Huenun Ñamku. M. Inez Hilger

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Huenun Ñamku - M. Inez Hilger

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[Lama guanicoe], aves parecidas al avestruz [Rhea americana albescens], pumas [Felis concolor] y armadillos [Chaetophractus villosus]. Hoy son principalmente pequeños criadores de ganado, caballos y ovejas, y a una menor escala, son horticultores y agricultores.

      La población total de mapuche es desconocida. Dependiendo de la fuente consultada, aquellos en Chile suman de 97.000 a 150.000 personas. Estimaciones hechas por los primeros españoles varían entre 500.000 y tres veces ese número.

      Los mapuche de Chile esperan que los miembros de sus familias tengan fuerza vital, autorrespeto, coraje y que acaten las leyes. Anteriormente, las familias eran polígamas, hoy en día la mayoría son monógamas. A pesar de que la asistencia a colegios estatales o privados es obligatoria en Chile, la mayoría de los padres cuidan que sus hijos asistan al colegio, pero no dudan en hacer ver su convicción de que la responsabilidad en la educación de sus hijos es de ellos. Ellos insisten en que educar a los niños en las tradiciones y costumbres de su pueblo es parte de la educación total del niño. Los padres, consecuentemente, lo hacen su deber entrenándolos en esto, así como también en su idioma nativo. La oratoria es conservada en alta estima, por lo que los niños hombres son formados en esta. Los abuelos no ejercen la función de profesores a no ser que estén criando a un niño huérfano. No hay iniciación en la tribu ni tampoco ritos de reproducción para niños o niñas.

      Los mapuche tienen un ritual de sacrificios religiosos bien desarrollado. Todos asisten a su realización. Sin embargo, los mapuche cristianos, en general, son principalmente observadores. El gobierno inicial de los mapuche fue rudimentario pero efectivo. Todos los padres de familia tenían opinión en él. Los lonko tenían jurisdicción limitada, pero sus poderes estaban bien definidos y eran respetados. En tiempos de guerra, ellos elegían como jefe al lonko más agresivo; su poder mientras duraba la guerra era casi ilimitado. Ahora se están llevando a cabo cambios en la manera de gobernar. En todas partes se hacen notar las usurpaciones del gobierno chileno. Los lonko han sido marginados de la mayoría de sus derechos y responsabilidades. Sus deberes anteriores como jueces están ahora, mayoritariamente, en manos de las cortes chilenas, y policías residentes en el área rural ejecutan las leyes chilenas. Mientras vivimos con ellos en 1946-47 y 1951-52, los mapuche expresaron su preocupación acerca de estos cambios. Ellos parecían indefensos hacia la acción ejercida por el gobierno central de Chile que intenta anular las peticiones de tierras que han sido, por siglos, de ellos. Peticiones basadas en costumbres y decisiones de las tribus; pensaban que sus peticiones eran derechos asegurados para ellos al momento de la pacificación final por el gobierno chileno. “Aquí estamos, nuevamente de vuelta en los tiempos de 1883: ¡Promesas rotas! Nuestros líderes ya no tienen más los derechos que fueron garantizados por acuerdo”, dijo Huenun Ñamku. Solo hay sumisión por parte de los mapuche en asuntos donde la resistencia es inútil. Ha sido en vano la resistencia frente al pago de impuestos por la tierra, la educación obligatoria, la restricción de las actividades de las machis, y la aplicación de las leyes por parte de la policía chilena que reside en el área rural, en vez de los lonko.

      Los mapuche son hospitalarios entre ellos y hacia los extranjeros. Se puede confiar en su disposición para ayudar. Tanto hombres como mujeres se preocupan por su apariencia personal. Existen amistades especiales y encuentran su expresión en los ceremoniales. Elogiar su inteligencia personal es el cumplido más refinado que se le pueda dar a un mapuche. Por el contrario, él se siente profundamente herido por expresiones de desprecio a su inteligencia. La paciencia es un logro, especialmente por parte de las mujeres. En general, las mujeres tanto jóvenes como casadas, viven vidas castas y los hombres muestran respeto por ellas. El tiempo libre lo pasan jugando una forma de hockey y otros juegos competitivos. La lucha libre y el nado también son pasatiempos.

