Desafíos en la formación de psicólogos de las organizaciones y el trabajo. Группа авторов

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Desafíos en la formación de psicólogos de las organizaciones y el trabajo - Группа авторов

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en esa propuesta, algunas cuestiones requieren de una atención diferenciada para que la actuación en una POT sea amplia, en el sentido de las realidades actuales del mundo del trabajo, y para que regiones enteras, como América Latina, puedan tener opciones y respuestas concretas en la diversidad y la complejidad histórica y actual del trabajo, las relaciones y los contextos particulares.

      Esta diversidad de coexistencia y formas de trabajar ha tenido focos particulares en el caso de la POT, y el mayor interés se ha centrado históricamente en la figura del empleo, lo que ha dado lugar al desarrollo de modelos teóricos y repertorios instrumentales que mantienen esa modalidad de trabajo como referente ubicado en organizaciones de trabajo que a su vez tienen como referente empresas grandes (Rentería, 2009).

      Las formas de reinstitucionalización del mundo del trabajo en las tres últimas décadas a nivel global no han sido ajenas para América Latina. Una de las más importantes ha sido parte de las diversas formas de reestructuración productiva y de los cambios en los modelos económicos: la disminución estructural de los cupos de empleo tradicional (Bridges, 1997; Castel, 2010). Este tipo de cuestiones, aparentemente nuevas, contrasta con otras realidades de América Latina, como el hecho de que históricamente el 50% de la población económicamente activa, o en edad de trabajar, trabaja en la economía informal o en trabajos informales (Jiménez, 2012). Llama la atención que lo que para algunos pueden ser nuevas formas o modalidades de trabajo, en realidad son formas de producción tradicionalmente presentes en la historia de la humanidad –el trabajo por cuenta propia, el trabajo tipo outsourcing o tercerizado, el trabajo asociativo–, que actualmente son reinstituidas y normatizadas para dar cuenta de opciones con las que la actividad social del trabajo se desarrolla, como se ilustra en la figura 3.1.

      Algunas cuestiones para una POT actualizada en las formas actuales de trabajo podrían centrarse en la consideración de los cambios en algunos de los principales elementos que atraviesan las relaciones de trabajo, considerando las condiciones y los contextos en los que efectivamente se concretizan. A continuación, se identifican algunas categorías que ocupan un lugar central en nuestra área, pero que requieren de reconceptualizaciones si queremos producir conocimientos más adecuados para nuestra realidad actual. Adicionalmente, estas categorías permiten apuntar algunas cuestiones relevantes para una formación en POT que acepte la diversidad, la simultaneidad y las transversalidades del mundo del trabajo, particularmente en América Latina (Rentería y Malvezzi, 20018; Caetano, 2012) y en las formas de trabajar. Esos parámetros son normalmente utilizados para caracterizar las relaciones de trabajo en contextos y condiciones de empleo, son útiles en el momento en que nos preguntamos qué tanto la POT cubre ese espectro amplio, y cómo esferas como la de la psicología social del trabajo se entrecruzan y en ocasiones se polarizan sin que necesariamente se consideren aspectos propios del mundo del trabajo, como actividad relacional concreta en contextos y condiciones igualmente concretos, que se mantienen en los implícitos o en los explícitos asumidos desde los referentes conceptuales o de intervención adoptados consciente, reflexivamente o no en el plano disciplinar o profesional.

      El lugar de desempeño o actividad como referente de lugar se expande de lo estable hacia lo variable, del sedentarismo hacia el nomadismo. La estructura temporal varía de la regularidad a la variabilidad como constante –el movimiento como constante–. Las relaciones de subordinación y disponibilidad oficializadas se confunden con autonomías controladas (Enriquèz, 2000) como referente de ser. El contenido y la forma del trabajo pasan de lo meramente prescrito a consignas que llaman la atención sobre la reactividad o la proactividad limitada, sobre lo prescrito y lo necesario. El rendimiento pasa por otros criterios que implican el paso del desempeño a los resultados, e incluye el control de la valoración de los motivos. Finalmente, en lo relativo a las formas de compensación, se asume y se confunde la cuestión del salario estable con los ingresos variables, lo que necesariamente afecta el bienestar y la calidad de vida en el empleo o en el trabajo, según la modalidad del trabajo y la economía en la que se sitúe la forma concreta para las personas que trabajan o no.

