Cómo volar un caballo. Кевин Эштон

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Cómo volar un caballo - Кевин Эштон Alta Definición

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de sus conclusiones fue: “Si se introduce una situación en cierta estructura perceptual, el pensamiento alcanza una estructura contraria sólo ante la resistencia de la estructura anterior”.12

      O sea, las ideas viejas obstruyen a las nuevas.

      Tal fue el caso del trabajo de Duncker. Pocos psicólogos leyeron o entendieron On Problem-Solving en su totalidad y no porque fuera complicado, sino porque viejas ideas los hacían resistirse a él. Hoy esa monografía se conoce, sobre todo, por el problema de la caja, también llamado, incorrectamente, problema de la vela. Este problema atrajo más atención que los demás. Psicólogos y autores que trabajan sobre la creación lo han examinado más de cincuenta años.13 He aquí su encarnación moderna.

      Imagínate en un cuarto con una puerta de madera. En él hay una vela, una cajetilla de cerillos y una caja de tachuelas. Usando únicamente estas cosas, ¿cómo fijarías la vela a la puerta de tal modo que puedas encender aquélla, hacerla que arda normalmente y disponer de luz para leer?

      A la gente se le suelen ocurrir tres soluciones. Una es derretir parte de la vela y usar la cera derretida para pegar la vela en la puerta. Otra es clavar la vela en la puerta con una tachuela. Ambas son aceptables, aunque no del todo. La tercera, propuesta sólo por una minoría, es vaciar la caja de tachuelas, clavarla en la pared y usarla para sostener la vela.

      Esta última solución tiene una peculiaridad: uno de los objetos, la caja, se usa para algo diferente a su propósito original. En algún momento, la persona que resuelve el problema deja de verla como algo que contiene tachuelas, para verla como algo para sostener la vela.

      Este cambio, conocido como introspección, es considerado importante para algunos de quienes reflexionan sobre la creatividad. Sospechan que hay algo notable en ver la caja de otra manera y que ese cambio es un salto como el que experimentamos al ver aquella foto de un jarrón que podrían ser dos caras, o de una anciana que podría ser una joven, o de un pato que podría ser un conejo. Una vez que damos este “salto”, resolvemos el problema.

      Siguiendo a Duncker, los psicólogos han generado muchos enigmas parecidos, como el problema de Charlie:

      Dan llega a casa una noche después del trabajo, como de costumbre. Abre la puerta y entra a la sala. Ve a Charlie en el piso, muerto. Hay agua en el suelo y vidrios rotos. Tom también está ahí. Dan mira rápidamente la escena y sabe al instante qué sucedió. ¿Cómo murió Charlie?14

      Y el problema de la cuerda y el prisionero:

      Un prisionero intenta escapar de una torre. Encuentra en su celda una cuerda la mitad de larga para llegar sano y salvo al suelo. La corta a la mitad, amarra ambas partes y escapa. ¿Cómo lo logró?15

      Y el problema de los nueve puntos:

      Imagina tres hileras de tres puntos, uniformemente espaciados para componer un cuadrado. Une los puntos usando sólo cuatro líneas rectas sin despegar el lápiz del papel.

      Todos estos problemas se resuelven del mismo modo: con el equivalente de darse cuenta de que no todo es lo que parece. Charlie es un pez; Tom es un gato, que derribó la pecera de Charlie y provocó su muerte. El prisionero no cortó la cuerda a lo ancho, como imaginamos naturalmente, sino a lo largo. Los nueve puntos se unen trazando líneas que se extienden más allá del “cuadrado” formado por los puntos. Éste es el origen de la frase “Pensar fuera de la caja”.16

      ¿Quiere esto decir que la mente da saltos? Esta pregunta puede contestarse con un problema más, el de la banda de lunares:

      Julia duerme en un cuarto cerrado con llave. Junto a su cama hay una campana para llamar al ama de llaves. Junto al mango de la campana hay una abertura que comunica con la habitación contigua. El cuarto contiene una caja fuerte, una cadena para perro y un tazón para leche. Una noche, Julia grita. Se oye un silbido y un estruendo. Julia es encontrada agonizante con un cerillo quemado en la mano. No hay rastros de violencia. No hay mascotas en la casa. Su cuarto se mantenía cerrado con llave. Sus últimas palabras fueron: “La banda de lunares...”. ¿Cómo murió Julia?

