René Salamanca y el clasismo. Enrique Arrosagaray
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Delgado: Directa. Una surgía de la otra. La vidriera era el Peronismo de Base y a través de la militancia había..., un paso intermedio. Porque nosotros venimos fundamentalmente de la Resistencia...
La edad no le da, a él personalmente, para decir que viene de la resistencia; por lo menos de la Resistencia Peronista bajo la autodenominada revolución libertadora. Se refiere, lo veremos enseguida, a que él se nutrió de la ola del peronismo que arrancó en 1955 y que terminó casi dos décadas después con el regreso al país de su líder. En noviembre del 72, primero; y en junio del 73, definitivamente.
–¿Cuándo naciste vos?
Delgado:Yo nací en el 42. Tengo setenta años.21 Mi padre ya estaba en la Resistencia, fue uno de los detenidos en Catamarca, era delegado; y uno desde ahí viene mamando qué era eso de la Resistencia. Cuando nosotros empezamos a contactar militantes, contactamos de todos lados, de Buenos Aires fundamentalmente de la línea de Ongaro y de la CGT de los Argentinos. Hemos estado en contacto directo con ellos ¡directo!
–¿Conociste ahí a los Villaflor, a Walsh...?
Delgado: fueron íntimos. De ahí tuvimos un desarrollo y el PB tuvo traspiés y también desencuentros tácticos, no ideológicos...
–Claro, cuando viene Perón se arma un debate muy fuerte dentro de las FAP, ¿no?
Delgado: No.
– ... si Perón era el conductor o no, por ejemplo.
Delgado: Ya venía de antes. Nosotros pensábamos que más allá de conductor o no conductor, y sigo teniendo los mismos principios, la dirección natural es de abajo hacia arriba y no de arriba hacia abajo.
–¿La Alternativa Independiente?
Delgado: Se divide después el PB con la Alternativa Independiente, cuando...
–Con el Turco Caffatti...22
Delgado: Exacto, ¿me entendés?... Nosotros seguimos teniendo a nivel de PB, de la superficie del Peronismo de Base, supimos seguir teniendo en la lucha de los frentes, no hubo división. Ahora, en las reuniones ideológicas sí hubo discusiones. Un gran militante que ahora murió, de la misma edad mía, el Quique Irastosa, compañero del PB, nos criamos juntos y… lamentablemente, estábamos encuadrados en dos lugares diferentes en ese momento, pero en la lucha por las reivindicaciones...
–Codo a codo...
Delgado: ¡Permanente! Nunca hubo diferencias. Y él lo puede decir –señala a Hadad– que estuvo con nosotros en la Comisión Interna, a pesar de que ideológicamente pensábamos diferente, lo primordial era que teníamos un enemigo adelante y que esa era nuestra lucha. Lo fundamental del delegado o del comisión interna era conseguir las reivindicaciones.
Hadad: ... un sentido de clase muy profundo.
Delgado: ... Lo que nunca se sacó es que la conducción natural es la Comisión Interna. Cuando nosotros formamos la Lista Marrón, ahí convergían todos. Peronistas, de izquierda, sectores del PC, y acordamos con un solo objetivo. Entonces nosotros, el PB, planteamos con el compañero Díaz..., éramos tres compañeros del PB. Y yo digo “yo no voy”. A mí me quisieron dar la secretaría gremial, Salamanca me la ofreció y no acepté y dije “mejor bajo abajo, al piso, para que no nos chupe la rueda de la burocracia”. Queramos o no queramos, te limita. Esa es nuestra posición ideológica. Yo fui un acérrimo peleador en eso. Hoy mismo en lo político y en lo gremial, y ves que compañeros excepcionales acá en Córdoba, porque los conozco de la militancia desde muy chicos Pepe Pie, a Moncho Morcillo que es de la alimentación, ¡nos juntamos una vez al mes!, a Walter Grobá.
Hadad: ... el Gringo.
