¿Podemos adelantar la Segunda Venida?. Marcos Blanco

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¿Podemos adelantar la Segunda Venida? - Marcos Blanco

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(Mat. 24:1, 2, RVC). Solo una pequeña parte de la muralla del Templo permanece actualmente.

      Esta es solo una muestra de una de las profecías bíblicas que se han cumplido tal como se había predicho. Y, como cristianos, tenemos la certeza de que podemos confiar en la palabra profética más segura, ya que se ha cumplido todo lo que Dios predijo a través de sus profetas. Sin embargo, algunos consideran que el hecho de que algo esté profetizado implica que Dios es el ejecutante y única causa de esas profecías, sin ninguna participación humana.

      No existe demora

      Dentro de esta postura, pensar en una demora es ilógico. La demora es una prolongación del tiempo más allá de lo previsto, lo que da a entender que se fracasó en cumplir con un plazo estipulado por anticipado. Pero si Dios, en su absoluta potestad, ha fijado la fecha para su segunda venida, no es coherente pensar en una demora, ya que el momento de la Segunda Venida es potestativo de Dios (Hech. 1:7).

      Wallenkampf dialoga con la postura opuesta –la así llamada “escatología de la cosecha”, que se analizará en el siguiente apartado–, que afirma que la actividad humana puede marcar una diferencia en la fecha de la Segunda Venida. En este contexto, afirma:

      Puede verse claramente que, en la postura de Wallenkampf, todo el acento está colocado en las acciones y los planes divinos, negando rotundamente la participación del hombre tanto en las actividades que anteceden a la Segunda Venida como en la determinación de la fecha de este evento.

      Concepción acerca del ser de Dios

      Como puede verse, Wallenkampf concibe el ser de Dios en términos de atemporalidad. En su postura, Dios está más allá del tiempo y no experimenta el flujo de futuro, presente, pasado.

      Omnisciencia y providencia divinas

      Como puede verse, Wallenkampf concibe el ser de Dios en términos de atemporalidad. En su postura, Dios está más allá del tiempo y no experimenta el flujo de futuro, presente, pasado. Creer que el ser humano pueda desempeñar algún papel es como una “blasfemia”.

      Puede

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