      Esta mirada sobre el mundo de los contextos y las relaciones de trabajo deja abierto el espacio para considerar y reconsiderar los aciertos y vacíos, las decisiones y particularmente las implicaciones para la formación y la actuación profesional en POT (Rentería y Malvezzi, 2018).

      Reflexiones finales

      El presente capítulo partió de una problematización de las relaciones entre ciencia, formación profesional y actuación o ejercicio profesional en el campo de la POT, con el objetivo de reflexionar sobre qué tanto la realidad del mundo del trabajo, su complejidad y sus transformaciones en América Latina están siendo consideradas en esos tres dominios.

      Históricamente hay tensiones entre los campos científico y profesional, cuyas demandas específicas constituyen ethos propios que, muchas veces, dificultan el diálogo necesario que debe existir entre ambos. De la misma manera en que no es posible pensar una ciencia desvinculada de una práctica potencial, es difícil imaginarse una práctica profesional que no se apoye fuertemente en los resultados de investigaciones científicas. Si por un lado la ciencia, en el caso específico de la POT, está atravesada por múltiples perspectivas paradigmáticas, genera modelos y prioriza estrategias de investigación bajo su responsabilidad, la práctica profesional está influenciada por la presión para solucionar fenómenos y problemas, y por una industria que pone a disposición modelos que están listos, a manera de salvadores, muchas veces sin el suficiente respaldo de evidencias empíricas sobre su pertinencia y, casi siempre, sin examinar el contexto específico en el cual la intervención se lleva a cabo. La transposición de modelos de intervención de realidades muy distantes encuentra también prácticas equivalentes cuando el científico importa modelos analíticos de fenómenos sin considerar los contextos cultural, político y social de la realidad que estudia. En la POT vemos que problemas como esos son fácilmente encontrados por parte de la comunidad científica, o de la profesional.

      Investigadores y profesionales deben enfrentar de forma más efectiva la necesidad de considerar, en sus múltiples dimensiones, el contexto en que se enmarcan. En el caso de la producción científica, el diálogo indispensable con el conocimiento y las metodologías desarrolladas en países “centrales” no debe impedir la identificación de singularidades con las que los fenómenos del mundo del trabajo y de las organizaciones se constituyen en las múltiples realidades latinoamericanas. Tales realidades son configuraciones históricamente construidas que hacen que la persona que trabaja, el trabajo, las condiciones de trabajo, las organizaciones y sus políticas tengan especificidades que no necesariamente son aprehendidas por los estudios internacionales, y que, por consiguiente, no serían explicadas o comprendidas a la luz de los referentes construidos “allá afuera”. Las dinámicas o los procesos implicados en las actividades de trabajo en organizaciones de diversos tipos requieren de su estudio sin el supuesto de que ocurren, acá, de la misma forma en que suceden allá.

      Además, se debe trabajar con el supuesto de que tales singularidades son contribuciones importantes para la construcción de modelos más universales que explican cómo los procesos de organización y de trabajo se concretizan. Si no se considera la condición periférica en la que los países de América Latina se adjuntan a procesos de globalización económica y al proceso de los avances tecnológicos, no es posible entender las especificidades desde las cuales el trabajo, el trabajador y las organizaciones están siendo afectados por estos procesos. A la par con los elementos comunes, el desempleo en América Latina no tiene el mismo impacto o significado que en los países que representan el capitalismo central, y aún entre ellos no es lo mismo cuando son comparados los que cuentan con políticas de bienestar social más o menos desarrolladas con los que no. De la misma forma, las políticas de capacitación y cualificación no son las mismas en las empresas de los países considerados desarrollados, donde están sus centros de investigación y desarrollo,

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