"Por una merced en estos reinos". Carolina Abadía Quintero
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La segunda categoría conceptual de importancia fue la de carrera eclesiástica, la cual, al ser aplicada a los capitulares y obispos de Popayán, muestra que buena parte de los cursus honorum fueron la mejor expresión de los esfuerzos de clérigos y eclesiásticos en general por ascender socialmente en el mundo hispánico. Como refiere Aguirre, hacer una carrera eclesiástica implicaba poseer medios económicos para asumir el pago de estudios superiores en ciudades alejadas del hogar, cosechar virtudes en diversas empresas doctrinales, devocionales y religiosas, probar la limpieza de sangre y la idoneidad del linaje, tener vínculos con personajes destacados del mundo político y social indiano que atestiguaran a favor de los servicios y méritos, ser parte de una red, una clientela que certificara la trayectoria adquirida y virtudes profesadas,32 así “la carrera no era una trayectoria lineal hacia los altos cargos, sino un proceso gradual, sinuoso, en el que los méritos individuales surtían mejor efecto si estaban respaldados por una recomendación acertada en tiempo y forma”.33
Con respecto a las redes, Lucrecia Enríquez propone que la red es “una estructura construida por la existencia de lazos o relaciones entre individuos”34 y un sistema de intercambios en que hay un permanente flujo y circulación de “bienes o servicios”.35 La realización de las redes que aquí se presentan parte de una premisa: reconocer la importancia de las interacciones que tienen los sujetos de estudio y el tipo de relaciones que edificaron a lo largo de su vida, con lo que, como señala Michel Bertrand, no es solo vital identificar conexiones, amistades y tipos relacionales, sino también estudiar los intercambios que mantienen los individuos; “en este sentido, la red sería también un sistema de intercambios en el seno del cual los vínculos o las relaciones permiten la circulación de bienes o de servicios”.36 A partir de estas definiciones, es posible comprender que no todas las relaciones conducen a vínculos; por ende, no todos los personajes que están relacionados con un sujeto en específico poseen un tipo de vinculación histórica con este. Un ejemplo desde la historia se da con quienes firman como testigos en los protocolos notariales, quienes, si bien dan fe de los testimonios consignados en estos documentos, no necesariamente tienen un tipo de vínculo con los individuos de estudio. Para Bertrand, esto conlleva identificar relaciones efectivas con relaciones potenciales,37 determinadas ambas por la información que proveen las fuentes históricas.
Otra característica más se une a las presentadas: la complejidad. Ricard Solé define el término como “el comportamiento de sistemas formados por múltiples elementos en interacción”;38 indagar la complejidad conlleva el análisis de las interacciones, de la información que por ellas circula y de la manera en que estas pueden generar procesos y fenómenos. Desde esta perspectiva, las redes construidas exponen el tipo de relaciones, interacciones e intercambios que tuvieron los obispos de Popayán antes y durante su gobierno episcopal en el obispado payanés, para entender los contextos múltiples en que se desarrollaba su vida, que están constituidos por lo local, el mundo virreinal y el Imperio hispánico.
Además de los elementos mencionados, hay que entender que las redes son diacrónicas porque permiten estudiar un fenómeno de manera permanente en el tiempo. En términos prácticos, esto quiere decir que, a pesar de que los grafos que ilustran la red aparecen de manera estática, las relaciones y los vínculos que la componen se mantienen, por lo general, de manera permanente a lo largo de la vida del individuo.39 Eric van Young resume mejor las características mencionadas sintetizándolas en los siguientes criterios: durabilidad, es decir, con una persistencia en el tiempo; reciprocidad, en la medida en que los vínculos son más horizontales que verticales; horizontalidad, y ligadas a la voluntad de las partes por mantener algún tipo de vínculo.40
El ejercicio de elaboración de redes permitió, como menciona en múltiples de sus trabajos José María Imízcoz,41 superar la delimitación geográfica impuesta por el espacio de estudio, en este caso el obispado de Popayán, y ubicar de manera simultánea las relaciones y conexiones familiares, afectivas, políticas y comerciales, entre otros, de varios de los obispos y prebendados residentes en Popayán. Así, mientras moraban en la capital del obispado payanés, mantenían relación permanente con amigos, apoderados y conocidos en Santa Fe, Quito, Lima, Sevilla, Madrid y Roma; la mayor parte de estas conexiones demuestran que, a pesar de sus funciones, los obispos y algunos prebendados mantenían vínculos y amistades con los que vigilaban de manera permanente sus deudas, pleitos, negocios e intereses de promoción en otras geografías. A este universo de múltiples y diferenciados vínculos lo denomina Imízcoz análisis relacional, definido en palabras de este autor como:
Un análisis de tipo inductivo que parte de la observación de las acciones e interacciones de los individuos como actores efectivos de la vida económica, política, social y cultural, con el objeto de hallar sus configuraciones o agrupaciones reales, de percibir sus relaciones con el contexto (con las instituciones, normas, ideas y estructuras del sistema), de seguir en el tiempo las dinámicas que constituyen con su acción y, a término, de explicar los procesos de cambio desde la agencia de los actores que los producen efectivamente.42
No sobra decir, como señala José María Imízcoz, que el análisis inductivo se refiere a la composición de argumentos y explicaciones a partir de la información que brindan las fuentes históricas, lo cual no implica reducir la complejidad del sistema que se estudia.43
La metodología que se usó para diseñar las redes complejas de los obispos de Popayán pasó por determinar, en primera medida, el tipo de relaciones que tenían obispos y capitulares, y así ir identificando los cargos, los lugares geográficos y el tipo de vínculos establecidos con esos otros, y si estos intervenían o no en el proceso de promoción, ya sea con una recomendación, o como testigos de los méritos y servicios, o como agentes en la corte. Para determinar esta red, fue necesario comprender que hacer una implica establecer el tipo de vínculos construidos por los sujetos de estudio; como menciona María Isabel Sánchez Balmaceda, existe una tipología de relaciones propuesta por Koke y Kuklinski,44 con la que es posible reconocer diversas formas relacionales: a) de transacción referidas a “intercambios comerciales”45 y mercantiles de todo tipo; b) de comunicación, definida por “la transmisión de mensajes”46 entre los sujetos de estudio; c) instrumentales, establecidas para buscar alguna merced, recompensa o beneficio; d) afectivas, definidas por conexiones de amistad y paisanaje; e) de poder, representativa de sujetos pertenecientes a corporaciones e instituciones; f) de parentesco, constituida por lazos familiares.47
Así, en el proceso de identificación de relaciones y conexiones de los obispos de Popayán, fue necesario evaluar la calidad y cantidad de la información para establecer sus redes. Para esto, se cruzaron los datos presentes en documentos notariales, cartas, relaciones de méritos y servicios, diccionarios biobibliográficos y poderes especiales, con los que fue posible establecer las redes de siete obispos: Juan de la Roca, fray Juan González de Mendoza, fray Ambrosio de Vallejo, Diego Montoya y Mendoza, fray Francisco de la Serna, Vasco Jacinto de Contreras y Cristóbal Bernaldo de Quirós. De los otros siete obispos, la información encontrada no fue profusa o consistente por los siguientes aspectos: