La palabra facticia. Albert Chillón
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8.Me remito a cualquiera de las ediciones de calidad de la Retórica. La concepción aristotélica de lo verosímil es muy bien explicada por Roland Barthes en «La retórica antigua», prontuario recogido en La aventura semiológica (Barcelona: Paidós, 1993), p.85–161.
9.«Diseccionamos la naturaleza a través de líneas trazadas por nuestras lenguas nativas. Las categorías y tipos que aislamos del mundo de los fenómenos no nos los encontramos allí porque salten a la cara del observador; por el contrario, el mundo se presenta como un flujo caleidoscópico de impresiones que debe ser organizado por nuestras mentes —y eso significa sobre todo por los sistemas lingüísticos de nuestras mentes. Diseccionamos la naturaleza, la organizamos en conceptos y le adscribimos significados como lo hacemos principalmente porque somos partícipes de un acuerdo para organizarla de ese modo —un acuerdo que se establece a lo largo y ancho de nuestra comunidad lingüística y que está codificado según las pautas de nuestra lengua. El acuerdo es, por supuesto, implícito y tácito, pero sus términos son absolutamente obligatorios; no podemos hablar en absoluto si no es suscribiendo la organización y clasificación de datos que el acuerdo decreta». Benjamin Lee Whorf, «Science and Linguistics» (1940), artículo incluido en Language, Thought and Reality (Cambridge: MIT Press, 1956), p.157. Al respecto, véase también la obra anterior de su maestro Edward Sapir, Language. An Introduction to the Study of Speech (1921), publicado en castellano: El lenguaje (México: FCE, 1954).
10. Tal es el sentido de la famosa proposición 5.6. del Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein: «Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo» (Barcelona: Laia, 1989), p.130.
11. Cassirer, op. cit., 1971, p.34.
12. Así, en palabras de Lluís Duch, op. cit., 1997, p.52: «A menudo de forma soterrada, la tradición, como contenido y también como diversidad de formas expresivas, continúa manteniendo su presencia activa en el momento actual. No debe olvidarse que la tradición, a lo largo de la historia, ha sido un insustituible factor estructurador de la humanidad del hombre a partir de los estratos más profundos de su propia arqueología. Además, resulta un hecho harto conocido que ni el contenido ni las formas expresivas de la tradición humana poseen posibilidades infinitas, sino que sólo dispone de las que corresponden a un ens finitum capax infiniti, es decir, a un ser que se ve obligado a someterse a un incesante proceso de clasificación de los nuevos datos y circunstancias que irrumpen en su horizonte físico y mental». Sobre la importancia de la tradición, y sobre su naturaleza eminentemente lingüística, ha reflexionado brillantemente George Steiner en Antígonas. Una poética y una filosofía de la lectura (Barcelona: Lumen, 1966), pássim.
13. Cesare Segre, Principios de análisis del texto literario (Barcelona: Crítica, 1985), p.59. Véase, así mismo, Umberto Eco, Tratado de semiótica general (Barcelona: Lumen, 1977), p.110–14.
14. Sobre la pragmática y su aplicabilidad a los estudios sobre comunicación, véanse: John Austin, How to do things with words (Oxford: Clarendon Press, 1962); John Searle, Speech Acts (Cambridge: Cambridge University Press, 1969); Geoffrey Leech, Principles of Pragmatics (Londres y Nueva York: Longman, 1983); Stephen Levinson, Pragmatics (Cambridge: Cambridge University Press, 1983); Siegfried J. Schmidt, Teoría del texto. Problemas de una lingüística de la comunicación verbal (Madrid: Cátedra, 1977); Umberto Eco, Lector in fabula (Barcelona: Lumen, 1981); o Graciela Reyes, La pragmática (Barcelona: Montesinos, 1990).
15. La pragmática, sin embargo, presenta como novedosa una idea que la longeva retórica formuló —con mucha mayor precisión y detalle, por cierto—, hace aproximadamente veinticinco siglos. Al respecto, es muy útil la obra de Bice Mortara Garavelli, Manual de retórica (Madrid: Cátedra, 1991); así como el clásico de Chaïm Perelman y Lucie Olbrechts-Tyteca Tratado de la argumentación (Madrid: Gredos, 1989). También lo es el libro de Elvira Teruel Planas, Retòrica, informació i metàfora (Barcelona: UAB/UJI/UV, 1997).
16. Acerca de la naturaleza dialógica de la comunicación lingüística, entendida como incesante intercambio de enunciados, son ya clásicas las reflexiones del gran Mijail Bajtin en Estética de la creación verbal (México: Siglo XXI, 1985) y Teoría y estética de la novela (Madrid: Taurus, 1989).
17. La idea nietzscheana acerca de la naturaleza retórica del lenguaje ha dado lugar a algunas magníficas investigaciones sobre el papel decisivo que las metáforas desempeñan en el modo de vivir, concebir y comunicar de los individuos. Pienso, en particular, en la ya clásica obra de George Lakoff y Mark Johnson Metaphors We Live By (1980), título mal traducido en la versión castellana: Metáforas de la vida cotidiana (Madrid: Cátedra, 1991). Por otra parte, la antes aludida obra de Elvira Teruel Retórica, informació i metàfora es, sin duda, una iluminadora aplicación de la consciencia retórica al estudio de la comunicación periodística.
18. Remito al lector al artículo de Berta Capdevila y Albert Chillón «El discerniment retòric. Sobre els principis de la retòrica i el seu valor pedagògic», Ars Brevis, 17 (Barcelona: Universitat Ramon Llull, 2011).
19. Tal concepción logomítica del lenguaje ha sido elocuentemente expuesta y defendida por Lluís Duch a lo largo de sus obras publicadas en los últimos años, ya citadas.
20. Acerca de esta decisiva cuestión, resulta sumamente sugerente la observación que Duch hace a propósito de la palabra con que el idioma alemán expresa la noción de símbolo: Sinnbild, vocablo compuesto a partir de Sinn (sentido) y Bild (imagen). L. Duch, op cit., p.91.
21. Octavio Paz, El arco y la lira, op. cit., 1992, p.34. Las citas entrecomilladas de Paz corresponden a la obra citada de W. M. Urban, Lenguaje y realidad.
22. Un medio concebido como ambiente, no como instrumento.
23. Acerca de la distinción entre imagen icónica e imagen mental, es esclarecedor el libro de Román Gubern La mirada opulenta (Barcelona: