¿Ha enterrado la ciencia a Dios?. John C. Lennox
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[26] Galileo se refirió a esto en su famosa carta a la Gran Duquesa Cristina de Toscana (1615) cuando reprende a quienes no comprenden que «bajo el significado superficial de este pasaje bíblico puede contenerse un sentido distinto».
[27] Llama la atención que en 1559 el papa Pablo IV había establecido el primer Índice oficial de Libros Prohibidos, que prohibía, entre otros, la traducción de la Biblia a las lenguas vernáculas, lo que haría preguntarse de qué lado estaba la Iglesia.
[28] Véase, por ejemplo, The Wilberforce–Huxley Debate: Why Did It Happen? de J.H. Brooke, Science and Christian Belief, 2001, 13, 127–41.
[29] Véase “Wilberforce and Huxley, A Legendary Encounter”, Lucas J. R., The Historical Journal, 22 (2), 1979, 313–30.
[30] Science and Religion – Some Historical Perspectives, Cambridge, Cambridge University Press, 1991 p. 71.
[31] Véase David M Knight and Matthew D. Eddy, Science and Beliefs: from Natural Philosophy to Natural Science 1700–1900, Londres, Ashgate, 2005.
[32] Ibídem.
[33] Beliefs and Values in Science Education, Buckingham, Open University Press, 1995, p. 125.
[34] Ed. Honderich, Oxford, Oxford University Press, 1995, p. 530.
[35] Oxford Companion to Philosophy, p. 604.
[36] “Intelligent Evolution”, Harvard Magazine, November 2005.
[37] Power Lamprecht Sterling, The Metaphysics of Naturalism, Nueva York, Appleton-Century-Crofts, 1960, p. 160.
[38] Gen 1, 1.
[39] “The Big Bang, Stephen Hawking, and God”, in Science: Christian Perspectives for the Nueva Millenium, Addison Texas and Norcross, Georgia, CLM and RZIM Publishers, 2003.
2.
EL ÁMBITO Y LOS LÍMITES DE LA CIENCIA
«Cualquier conocimiento alcanzable, ha de serlo por métodos científicos; y lo que la ciencia no pueda descubrir,la humanidad no puedo conocerlo».
BERTRAND RUSSELL
«Sin embargo, la existencia de un límite para la ciencia queda clara por su incapacidad de responder a preguntas elementales e infantiles relacionadas con principios y postrimerías, del tipo: ¿Cómo comenzó todo esto? ¿Para qué estamos aquí? ¿Qué sentido tiene la vida?».
SIR PETER MEDAWAR
EL CARÁCTER INTERNACIONAL DE LA CIENCIA
Sea la ciencia lo que fuere, lo que está claro es que es algo ciertamente internacional. Para muchos, incluido aquí el autor, uno de los aspectos fundamentales de ser científico es el de pertenecer a una comunidad verdaderamente internacional que trasciende todo tipo de fronteras, de raza, ideología, religión, convicción política y toda la multitud de variadas cosas que pueden dividir a las personas entre sí. Todo esto queda fuera a la hora de hacer frente a los misterios de las matemáticas, comprender la mecánica cuántica, luchar contra las enfermedades, investigar las propiedades de materiales nuevos, formular teorías sobre el interior de las estrellas, desarrollar nuevas formas de producción de energía o estudiar la complejidad de la proteómica.
Es precisamente por este ideal de una comunidad internacional, libre para realizar su trabajo científico sin restricciones por parte de intromisiones ajenas y potencialmente divisivas, por lo que los científicos se empiezan a poner nerviosos, comprensiblemente, cuando la metafísica amenaza con levantar la cabeza. O, peor aún, cuando surge la pregunta sobre Dios. Porque, en principio, ¿acaso no es la ciencia un ámbito que puede (y debe) mantenerse religiosa y teológicamente neutral? En general, así es. Gran parte de las ciencias naturales, de hecho, probablemente la mayor parte, son así. Después de todo, la naturaleza de los elementos, la tabla periódica, los valores de las constantes fundamentales de la naturaleza, la estructura del ADN, el ciclo de Krebs, las leyes de Newton, la ecuación de Einstein, etcétera, no tienen nada que ver esencialmente con ningún tipo de compromiso metafísico. ¿No es eso?
DEFINICIÓN DE CIENCIA
Esto nos retrotrae a la pregunta sobre qué es la ciencia. En contra de la opinión popular, no hay un método científico único aceptado, aunque ciertos elementos aparecen siempre al intentar describir qué implica la actividad “científica”: hipótesis, experimento, datos, pruebas, modificación, hipótesis, teoría, predicción, explicación, etc. Pero una definición precisa es esquiva. A modo de ilustración, considérese el siguiente intento de Michael Ruse. Sostiene que la ciencia «por definición trata solamente de lo natural, lo repetible, lo que se rige por leyes naturales»[1].
El aspecto positivo de esta definición es que ciertamente nos permitiría distinguir entre astronomía y astrología. Sin embargo, el problema obvio es que, si se mantiene, la mayor parte de la cosmología contemporánea quedaría descartada como ciencia. Es difícil ver cómo el modelo estándar del origen del universo puede describir algo más que eventos únicos: el origen del universo no parece (fácilmente) reproducible. Se comprenderá que los cosmólogos se molesten si se les dice que sus actividades no cualifican como ciencia.
Y es que hay otra forma de ver las cosas que es parte esencial de la metodología de la ciencia contemporánea, que es el método de la inferencia a la mejor explicación (también llamada a veces abducción). Está claro que los fenómenos reproducibles constituyen la mejor verificación de nuestras predicciones sobre ellos, pero, de todos modos, en el caso de fenómenos irrepetibles también se puede preguntar por su mejor explicación. La lógica correspondiente sería: si A se da, entonces B es probable. Si se observa B, A pasa a ser candidato de una posible explicación de B. La definición de Ruse no parece incluir esta otra posibilidad lógica.
Sin embargo, su inadecuada definición es útil para recordar que no toda la ciencia tiene el mismo tipo de autoridad. La teoría científica basada en la observación repetida y en la experimentación es probable que tenga o deba tener más autoridad que la que no lo está. Siempre existe el peligro de no valorarlo así e investir la abducción de la misma autoridad que la observación empírica, consideración a la que se volverá más adelante.
Para complicar aún más las cosas, el ideal de la Ilustración —el observador científico frío, racional, completamente independiente, libre de toda teoría preconcebida y de todo tipo de bagaje filosófico, ético