Desafíos en la formación de psicólogos de las organizaciones y el trabajo. Группа авторов

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Desafíos en la formación de psicólogos de las organizaciones y el trabajo - Группа авторов

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y que cubre buena parte de la diversidad de las áreas de la psicología. Ese no es el cuadro general de la mayoría de las IES aisladas, con cuerpos docentes reducidos, en los cuales es frecuente que haya apenas uno o dos profesores que cubran el área de la POT, lo que hace inviable la constitución de un énfasis curricular sólido en el área. Esta situación se presenta de forma similar en universidades grandes y sólidas, y en otras –la mayoría– de países como Colombia y de América Latina.

      En América Latina, con algunas excepciones, la formación más especializada en POT se da a nivel de posgrado, lato o stricto sensu. En los programas de especialización, lo más común es que el psicólogo que está en el área busque oportunidades de cualificación en áreas afines, especialmente en el campo de la administración y más específicamente en el campo de la gestión de personas; oferta que se ha ido incrementando en la última década con programas de maestrías profesionales y de investigación que explicitan líneas de formación en el campo de la psicología transpersonal, como la psicología organizacional y como recursos humanos (Borges-Andrade, Rentería y Toro, 2018). Datos recientes muestran cómo la tendencia de la oferta de posgrados a nivel de maestría strictu sensu y de doctorado se ha incrementado, teniendo como referencia inicial a Brasil y más recientemente a Colombia, mientras que otros países ya comienzan a ofrecer formación en este nivel, aunque la titulación sea generalista y no incluya explícitamente ese reconocimiento en el campo de la POT, en la medida en que se trata de programas “sombrilla”, con el título genérico de psicología, de forma similar al pregrado.

      En Brasil, el sistema de posgrados se expandió de forma significativa en las dos últimas décadas, y configuró el mayor sistema de este nivel en América Latina, no solo en cuanto a lo cuantitativo, sino en función de la amplia diversidad de dominios cubiertos. Esa expansión incluyó la psicología, y en especial la POT. Datos recientes divulgados en el documento del área de POT de la Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior (CAPES) (2017) muestran que existen dieciocho líneas de investigación activas en los programas de posgrados que congregan a docentes investigadores del área de la POT. Las áreas con mayor concentración son la psicología social (cuarenta y siete líneas), la psicología de la salud (treinta líneas), y la psicología del desarrollo (treinta líneas). La POT ocupa una posición intermedia y deja de ser una laguna expresiva. Por otro lado, cuando se examina el alcance de tales líneas, se visibilizan asimetrías internas, con mayor peso en cuestiones relacionadas con el trabajo, especialmente la salud, y menos organizacionales. El interés principal, y consecuentemente la mayor formación de magísteres y doctores orientados hacia el estudio del campo de la salud del trabajador, se visibiliza también cuando se analizan los proyectos de investigación en curso en los diferentes programas que poseen líneas relacionadas con la POT.

      Otro elemento relevante en este panorama de los posgrados de Brasil tiene que ver con el surgimiento y el crecimiento en la última década de las maestrías profesionales o de profundización en el área. Tradicionalmente, en las pocas ofertas existentes, todas las líneas del área de la POT estaban inmersas en programas académicos cuya misión principal era la formación de magísteres y doctores para que se desempeñaran como docentes o como investigadores. La expansión de la formación profesional significa la posibilidad de que los profesionales tengan una base de interés más aplicada a sus dominios de actuación, al tiempo que posibilita el acceso a un conocimiento más actualizado.

      En lo que se refiere a los posgrados y al desarrollo de la formación en el campo, es interesante ver estudios como el de Oliveira (2012), que muestra la dinámica de las redes de investigadores en POT inmersos en el sistema de posgrados entre 1998 y 2011 en Brasil, hace posible identificar redes colaborativas y asociaciones que promueven intercambios y la movilidad no solo de profesores y estudiantes, sino de ideas y trabajos, en diversos países, a través de eventos como el Congreso Iberoamericano de Psicología de las Organizaciones y el Trabajo (CIAPOT), de la Red Iberoamericana de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo (RIPOT), que se celebra cada dos años desde hace poco más de una década (Borges-Andrade, Rentería y Toro, 2018; Rentería, Cujar y Botero, 2017).