      Éste no es un problema psicológico. Es el resumen de un cuento protagonizado por Sherlock Holmes y escrito por Arthur Conan Doyle en 1892.17 Julia murió mordida por una serpiente venenosa entrenada para arrastrarse por la abertura y regresar al silbido del asesino. Éste mantenía encadenada a la serpiente y la alimentaba con la leche. El estruendo fue el ruido que hizo al esconder a la víbora en la caja fuerte tras el homicidio. Luego de ser mordida, Julia encendió un cerillo para alumbrarse, y alcanzó a ver al animal, que le pareció una “banda de lunares”.

      Holmes resuelve esto observando que el único acceso al cuarto cerrado con llave es la abertura. Deduce que, como Julia murió pronto y sin señales de violencia, es probable que haya sido envenenada. Por lo tanto, algo pequeño y ponzoñoso pasó por la abertura. La cadena para perro sugiere que se trata de un animal, no de un gas, y el tazón descarta insectos como arañas. Las últimas palabras de Julia, acerca de una banda de lunares, parecen misteriosas al principio, pero ahora semejan una referencia a la solución restante más probable: una serpiente, enseñada a responder al silbido de su amo. El estrépito indica que el animal está en la caja fuerte.

      Holmes es un personaje de ficción célebre por detectar, no por crear. Él mismo describe su proceso como “observación y deducción: elimina todos los demás factores, y el que resta debe ser la verdad”. No resuelve el asesinato de Julia con un salto creativo. El “discernimiento” que da inicio a su proceso de deducción —que el único acceso al cuarto cerrado con llave es la abertura— es una observación. De ésta se desprende la inesperada solución de que una serpiente mató a Julia.18

      La mente no da saltos. La observación, evaluación y repetición, y no cambios repentinos de percepción, resuelven los problemas y nos llevan a crear. Podemos ver esto usando la técnica de Duncker: observando a la gente mientras resuelve el problema más famoso de ese autor.

      3 PASOS, NO SALTOS

      Muchos individuos no usan palabras para pensar, pero todos podemos verbalizar nuestros pensamientos sin afectar nuestras habilidades de resolución de problemas.19 Escuchar a la mente muestra cómo funciona el pensamiento. Robert Weisberg pidió a varias personas pensar en voz alta mientras se ocupaban del problema de la caja de Duncker.20 Cambió éste incluyendo clavos además de tachuelas y sustituyendo la puerta de madera por un pedazo de cartón. Las personas con las que trabajó tenían estos objetos frente a sí. Se les pidió imaginar soluciones, pero no ponerlas en práctica.

      He aquí los pensamientos de tres personas a las que no se les ocurrió usar la caja de tachuelas como candelero:

      PERSONA 1: Derretir la vela y tratar de fijarla. Se sostendrá verticalmente sobre un clavo, pero se romperá. Ponerla de lado y clavarla. Parece pesada. Ponerle uno o dos clavos juntos, aunque tal vez no se sostenga. Yo podría... no, no podría.

      PERSONA 2: Considero los clavos, pero no perforarán, así que ¿de qué otra forma fijar la vela? Atravesarla con un clavo en posición vertical. En posición horizontal. No voy a poder usar los cerillos. Poner clavos en el pabilo y bajo la vela...

      PERSONA 3: Se me ocurre que puede tomarse un clavo y hundirlo, pero la vela se partiría. Usar entonces los cerillos para derretir un poco de cera, y luego usar los clavos... no, así no. Sujetar varios clavos juntos y poner la vela encima...

      Y he aquí los pensamientos de tres personas a las que se les ocurrió usar la caja de tachuelas para sostener la vela:

      PERSONA

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