Los inicios de la automatización de bibliotecas en México. Juan Voutssás Márquez

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Los inicios de la automatización de bibliotecas en México - Juan Voutssás Márquez

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Unidos, Canadá, Suecia, Alemania y la Unión Soviética, entre otras, cuyos temas abarcaban la posibilidad de incipientes desarrollos de sistemas computacionales para adquisiciones, control de publicaciones periódicas, circulación, bibliografías, catálogos de libros, índices KWIC y KWOC y, por supuesto, el tema más importante y complejo de todos: la producción automatizada de juegos completos de tarjetas catalográficas y la eventual creación de catálogos automatizados en las bibliotecas, todo ello con ayuda de computadoras (McCallum 2003, 3). En 1964, La Association of Research Libraries (ARL) o Asociación de Bibliotecas de Investigación de la unión americana también creó su Comité de Automatización con la idea de explorar las posibilidades de la aplicación de la emergente tecnología computacional al quehacer bibliotecario. En 1967, la Federación Internacional de Documentación (FID) organizó en Roma la Conferencia Internacional Sobre Información y Diseminación Mecanizada” (FID/IFIP 1967). En 1965, Joseph Licklider visualizó que las computadoras de estaban llegando a capacidades que estaban próximas a realizar las grandes tareas bibliográficas imaginadas y descritas por Vannevar Bush veinte años antes, y escribió su famoso libro Bibliotecas del futuro, en donde describió cómo una computadora podría proveer una biblioteca automatizada a numerosas personas accediendo a una gran base de datos remota creada al efecto (Licklider 1965).

      En 1964, en la Feria Mundial de Nueva York, la American Library Association (ALA) organizó un stand o exhibición con el nombre Library/USApara mostrar al público lo que las bibliotecas podían llegar a ser con la tecnología de ese entonces. Los principales patrocinadores y exhibidores fueron Univac, IBM y Kodak. Una impresionante computadora Univac era visible detrás de una pared de vidrio. Contenía algunos miles de referencias a documentos históricos almacenadas en una primitiva memoria de tambor magnético, y se ofrecía a los azorados visitantes la oportunidad de hacer consultas en tiempo real, las cuales eran impresas al momento en una impresora de alta velocidad. Los documentos completos relacionados con la búsqueda podían consultarse en microfilmes ahí mismo. Aunque el conjunto de datos disponibles era pequeño, el efecto para los visitantes que no conocían esas capacidades de consulta y recuperación de información resultaba impresionante, y fue un asomo al futuro de lo que estaba por venir unos años después (Rayman 2014).

      El proyecto MARC fue desarrollado por un grupo de bibliotecas seleccionadas junto con la del Congreso entre los años 1965 a 1968, cuando publicaron sus resultados y distribuyeron las primeras cintas con registros a prueba. Siendo un proyecto muy exitoso requería todavía de algunas precisiones y por ello fue lanzada una segunda etapa del mismo denominada MARC II. Esta segunda fase continuó expandiéndose durante la primera mitad de la década de los setenta. A partir de 1968, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos produjo todos sus registros catalográficos en formato MARC simultáneamente con la versiones en papel o cartón de ese entonces. En ese año, la Biblioteca del Congreso comenzó a ofrecer y distribuir regularmente cintas magnéticas de computadora con los nuevos registros a las bibliotecas que lo solicitasen. Por lo mismo, en ese año comenzó a publicar los manuales correspondientes para que las bibliotecas supieran cómo interpretar y convertir los registros electrónicos nuevamente hacia fichas catalográficas (Library of Congress 1968). A principios de los setenta encargó a una empresa la conversión de todas sus tarjetas catalográficas existentes en su catálogo previas a ese año hacia una versión en formato MARC para tener completo todo su catálogo en ese formato. A partir de 1980, la Biblioteca del Congreso ya no agregó tarjetas de cartón a su catálogo manual, el cual quedó estático desde entonces con veintidós mil cajones y veintidós millones de tarjetas catalográficas.

      Por su parte, la Biblioteca Británica también tomó interés por estos tópicos y, partiendo de las recomendaciones de los estudios originales, inició su propio proyecto para sistematizar la Bibliografía Nacional Británica, BNB MARC o British National Bibliography with Machine Readable Cataloguing. Esa organización siguió muy de cerca, colaboró en el proyecto estadounidense y llegó a conclusiones muy parecidas. Posteriormente, cuando la Biblioteca Británica decidió continuar con su propio proyecto MARC, colaboró muy de cerca en la

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Computadora UNIVAC, en la sala de exhibición de la American library Association durante la Fería Mundial de Nueva York, 1964 - 1965. © Copyright American Library Assosiation. This document mat be reprinted and distributed for non-commercial and educational purposes only, and not for resale.

      En 1967, los rectores de las instituciones de enseñanza superior del estado de Ohio, Estados Unidos, decidieron fundar un centro computarizado común que diese servicio de fabricación y distribución de tarjetas a todas las bibliotecas de esas escuelas con el fin de reducir costos. Se creó así el Ohio College Library Center (OCLC). El primer centro de cómputo de esta organización estuvo en el Centro de Investigación de la Universidad Estatal de Ohio y sus primeras oficinas se ubicaron en la Biblioteca Principal de esa universidad en la ciudad de Columbus. En poco tiempo, se volvió un exitoso centro regional que daba servicio a 54 instituciones académicas de ese estado. Con la disponibilidad regular de las cintas de la Biblioteca del Congreso, a partir de 1971 el proyecto se consolidó exitosamente y se convirtió en el gran productor y distribuidor de tarjetas catalográficas de Ohio y un caso práctico de gran éxito del uso de grandes computadoras para ese propósito. En 1977, los miembros de la organización adoptaron cambios en la estructura de gobierno que permitieron a las bibliotecas fuera de Ohio hacerse miembros y participar en el proyecto y el servicio; se hacían de un proyecto muy

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