Baila conmigo. Susan Elizabeth Phillips

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Baila conmigo - Susan Elizabeth  Phillips

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las mujeres paren de forma diferente que en los años 50. —Tess ya estaba más que harta del doctor North, un doctor que, por cierto, no tenía título.

      —Pero...

      —Si se queda en la cama, tardará más en dilatar, pero ponle sábanas limpias por si decide dar a luz allí.

      —¿Por si...?

      Tess había traído al mundo a bebés en partos de madres en cuclillas o acurrucadas en espacios estrechos. Un sorprendente número de mujeres querían meterse entre la cama y la pared.

      —Si tienes un plástico limpio, ponlo debajo de la sábana para evitar que el colchón se manche.

      —¡A la mierda con el colchón! —Salió corriendo.

      La suave gasa del camisón de Bianca flotaba como una nube de humo alrededor de su cuerpo. Tess le frotaba los hombros, mantenía el agua caliente y respiraba con ella durante las contracciones. Afortunadamente, la naturaleza egocéntrica de Bianca le impidió captar la tensión de Tess.

      —¡Quiero la epidural! —Bianca lloró al final de una fuerte contracción.

      Pero en aquel parto no era una opción.

      —La epidural está sobrevalorada —aseguró Tess dándole un suave masaje en la cabeza—. Tu cuerpo sabrá exactamente qué hacer. —Rezó para que eso fuera cierto.

      —¿Dónde está Ian? ¡Quiero a Ian!

      —Estoy aquí.

      Apareció en la puerta del baño, pero no la miró.

      —¡El bebé no te importa! —gritó Bianca—¡Ni siquiera fuiste capaz de fingir felicidad cuando me quedé embarazada!

      —Tú estabas feliz por los dos —dijo él en voz baja.

      —El agua se está enfriando. Déjame calentarla. —Tess había visto a más de una mujer ponerse en contra de su marido en el parto, y se concentró en los grifos.

      —Quiero andar un poco. —Al final Bianca quiso salir de la bañera. Tess le quitó el camisón mojado y le dio una bata.

      Fueron hacia la zona principal de la vivienda. North estaba de pie junto a las ventanas, mirando la noche. En ese momento, cuando ya había reunido todos los elementos de la lista de Tess para el parto, no parecía saber qué hacer, pero Tess creía que los padres debían participar activamente, en especial cuando había tanta tensión marital.

      —Pasea con ella —ordenó—. Deja que se apoye en ti cuando tenga una contracción.

      —¡No! —exclamó Bianca—. ¡Te quiero a ti! Quiero que tú pasees conmigo, Tess.

      North parecía aliviado, otro punto negativo en su contra.

      Tess anduvo con ella. Cuando las contracciones empezaban, Bianca se apoyaba en ella. Pasaron veinte minutos, treinta… Las contracciones eran cada vez mas seguidas y duraban más.

      —Sabes que te quiero… —le gritó Bianca a Ian, que la sujetó como había hecho Tess. La vio apoyarse en él.

      —Lo sé —dijo.

      Bianca empezó a sentirse cansada y, finalmente, quiso acostarse. Tess la ayudó a ponerse tan cómoda como era posible, pero las contracciones eran más dolorosas. Bianca se agarraba a la mano de su marido, la estrujaba y, luego, la soltaba con brusquedad. Cuando las contracciones alcanzaron el punto álgido, los gemidos guturales se hicieron más fuertes. En ese instante, North se colocó en la cabecera de la cama, fuera del campo de acción. Tess deslizó entonces una toalla limpia por debajo de las caderas de Bianca.

      La joven echó la cabeza hacia atrás y gritó al notar que la siguiente contracción se aceleraba.

      —¡Cuida de mi bebé! —Clavó las uñas en las sábanas—. Si me pasa algo…, prométeme, Tess… ¡A él no le importa! Prométeme que cuidarás de mi bebé.

      —Eres fuerte y estás sana. Tú misma cuidarás de tu bebé. —Tess le acarició la pierna.

      La contracción había disminuido, pero la mirada de Bianca parecía frenética. Se agarró a la mano de Tess con una fuerza sobrenatural, haciendo que esta esbozara una mueca de dolor.

      —¡Te quiero! —Bianca lloró—. ¡Prométemelo!

      Tess miró a Ian, que se quedó de pie con los labios apretados y la mirada sombría.

      —Prométeme que cuidarás de mi bebé si me pasa algo. —Los dedos de Bianca se clavaron en la mano de Tess.

      —Ay, cielo… No puedo prometerte eso. Yo…

      Otra contracción. Otro grito que salió del fondo de su garganta.

      —Tienes que hacerlo. ¡Prométemelo!

      —¡Por el amor de Dios, prométeselo! —exclamó North.

      Apareció la parte superior de una pequeña cabeza, arrugada como una ciruela pasa por la presión.

      —El bebé está coronando —dijo Tess con tranquilidad—. Lo estás haciendo muy bien. Ahora gírate de lado. Así. Deja que te ayude.

      Esa postura proporcionaría más oxígeno al bebé y podría reducir el desgarro.

      Ordenó a North que sujetara la pierna de Bianca. Por su reacción, fue como si le hubiera pedido que sostuviera una cobra, pero acató la orden.

      —Eso es, venga. Perfecto. —North miraba a todas partes excepto al lugar por donde emergería su vástago.

      Tess desenrolló el cordón umbilical de alrededor del cuello del bebé y lo colocó por encima de la cabeza sin dificultad.

      Con la siguiente contracción, surgió un hombro diminuto. Tess lo levantó con suavidad y esperó, murmurando palabras de aliento.

      Apareció el otro hombro y, con la siguiente contracción, el bebé se deslizó en sus manos.

      —Es una niña. —Tess respiró aliviada. Puso al bebé boca abajo para drenar los fluidos y luego lo colocó sobre el pecho desnudo de Bianca. El bebé estaba completamente indefenso. Una criatura marina que llegaba de pronto a tierra.

      —Una niña —dijo Bianca débilmente—. Ian… Una niña.

      —Ya lo veo —contestó él con voz ronca.

      —Respira, pequeña. —Tess frotó suavemente el pequeño cuerpo con una toalla. Acarició las aletas de su minúscula nariz para que evacuara el líquido atrapado en las cavidades—. Sé que esos frágiles y pequeños pulmones no quieren funcionar todavía, pero van a tener que hacerlo.

      —No está llorando. ¿No se supone que debe llorar? —La voz de Bianca sonaba como si viniera de la habitación de al lado.

      —Dale tiempo. Es un gran cambio. La placenta todavía está adherida, así que está recibiendo oxígeno.

      Pasaron

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