Obras Inmortales de Aristóteles. Aristoteles
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Es necesario recordar que a veces no se puede reconocer si el nombre expresa la sustancia compuesta, o solamente el acto y la forma; por ejemplo, si casa quiere significar el conjunto de la forma y de la materia; un abrigo compuesto de ladrillos, maderas y piedras dispuestas de tal manera; o solamente el acto y la forma; un abrigo. Línea ¿quiere decir la díada en longitud o simplemente la díada? Animal ¿expresa el alma en un cuerpo o simplemente el alma? Porque el alma es la esencia y el acto de un cuerpo. En uno y otro caso podrá decirse animal; pero será en dos sentidos diferentes, aunque ambos se refieren a algo común. Esta distinción puede servir en otro concepto; pero en nuestras investigaciones sobre la sustancia sensible no nos sirve, porque respecto a la esencia siempre existe forma y acto. Existe identidad entre alma y forma sustancial del alma. Pero no existe identidad entre hombre y forma sustancial del hombre; a menos, sin embargo, que por hombre se desee entender solo el alma. De esta forma existe identidad en un sentido, y en otro no.
Si se recapacita no se dirá que la sílaba resulte de los elementos y de la composición; que en la casa hay ladrillos y composición; y ciertamente, porque la composición, la mezcla, no son cosas que se unan a los seres compuestos y mezclados. Y lo propio sucede en los demás casos: y así, a causa de la posición es tal cosa un umbral; pero la posición no es cosa extraña al umbral, más bien lo contrario. De igual manera el hombre no es el animal, y es bípedo; pero es necesario que además de esto exista algo, si se toman el animal y el bípedo como materia. Este algo no es un elemento, ni se origina de un elemento: es la esencia, aquello que, suprimido, únicamente deja subsistente la materia indeterminada. Así pues, si esta esencia es la causa de la existencia, si es la sustancia, a ella debe concederse el nombre de sustancia. La esencia debe ser necesariamente eterna, o bien perecer en un objeto, sin perecer ella por esto; o generarse en un ser, sin estar ella misma sujeta a la producción. Hemos probado y demostrado más arriba, que nadie produce la forma; que no nace, y que únicamente se realiza en un objeto. Lo que nace es el conjunto de la materia y de la forma.
Si se encuentran separadas las sustancias de los seres caducos, no es todavía una cosa evidente. Sin embargo, sí lo es que respecto a algunos seres no puede ser así, como ocurre con los que no pueden tener existencia fuera de lo particular, por ejemplo, una casa, un vaso. Quizá estos objetos no son verdaderamente sustancias, a lo mejor debe decirse que la forma natural es la única sustancia de los seres caducos.
Esto no ofrece ocasión para resolver la objeción hecha por la escuela de Antístenes y por otros ignorantes de esta especie. Afirman que no se puede definir la forma sustancial, porque la definición constituye una larga serie de palabras; que se puede muy bien dar a conocer cuál es la cualidad de un objeto, la de la plata, por ejemplo; pero no mencionar en qué consiste: podrá decirse que la plata es semejante al estaño. Ahora bien, resulta de lo que hemos explicado que existen sustancias respecto de las que son posibles la noción y la definición; estas son las sustancias compuestas, sean sensibles o inteligibles. Pero no se pueden determinar los elementos primeros de estas sustancias, porque determinar una cosa es referirla a otra. Es necesario que exista para ello, de una parte la materia, de la otra la forma.
Está claro también que las sustancias, si son números, es a título de definición, y no, según la opinión de algunos, como compuestas de mónadas. La definición, en efecto, es una especie de número (es divisible como el número en partes indivisibles, porque no existe una infinidad de nociones en la definición); si que existe, bajo esta relación, analogía entre el número y la definición. Y así como si se quita alguna de las partes que constituyen el número, o si se añade, no se tiene ya el mismo número, sino uno diferente, por pequeña que sea la parte añadida o quitada, así la forma sustancial no queda la misma, si de ella se quita o se añade algo.
Además, es preciso que haya en el número algo que constituya su unidad, y los que le componen con mónadas no pueden decirnos en qué consiste esta unidad, si él es uno. Porque, o el número no es uno, y se parece a un montón o, si es uno, es preciso que se nos diga lo que constituyen la unidad de la pluralidad. En igual forma la definición es una; pero tampoco pueden afirmarlo, y es muy natural. Es una por la misma razón que el número; no, como dicen algunos, en tanto que mónada o punto, sino porque cada esencia es un acto, una naturaleza particular. Y así como el número, si permanece el mismo, no es susceptible de más o de menos, lo mismo sucede con la sustancia formal; sin embargo, unida a la materia, es susceptible de más o menos.
Bástenos con lo dicho por lo que hace a la producción y destrucción de las sustancias. Hemos expuesto claramente en qué sentido se puede decir que hay o no posibilidad de producción, y cuál es la analogía entre definición y número.
Parte IV
En cuanto a la sustancia material, es preciso no perder de vista que si todos los objetos vienen de uno o de muchos elementos primeros, y si la materia es el principio de todos los seres materiales, cada uno, sin embargo, tiene una materia propia. Así la materia inmediata de la flema es lo dulce y craso, la de la bilis lo amargo, o cualquier otra cosa de este género; pero quizá estas diversas sustancias proceden todas de una misma materia. Un mismo objeto puede tener muchas materias, cuando una de estas viene de otra, y en este sentido es como podrá decirse que la flema viene de lo craso y de lo dulce, si lo craso viene de lo dulce. La flema, en fin, podrá venir de la bilis, mediante la resolución de la bilis en su materia prima. Porque una cosa viene de otra de dos maneras: puede haber producción inmediata o bien producción después de la resolución de la una en sus primeros elementos.
Es posible que de una sola materia provengan objetos diferentes, en virtud de una causa motriz diferente. Y así de madera pueden provenir un cofre, una cama. Sin embargo, existen también objetos cuya materia tiene necesariamente que ser diferente; no se puede construir una sierra con madera; la causa motriz no hará nunca una sierra con lana o madera, si es posible producir las mismas cosas con materias diferentes, es necesario que en este caso el arte, el principio motor, sea el mismo, porque si la materia y el motor difieren a un tiempo, el producto será también diferente.
Cuando se desee, por tanto, estudiar las causas, será necesario enumerar todas las causas posibles, puesto que la causa se entiende de diferentes maneras. Así ¿cuál es la causa material del hombre? Los menstruos. ¿Cuál es la causa motriz? La esperma, quizá. ¿Cuál es la causa formal? La esencia pura. ¿Cuál es la causa final? El fin. Quizá estas dos últimas causas son iguales. Es necesario también tener cuidado de indicar siempre la causa más próxima; si se pregunta, por ejemplo, cuál es la materia, no responder el fuego o la tierra, sino referirse a la materia propia. Tal es, con relación a las sustancias físicas sujetas a producción, el orden de investigación que necesariamente tiene que seguirse, si se quiere proceder en debida forma, puesto que tal es el número y tal la naturaleza de las causas, y lo que es necesario conocer son las causas.
En cuanto a las sustancias físicas eternas es necesario proceder de otra manera; porque algunas quizá no tienen materia, o por lo menos su materia no es de la misma naturaleza que la de los demás seres, y solo es móvil en el espacio. Tampoco existe materia en las cosas que, aunque producciones de la naturaleza, no son sustancias; su sustancia es el sujeto mismo que es modificado. Por ejemplo, ¿cuál es la causa, cuál es la materia del eclipse? No tiene, y solo la Luna experimenta el eclipse. La causa motriz, la causa de la destrucción de la luz, es la Tierra. En cuanto a la causa final, quizá no exista. La causa formal es la noción misma del objeto, pero esta noción es vaga, si no se le une la de la causa productora. Y así, ¿qué es el eclipse? Es la privación de la luz. Se añade: esta privación resulta de la interposición de la Tierra entre el Sol y la Luna; esto es indicar, al definir el objeto, la causa productora. No se conoce cuál es, en el sueño, la parte que es primero afectada. ¿No es el animal? Sí, sin duda, pero el animal en una de sus partes; ¿cuál es esta parte, base primera de la afección? Es el corazón o cualquiera otra parte. De inmediato se debe examinar la causa motriz; después ¿en qué consiste esta afección de una parte, que no es común al todo? Se dirá que es tal especie de inmovilidad. Muy bien; pero esta inmovilidad, es necesario