, en los que se pierde esta capacidad por la inflamación y adherencia de la aracnoides a las otras meninges, se produce un dolor intolerable durante ciertos movimientos vertebrales.
MEMBRANA DURAL
Esta frontera del sistema hidráulico semicerrado craneosacro cuenta con varias inserciones óseas. Estas inserciones actúan de anclajes por medio de los cuales las tensiones de la membrana dural se transmiten a los tejidos conjuntivos situados fuera del sistema. Es por virtud de estas inserciones óseas comunes entre la duramadre y los tejidos conjuntivos que los patrones anormales de tensión cruzan la frontera dural. Por el contrario, y más fácil de determinar, es el hecho de que a través de estos anclajes comunes los tejidos conjuntivos del sistema craneosacro transmiten tensiones al sistema de la membrana dural. Por medio de la continuidad dural,