Delgado: Claro, el Gringo Schiaretti. Cuando entrás adentro, la misma inercia de lo que te rodea, de los compromisos de los que no podés salir, te obligan, ¿me entendés?, a que ese sentimiento que vos tenías, de a poco...
–Vas tomando distancia de esos sentimientos...
Delgado: Sí, naturalmente. A pesar de eso nos comprometimos a meter un hombre acá en el Gobierno de Córdoba. Rechazamos mucho pero nos comprometimos a poner a un hombre, Walter Grobá y le está costando mucho. Él es joven, surge después de nosotros, aparece cuando es la recuperación de los gremios, el de la UEPC23, recuperamos el municipal y el de la alimentación. Ah, el de petroleros también. En primera instancia fueron barridos. Todos los militantes fueron metidos en cana o desperdigados. Son pocos los gremios que siguen manteniendo, casi intacta, esa forma de trabajo...
Recuperamos ahora, en un veloz viaje de los años 70 al 2000 y pico, los recuerdos y opiniones de Delgado. Es frecuente en Delgado y en muchos de los entrevistados que aparecerán en las próximas páginas, esos saltos de época, con toda impunidad. Delgado sabe que queremos hablar sobre todo, de sus pasos por IKA-Renault. Lo intentamos desde una pregunta muy puntual:
–¿Cuál era la conducción del SMATA provincial cuando vos ingresás?
Delgado: ... cuando salí delegado fui opositor a Torres, tal vez en 1963. Formamos una lista. La lista Azul. Fuimos opositores a Elpidio Torres. Fue una vanguardia contra Torres desde el peronismo. Con esto te voy a decir cómo algunas veces los militantes no militan desde una ideología clara... En 1970, después de una toma de fábrica de cinco días,24 cuando tenemos prácticamente el triunfo, por un decir, nos hacen asustar diciéndonos que los militares ya estaban en la calle, que iban a venir, y era cierto a lo mejor, pero no creo que iban a hacer una masacre tan grande frente a la realidad que se vivía. Con el tiempo, después, se descubre que fue todo un aparataje, en acuerdo con Torres. ¡Y se acepta! Pero se pone como responsable a Primatesta. Yo salgo, de la toma, a una reunión, y le digo: “Monseñor, qué compromiso nos da usted de que a nosotros, a posterior, nos van a respetar cuando entreguemos la fábrica”. Y me dice: “Es la palabra de un empresario ante la Iglesia”. No fue así. Apenas dejamos la fábrica, 700 despidos...
Hadad: Mil cien despidos y después...
Delgado: ... después quedan 700 en la calle. Entre esos mil y pico estaba yo, pero me retoman. ¿Por qué me retoman? Porque había un capataz, buen tipo, que argumenta que era necesario que… –retrocede y explica para que entendamos– yo era soldador y soldaba con una máquina que había llegado hacía poquito, se llamaba Galiner, una máquina alemana. Se estaba haciendo el techo del Torino y los únicos que sabíamos soldar éramos dos y justo a los dos nos habían echado. Entonces este capataz, que me conocía, Émeli se llamaba, teníamos una amistad porque tenía un problema de huesos y yo le recomendé ir a Mar Chiquita y fuimos alguna vez. Y entonces él me dice: “Mirá, Delgado...”, y me retoman. Ahí empiezo nuevamente a estar en la oposición. Y después del 70 –ya con la Lista Marrón en la Directiva–, retoman a gente que habían echado para ponerla en contra de Salamanca, contra el grupo nuestro...
Hadad: ¿Podés dar algunos nombres?
Delgado: Y... por ejemplo Mentesana. Era una de las cabezas principales, mentor de todo eso. A mí me llama, se sienta conmigo y me dice “mirá, vos sos del peronismo, estos zurdos de mierda, están en el… comoé…”. Le digo “a los zurdos los llevé yo, aparte tenés al Negro Díaz, hay un chango radical, hay otro independiente, de izquierda pero independiente”. Aparte, no me iba a poner en contra de un compañero que además era un militante, como Salamanca, o como este otro muchachito que desapareció...
Hadad: ¿Machadito?
Delgado: