Mujeres y educación en la España contemporánea. Raquel Vázquez Ramil
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– Asociación para la Enseñanza de la Mujer:
Como apuntamos en páginas precedentes, la Asociación para la Enseñanza de la Mujer y las iniciativas educadoras de Fernando de Castro son, en cierto modo, la antesala de la Institución Libre de Enseñanza. En consecuencia, cuando ésta nace, el interés por la educación de la mujer sigue presente en las mentes de sus promotores, que lo sacarán a relucir en acontecimientos como los Congresos Pedagógicos de 1882 y 1892 y le darán espacio en las páginas del BILE.
Con cierta periodicidad aparecen en el BILE noticias sobre la Asociación[103], firmadas por hombres pertenecientes a ambas entidades, como Manuel Ruiz de Quevedo, Rafael Torres Campos, Joaquín Campos o Aniceto Sela. A partir de 1890 se aprecia un cambio en la Institución y cierto distanciamiento de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, centrando su interés y empeño en aspectos de «mayor» alcance social como la educación secundaria y superior de la mujer.
– Noticias sobre instituciones educativas femeninas extranjeras:
Los institucionistas siempre estarán muy atentos a las novedades pedagógicas de Europa y América del Norte, no sólo a través de libros y revistas, sino viajando y visitando los establecimientos de su interés: en 1878 Torres Campos viaja a París; en 1880 Cossío viaja a Italia, Suiza, Francia y Bélgica, donde asiste al Congreso de Enseñanza de Bruselas; en 1884 acompaña a Giner al Congreso Pedagógico de Londres, y visitan Eton y Oxford, y en 1886 ambos emprenden un viaje de estudios por Inglaterra, Francia y Bélgica, acompañados por Buylla, Posada y Sales y Ferré; tras este viaje Giner proyecta una ampliación de la ILE, dando cabida a la educación primaria y secundaria de la mujer y a la instrucción de los obreros, y Cossío publica un texto de gran interés sobre la neutralidad religiosa en la enseñanza: La situación de la instrucción pública en Bélgica[104].
En la Institución se combinan la influencia francesa e inglesa, sobre todo esta última, más alejada de la reglamentación y menos tradicional en nuestro país[105]; en el tema de la educación femenina resuenan también los ecos de un país tan adelantado en ese aspecto como Estados Unidos. La referencia a instituciones y programas extranjeros es frecuente en el BILE y manifiesta el afán por buscar modelos aplicables a la realidad nacional y estímulos comparativos que obliguen al país a despertar. Veamos los artículos más representativos:
Ilirio Guimerá publica el 31 de mayo de 1882 el artículo «La educación de la mujer: progresos más recientes en Europa», en el que alude a la segunda enseñanza femenina en Francia, los derechos políticos de las graduadas inglesas, las mujeres en el servicio de ferrocarriles de Bélgica, la Escuela de Medicina de San Petersburgo y la de Telegrafía de Madrid.
Rafael Torres Campos se interesa por «Las escuelas de economía doméstica» el 30 de mayo de 1883 y describe los principales establecimientos de este tipo de Inglaterra, Alemania y Francia.
El profesor belga Alexis Sluys[106] publica el 31 de enero de 1891 un artículo sobre «El Asilo de Huérfanos Prévost», situado en el departamento francés de L’Oise y dirigido por Paul Robin. El asilo Prévost era un centro benéfico donde se aplicaban los principios de la instrucción integral y se seguía el régimen coeducacional, cuyos beneficios ensalza Sluys[107].
La alusión a la admirada Escuela Normal Superior de Fontenay-aux-Roses corre a cargo de Mercedes Sardá en sendos artículos de 31 de agosto de 1898 («Félix Pécaut») y de 30 de septiembre de 1900 («Carta de Fontenay»)[108].
También se ocupa de la educación femenina en el extranjero Carmen López-Cortón y Viqueira, esposa de Cossío, en tres breves artículos: «La enseñanza superior de la mujer en Rusia, según la princesa Kropotkine» (28 de febrero y 31 de marzo de 1899) y «Nuevas tendencias en la educación de la mujer católica en Francia» (30 de abril).
– Perspectivas profesionales de la mujer:
Se trata de un aspecto íntimamente ligado al debate sobre la educación femenina. Comienzan dos hombres de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, Ruiz de Quevedo y Torres Campos, con artículos sobre el trabajo de la mujer en los servicios de Correos y Telégrafos[109], para avalar la Escuela de Telegrafía creada por la propia Asociación[110].
El 15 de marzo de 1886 José Ontañón comenta un interesante artículo sobre «Educación agrícola de la mujer» publicado por la escritora Rosario de Acuña en La Gaceta Agrícola. Ontañón suscribe la necesidad de crear escuelas agrarias similares a las de otros países, en las que las mujeres aprendan las nociones esenciales para dirigir con éxito una casa de labranza. Es original la idea de impartir a las mujeres enseñanzas sobre cultivos y ganado de forma científica y racional. No obstante, esta idea buscaba, no tanto la mejora de la situación femenina, como el incremento de la alicaída producción agraria general.
Joaquín Sama publica el 15 y 30 de abril de 1899 un artículo sobre «Participación de la mujer en el profesorado»; destaca, en primer lugar, el papel educador de la mujer dentro la familia y, en segundo lugar, el protagonismo absoluto que le corresponde en la enseñanza de los párvulos, ya reconocido por los Congresos Pedagógicos de los años ochenta y noventa.
Concepción Arenal publica en el BILE de 31 de octubre de 1891 un ensayo fundamental sobre «El trabajo de las mujeres», que tendrá amplísima repercusión. En él denunciaba con excepcional claridad la escasa preparación industrial de la mujer, consecuencia de la cual (y de una feroz competencia) es el poco salario con que se recompensa un gran esfuerzo y una gran dedicación de tiempo. Concepción Arenal pide que se apliquen a las obreras los mismos medios de instrucción y rehabilitación que a los obreros, comenzando por suprimir los agraviantes gremios de oficios. Asimismo, resalta el contraste entre mujeres agostadas en una apatía enervante y otras consumidas por un trabajo ímprobo; aduce que no es posible mantener el irracional choque entre el «mundo moderno» y la «mujer antigua», y que el único medio de regeneración social válido es «educar a la mujer, artística, científica e industrialmente», y ello porque no puede haber orden económico ni equilibrio mientras la mitad del género humano tenga que depender de una herencia, del sustento proporcionado por la familia, de la limosna o, de lo contrario, arriesgarse al hambre o al extravío.
El BILE incluye también artículos que defienden la apertura de nuevas profesiones a las mujeres, en la línea defendida por los profesores institucionistas en el Congreso Hispano-Portugués-Americano de 1892[111].
– Condición social de la mujer y feminismo:
En este punto destacan los artículos de Rafael M.a de Labra. En el Boletín de 15 de marzo de 1883 publica, con el título de «Federación internacional contra la prostitución», un extracto de la conferencia que había pronunciado sobre el tema en el Fomento de las Artes. Labra recorre la historia del movimiento contra la prostitución tolerada o reglamentada, consolidado en 1875 con la creación de una federación internacional, y apunta la necesidad de que España contribuya con instituciones preventivas de carácter ético-positivo.
En el BILE de 15 de mayo de 1891 publica Labra un ensayo sobre «La rehabilitación de la mujer», en el que sostiene que el movimiento en