Por el derecho comprender. Henrik López Sterup

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Por el derecho comprender - Henrik López Sterup Derecho y sociedad

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las personas puedan integrarse en la sociedad, contar con la capacidad de deliberar, acceder a posibilidades y reafirmar su propia identidad en igualdad de condiciones. Ciertamente, la inclusión puede considerarse un mecanismo de legitimidad dentro de las democracias, pues las personas tienen más posibilidades participativas cuando transitan por sociedades más incluyentes en su dinámica general de desarrollo. En ese sentido, lo anterior cobra mayor fuerza si el elemento que determina la diferencia entre la inclusión o exclusión radica en la capacidad de comprender el lenguaje que otros utilizan y la posibilidad de interactuar con ellos.

      Sin embargo, no es novedoso que el lenguaje tenga un rol fundamental en el desarrollo social. De hecho, múltiples investigadores y teóricos han desarrollado estudios en torno a la comunicación en esa vía. Por ejemplo, algunos de ellos6 han afirmado que en el proceso comunicativo intervienen funciones del procesamiento social de la información. En este sentido, han llevado a cabo hallazgos importantes, como que la comunicación involucra el análisis y la combinación de la información; el desarrollo de funciones analíticas y procedurales; sinérgicas y retóricas, entre otras.

      Por eso, ya que es evidente e indiscutible que la comunicación constituye el elemento fundamental de las interacciones y, por ende, de la naturaleza humana, resulta cada vez más importante la idea de que la comunicación debe ser clara y comprensible para la totalidad de sus receptores. En caso contrario, no se estaría llevando a cabo un proceso comunicativo efectivo. La comunicación consiste en un proceso multifacético, ocurre con la finalidad de generar confluencias e intercambios de ideas, información y pensamientos entre los individuos. En consecuencia, múltiples autores incluso han llegado a considerarla como una parte orgánica y fundamental dentro del proceso dinámico de la vida misma7.

      En este sentido, la inclusión social se convierte en un factor esencial vinculado a la comunicación clara y asertiva. La mejor forma de ser partícipe dentro del grupo social es mediante las interacciones positivas entre las partes. Los intercambios de comunicación de ideas, notas, mensajes, anuncios u otras manifestaciones de información entre las partes, simultáneamente favorecen o perjudican a las comunidades sociales, según su capacidad de mutua interacción.

      Ahora bien, la anterior afirmación permite establecer una diferencia representativa y relevante dentro de la comprensión del lenguaje. La claridad y la asertividad son factores distintos por lo que no es igual referirse a comunicación en lenguaje claro que hablar de comunicación asertiva. Por una parte, la asertividad hace referencia al grado de certeza durante la emisión de comentarios; esto es, la habilidad o destreza de enunciar con certeza ciertas opiniones y deseos8. Así, autores como Carrobles9 han planteado que la asertividad constituye la habilidad para exponer de manera apropiada y directa, en un momento determinado (de índole personal o social), las creencias y sensaciones tanto positivas como negativas. Por otra parte, la claridad hace referencia a la fluidez y la facilidad de comprensión dentro de las dinámicas sociales, lo cual sí constituye un elemento esencial para asegurar el éxito de los procesos comunicativos. De tal manera, si bien la certeza es un factor importante dentro de las interacciones grupales, en realidad no resulta esencial para el proceso comunicativo; mientras que la facultad de entender y darse a entender favorece el progreso conversacional y asimila a los sujetos bajo la capacidad de comprenderse mutuamente.

      En el mismo sentido, resulta necesario aclarar que existe una distancia significativa entre proponer que el uso del lenguaje claro sea “normalizado” o buscar la inclusión social mediante la clarificación del lenguaje. Ciertamente, el lenguaje claro no conlleva una pretensión de homogeneizar o estandarizar un modo de comunicación o eliminar otro; pues comprende que las expresiones del lenguaje normalizado que son aceptadas tienden a variar con el paso del tiempo. En contraste, busca que, independientemente del área de comunicación y de los términos disciplinares de la misma, se establezca una comunicación clara y efectiva entre los agentes, una donde los términos confusos se transformen en palabras comprensibles; que se puedan usar sinónimos y se puedan implementar conceptos familiares para los receptores.

      La esencia del lenguaje claro radica entonces en la facultad del emisor para facilitar el entendimiento sobre los pensamientos e ideas que se comparten con otros. En este sentido, la inclusión social ocurre cuando cualquier receptor, independientemente de su nivel académico y desligado de otras condiciones personales, se encuentra en la capacidad de comprender lo que su emisor quiso comunicarle. Esto implica un esfuerzo por parte de quienes acostumbran a compartir sus comunicaciones, pues les exige “ponerse en el lugar del otro” y cuestionarse si están expresándose con suficiente claridad.

      El término exclusión social hace referencia a la falta de participación o de pertenencia a un panorama multidimensional. Un individuo se puede considerar socialmente excluido por cuestiones psicológicas, psicosociales o culturales debido a la carencia de la satisfacción de determinadas necesidades en el ámbito social, laboral, educativo, de vivienda y de alojamiento, de sanidad, integración, de afecto, entre otras que requieren de una intervención social. En otras palabras, la exclusión social va más allá de la pobreza, puesto que también se manifiesta a través de la falta de integración social10.

      En razón a ello, en la sociedad, se pueden observar diversas manifestaciones de exclusión social. Algunas de ellas las ocasionan especialmente las falencias de claridad en el lenguaje, puesto que la implementación de lenguaje técnico, el uso de términos de complejo alcance y de difícil entendimiento aísla a quienes no pueden comprenderlos. Un ejemplo de esto se expresa en el caso del proceso de paz que se llevó a cabo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), durante el año 2016, para la finalización del conflicto armado en el país. Como resultado de los diálogos, se redactó el Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera11. Dicho documento contenía las pautas de comportamiento e interacción que permitirían terminar con la guerra, por lo que debía ser difundido, socializado y traducido a todas las lenguas que se hablan en Colombia. Esto, por supuesto, incluía las más de sesenta y cinco lenguas indígenas vigentes dentro de nuestro territorio nacional12.

      Sin embargo, contrario a las expectativas o creencias de la población, la mayoría de este documento no pudo socializarse ni traducirse apropiadamente. Esto, dentro de una diversidad de razones, en parte se encontraba motivado por la complejidad de los términos que se utilizaron en dicho documento. El uso de palabras complicadas, abstractas o técnicas fue un problema significativo que afrontaron los lingüistas al intentar trasladar el contenido del Acuerdo a las lenguas indígenas.

      Específicamente, en el Acuerdo, se implementaron términos que no eran comprensibles para un ciudadano promedio, para un traductor o intérprete de lenguas indígenas o para un miembro de una comunidad con enfoque diferencial, como: inembargabilidad e inalienabilidad, mecanismos de normalización de cartera, promoción de encadenamientos, PDET, despliegue preventivo, política como vehículo, seguridad para el MM&V durante el CFHBD y DA en las ZVTN y PTN13, entre muchos otros.

      Por lo tanto, algunos términos al interior del documento del Acuerdo, como los que fueron señalados anteriormente, se pueden considerar en oposición a los principios del lenguaje claro; pues —contrario a favorecer el entendimiento y la inclusión social dentro del proceso de paz nacional— dificultan la comprensión general del contenido. Por lo mismo, se evidencia un factor de exclusión, fundamentado en aspectos netamente comunicativos.

      En consonancia con lo anterior, el hecho de que el Acuerdo no sea lo suficientemente claro y comprensible para la ciudadanía dificulta también la satisfacción de los derechos fundamentales que dicho documento se proponía proteger. En concordancia con lo estipulado por el documento del Acuerdo, tales derechos son:

      […]

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