      El escenario de crecimiento y de mayor visibilidad del área, tanto a nivel de pregrado como de posgrado, no superó algunos problemas que rodean la formación en POT, especialmente en lo que se refiere a cómo la ciencia y la profesión se articulan en un proceso de formación. Esa tensión se siente más claramente a nivel de pregrado, donde la investigación, como regla general, es algo secundario y muchas veces es vista como innecesaria por el alumno, ávido de vivencias profesionales que le garanticen mayor seguridad en el contexto del trabajo. Esto sucede también, en función de la existencia de abordajes que a pesar de su gran popularidad flexibilizan el valor y la importancia del conocimiento de base científica, y en muchas ocasiones lo califican, de manera negativa, como individualista, frío, reduccionista.

      El énfasis reducido en el desarrollo de las competencias científicas básicas en general declina en una formación tecnicista, como si dominar herramientas de trabajo asegurara una buena formación profesional. Es evidente que los cambios intensos en el mundo del trabajo se encargan de hacer obsoletas muchas técnicas y herramientas en poco tiempo. La formación científica, especialmente el desarrollo de la capacidad de generar preguntas adecuadas y encontrar medios apropiados para responderlas, aseguraría una capacidad adaptativa del futuro profesional a contextos en cambio constante. Se requieren investigaciones que analicen cómo se articulan la formación científica y la profesional en nuestros programas de pregrado, antes de que podamos refutar una expectativa ampliamente difundida sobre que esa integración es pobre y, muchas veces, orientada hacia el mantenimiento de esos dos mundos como totalmente separados. En cuanto a la psicología, especialmente en otros dominios, como el de la salud, aumenta un movimiento en dirección a una práctica profesional basada en la evidencia. Ese movimiento podría facilitar reflexiones importantes sobre cómo en un campo como el de la POT sería posible construir una formación de prácticas profesionales basadas en evidencias, lo que implica capacitar al futuro profesional para buscar tales “evidencias” y saber interpretarlas adecuadamente.

      Otro aspecto a tener en cuenta es que la ciencia producida en la POT, en nuestra realidad, se caracteriza por grandes lagunas, tanto en relación con temas más académicos (investigación básica), como con temas más profesionales (investigación aplicada), cuando se considera la amplitud del campo de la POT. En el dominio de la gestión de personas, con sus subprocesos complejos, es donde se encuentran las mayores lagunas, y se deja de lado un núcleo más denso de investigadores orientados hacia la capacitación, la educación y el desarrollo; las demás cuestiones (reclutamiento, selección, evaluación de desempeño, entre otras) no han sido objeto sistemático de estudio por parte de los grupos de investigación y, en ese sentido, no se transforman en producción científica expresiva. Tales temas aparecen en manuales didácticos orientados hacia la formación, más que hacia cuestiones que exijan la investigación y el desarrollo científico y tecnológico. Como consecuencia, en muchos subdominios de la POT todavía encontramos gran dependencia del conocimiento desarrollado en los países “centrales” (aunque eso no significa que se deban desconocer sus aportes). Este tipo de dependencia solo será superada con el crecimiento de la comunidad científica y la masa crítica, de forma tal que se pueda abarcar una amplia variedad de fenómenos que el campo posee.

      La importación de conocimientos y tecnologías –algo todavía muy fuerte en la POT en América Latina– nos presenta, finalmente, una cuestión central que es el objeto de reflexión de este capítulo. El próximo apartado está dedicado a reflexionar de forma preliminar, ya que la profundización de una discusión como esta envuelve un conjunto de revisiones y de análisis aún no realizados, sobre qué tanto las especificidades y los desafíos del contexto regional, nacional y latinoamericano son contemplados efectivamente en la producción científica y en la formación del psicólogo actual de la POT.

      Producción científica, formación y práctica profesional en psicología organizacional y del trabajo: ¿en qué medida el contexto latinoamericano es considerado

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