      El padre de familia demanda obediencia por parte de los niños y esposa —o esposas, en caso de poligamia. De vez en cuando, peleas entre esposo y esposa ocurren; cuando estas son prolongadas, no infrecuentemente, la esposa se libra de la situación colgándose ella misma. De acuerdo a policías que trabajan en el área mapuche, los mapuche son respetuosos de la ley. Generalmente, los arrestos resultan de robos o heridas infligidas a no-mapuche durante peleas de borrachos.

      Chicha, la sidra de manzana fermentada, es hoy la bebida de intoxicación. Los mapuche admiten que su introducción ha resultado en un deterioro de su pueblo, y que beber en exceso se ha convertido en un vicio. En tiempos prehispánicos, el muday era el brebaje alcohólico. Tomaba tiempo y mucho esfuerzo humano producirlo: las mujeres pasaban días moliendo trigo o granos y arrojándolos a una olla donde tomaba más días en fermentar. Había solo suficiente para que los hombres tomaran hasta intoxicarse en ocasiones especiales. Dos de tales ocasiones eran al finalizar el tiempo de cosecha y después de la construcción de una vivienda. A estas costumbres de épocas antiguas en que los hombres tomaban en exceso en ocasiones específicas, se han sumado hoy los días de fiestas de los chilenos. En tiempos prehispánicos, el muday fue el brebaje en las comidas, hoy solo se toma en los ceremoniales religiosas de las tribus, pero nunca en exceso.

      En caso de enfermedades, se llama a los herbolarios y machi. La causa de todas las enfermedades es un mal deseado por otro, lo cual es causado por brujos. Esta animadversión también puede acabar en embrujos contra los seres queridos de alguien o sobre sus campos, cosechas y ganado. Por lo tanto, es conveniente tener el buen deseo de todos.

      En su cultura aborigen, los mapuche eran un pueblo autosustentable con un estilo de vida bien integrado.

      Mientras vivimos entre ellos en Chile, encontramos que gran parte de su cultura aborigen está aún intacta, especialmente en la zona costera y en los valles más altos de los Andes. Pero incluso en estas áreas se aprecia la transición hacia una cultura chilena-mapuche. La cultura de los valles más bajos y de la gran planicie central ha tenido un avance decidido en esta dirección. Sin duda, la transculturación se debe, en parte, a las leyes de educación obligatoria en Chile que demandan que todos los niños, incluyendo a los mapuche, asistan a la escuela; a la usurpación de los derechos y peticiones por posesión legítima de la tierra por parte del gobierno chileno; y a ventajas económicas, buscadas por los mapuche, que los comerciantes de ganado chileno y compañías madereras chileno-argentinas les han proporcionado.

      Territorio mapuche de Chile.

      HUENUN ÑAMKU

      Un mapuche de los Andes recuerda el pasado

      CAPÍTULO I

      Huenun Ñamku, pescador y cazador

      Huenun Ñamku [pronunciado “hwe-nu-n´ny´ äm´ku-”] llegó engreído esta mañana. Nos dio la mano, pero sin interés, no cordialmente como la primera vez que nos encontramos. No se hizo ningún comentario sobre el clima. No intercambiamos ningún comentario amable… Nos dimos cuenta de que había una tormenta batallando en su cabeza. Él comenzó: “Algunos mapuche jóvenes me regañaron ayer en la tarde por darles información acerca de nuestras formas de vida y viejas costumbres. Ellos dijeron que ustedes probablemente se están riendo de mí porque les cuento sobre ellos, y ciertamente se reirán de mí cuando les traiga el modelo de cuna que les prometí hacer”.

      Luego, en un modo desafiante y decidido, acercó bruscamente una silla hacia la mesa donde estábamos sentadas, y en la cual lo habíamos entrevistado el día anterior. Se sentó y prosiguió: “Pero yo decidí hacerlo porque algunos mapuche en el pasado no habían contado toda la verdad acerca de nosotros. Sé de todas esas cosas insensatas e incomprensibles que se han escrito sobre nosotros. Yo he escuchado cuáles son algunas de ellas. Quiero que se diga la verdad acerca de nuestro pueblo. No solo estoy listo para ayudar —por eso estoy aquí— sino también me ofrezco para ir con ustedes a Coñaripe, o a cualquier otro lugar donde haya mapuche. Cuidaré que ustedes conozcan personas

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