Mal que sí dura cien años. Rodrigo Ospina Ortiz
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35Ejemplos importantes de estas fuentes son: Jorge Bejarano, “Noticias de Higiene Pública”, El Tiempo, septiembre 6 de 1921, 3. “El Programa Liberal del Doctor Bejarano”, El Tiempo, mayo 8 de 1931, 4; “Higiene”, Revista Semana, febrero 12 de 1949, 11. “Cómo deben resolverse los grandes problemas de Bogotá”. El Tiempo, mayo 4 de 1930, 1 y 14. “Problemas Municipales”, El Tiempo, marzo 26 de 1930, 3.
36Se utilizará el libro de Klauss Krippendorf, Metodología del análisis de contenido: teoría y práctica (Barcelona: Ediciones Paidós, 1990).
37Aquí se utilizó el libro de Van Dijk, Racismo y análisis crítico de los medios; el de Ruth Wodak y Michael, comps., Métodos de análisis crítico del discurso (Barcelona, Gedisa, 2001) y el de Silvia Sigal y Eliseo Verón, Perón o muerte. Los fundamentos discursivos del fenómeno peronista (Buenos Aires: Eudeba, 2003).
38Algunos de los trabajos que se tuvieron en cuenta fueron: François Joutard, Esas voces que nos llegan del pasado (Buenos Aires: FCE, 1999); Thomas Sebeok y Jean Umiker Sebeok, Sherlock Holmes y Charles S. Pierce. El método de la investigación (Barcelona: Editorial Paidós, 1987). Gonzalo Abril, “Análisis semiótico del discurso”. En: Métodos y técnicas cualitativas de investigación en Ciencias Sociales, coordina por Juan Manuel Delgado y Juan Gutiérrez (Madrid: Editorial Síntesis, 1995).
39“Comentarios médicos”. El Tiempo, junio 30 de 1953, 4.
40Van Dijk, Racismo y análisis crítico de los medios, 236.
41Noguera, Medicina y política…, 123.
42Gramsci, Los intelectuales…, 27.
43Ibíd., 16.
44Gramsci, La constituzione del Partito Comunista. Citado en Hugues Portelli, Gramsci y el bloque histórico (México: Siglo XXI Editores, 1979), 101.
45Ibíd., 99.
46Gramsci, Los intelectuales…, 35.
47Giovanni Sartori, La Política. Lógica y método en las ciencias sociales (México: FCE, 1992, segunda edición en español), 10.
48Ibíd., 217.
49Ibíd., 219.
50Ibíd., 221.
51Michel Foucault, Microfísica del poder (Barcelona: Planeta, 1994), 99.
52Ibíd., 151.
53Ibíd., 152.
54Ibíd., 79.
55Ibíd., 185.
56Noguera, La Medicalización de la política..., 139.
57Eliseo Verón, “La palabra adversativa”. En El discurso político. Lenguajes y acontecimientos editado por varios autores (Buenos Aires: Librería Hachette, 1986), 13-26.
58Teun Van Dijk, “Discurso, conocimiento, poder y política. Hacia un análisis crítico epistémico del discurso”, Revista de Investigación Lingüística, n.º 13 (2010): 175.
59Van Dijk, Racismo y análisis crítico de los medios…, 253.
60Ibíd., 271.
61Ibíd., 274.
62Mijail Bajtín, Estética de la creación verbal (Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2005).
63Ibíd., p. 279.
64Franco Ferrarotti, “Las biografías como instrumento analítico e interpretativo”. En La historia oral: métodos y experiencias, compilado por Cristina Santamaría (Madrid: Editorial Debate, 1993).
65Gilberto Loaiza Cano, “El recurso biográfico”, Revista Historia Crítica, n.° 27. www.lablaa.org/blaavirtual/revistas/rhcritica/27/elrecurso.htm. Para una aproximación más profunda de los fundamentos teóricos sobre la biografía, véase la introducción del libro de Loaiza Cano, Manuel Ancízar y su época.
66Ibíd.
La degenerada raza y el dispositivo de la conferencia
César Augusto Ayala Diago
Departamento de Historia
Universidad Nacional de Colombia
En tiempos de pandemia. A cien años de las conferencias sobre la degeneración de la raza colombiana.
Bogotá, junio-julio de 2020
Entre mayo y julio de 1920, los estudiantes bogotanos convocaron a los médicos colombianos, quienes hacían ciencia, a debatir sobre una tesis del médico Miguel Jiménez López acerca de la degeneración de la raza colombiana. Escogieron el Teatro Municipal y hacia allá se desplazó todo el mundo al goce de escuchar, los viernes en la noche, que estábamos muy mal y que, si no se higienizaba el país y si no se lo curaba, era muy posible que los colombianos se esfumaran. Apenas se salía de la pandemia de la gripa española y ya Colombia estaba anegada de fiebre tifoidea, sífilis, uncinariasis, tuberculosis, lepra, anemia tropical, bocio, alcoholismo, imbecilidad, raquitismo, cretinismo y paludismo. Bien dichas las cosas, los sobrevivientes de entonces lo eran más de las enfermedades que de las guerras civiles.
Un excelente conjunto de sensibles médicos, entre ellos, Calixto Torres, Jorge Bejarano y Luis López de Mesa, se unieron a destacados hombres maduros en los afanes políticos, como el pedagogo Simón Araújo y el general Lucas Caballero, y juntos consiguieron impregnar de ansia médica la agenda política de entonces. Los diarios El Tiempo y El Espectador apoyaban e impulsaban esa agenda.
Las conferencias —iniciativa estudiantil— pusieron la salubridad en la vanguardia de las reivindicaciones sociales de entonces, y de esa noble actividad emergió y partió el poco estado de bienestar que logró construirse y desarrollarse hasta finales del siglo XX.
Cien años después,