Resistencias noviolentas en América Latina. Esperanza Hernández Delgado

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Resistencias noviolentas en América Latina - Esperanza Hernández Delgado

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la defensa de la nación yaqui, de su autonomía y autodeterminación como pueblo (Padilla 2010; Lerma 2011, 28). En este caso, nación alude a distinciones culturales, como tener una lengua propia, un territorio y una comunidad.

      Debe considerarse que el agua, el espacio y el territorio ocupan un lugar destacado en la Lutuúria yoówe (verdad mayor), palabra que en lengua yaqui equivale a cosmovisión. Ella se relaciona con el pasado inmemorial y las prescripciones de la ritualidad, la organización social y el comportamiento con los otros (Lerma 2011, 34-35). Según los yaquis, en el origen del mundo todo era agua. Un importante mito se refiere a los límites de toosa: Ania baáluútek (el que pintó la raya). En este se hace alusión a la capacidad de resistencia de esta tribu para defender su mundo, pues de la tierra, que es la madre, y del río, que es el padre, obtenían la caza, la pesca, la siembra y la vida para todo el pueblo (Zabala 1985). Este mito sigue presente entre los yaquis. Lo transcribo a continuación en dos versiones: la de un investigador, que recogió mitos y leyendas de este pueblo, y la de un líder yaqui a quien entrevisté en junio de 2016.

      El español pasa el río Mayo el martes 30 de septiembre en busca del yaqui y el 4 de octubre llega a su margen izquierda y el cinco lo cruza […]; sigue el curso del río, aguas abajo y descubre un grupo de yaquis que le sale al encuentro arrojando al viento puñados de tierra, templando los arcos y haciendo señas para que se devuelvan. Son guerreros. En la vanguardia de los indios va su jefe ataviado con fastuoso penacho de plumas multicolores y concha perla […]. Frente a frente los dos ejércitos, se adelanta el capitán indio en actitud arrogante y con su arco traza una línea larga en el suelo, hinca luego las rodillas y besa reverente la tierra de sus mayores, después se yergue en forma altiva y con el brazo derecho extendido invita a los castellanos a que se regresen por el camino que vinieron, porque de no hacerlo y si cruzan la raya, esto significa la invasión de su patria y la guerra, por lo que serían muertos sin piedad (Fabila 1978, 89-90).

      Nuestra lucha no es de cuatro años es más de 500 años. En aquel tiempo nuestros guerreros peleaban a pura flecha y hacha de piedra y su valentía es la que nos ha traído hasta acá. Nosotros le pintamos la raya a los españoles, principalmente los de Cócorit, aunque en aquel tiempo no llevaba ese nombre, pero ahora sabemos que fue el pueblo asentado en Cócorit quien les pintó la raya a los españoles en nuestro río Yaqui. Les dijeron: “Si ustedes pasan o cruzan esta raya van a tener consecuencias”, los españoles cruzaron la raya y fue derrota tras derrota (autoridad yaqui, 2016, entrevista).

      El territorio hace parte del toosa yaqui y por ende siempre ha estado presente en la resistencia de esta tribu. No obstante, fue hasta mediados del siglo XIX, cuando el concepto de territorio adquirió una gran relevancia y se convirtió en el eje articulador y dinamizador de su resistencia, especialmente en las últimas ocho décadas que marcan la estrategia noviolenta (Lerma 2011, 25). Desde la perspectiva de algunos investigadores, los yaquis asumieron que el triunfo de México en la lucha independentista contra España estaba relacionado con símbolos como el territorio, adoptándolo de manera pragmática (29). Con la restitución de tierras a los yaquis por parte de Lázaro Cárdenas en 1937, el territorio se convirtió en el referente del espacio de esta tribu (32).

      La transición a la resistencia noviolenta

      Las experiencias indígenas de resistencia civil generalmente se han nutrido de la resistencia que los pueblos indígenas de América Latina han ejercido desde el arribo de los españoles a sus territorios ancestrales en el siglo XV, en un contexto de colonialismo europeo que los indígenas han calificado como “invasión” (Hernández 2004, 2006). A partir de entonces, algunos indígenas combinaron el ejercicio de la resistencia violenta con métodos de defensa noviolentos. En la historia reciente se han registrado experiencias indígenas de transición de la resistencia violenta a la noviolenta, por ejemplo, la de los pueblos indígenas del Cauca en Colombia (Hernández 2004, 2006). Este también ha sido el caso de los yaquis.

      ¿Qué llevó a los yaquis a transitar a una resistencia noviolenta? Un primer motivo fue la tranquilidad alcanzada al lograr que el gobierno de Lázaro Cárdenas les restituyera parte del territorio ancestral y reconociera su propiedad sobre el 50 % del río Yaqui. Este acontecimiento les llevó a considerar que, asegurado su espacio y su territorio, podrían proyectar otras formas de lucha. En 1937, el presidente Lázaro Cárdenas les ratificó la posesión de 485 235 hectáreas como territorio exclusivo y la propiedad sobre 100 000 hectáreas. No obstante, según diversas versiones, con “muchas mañas” les cedieron solamente 24 000. El 12 de junio de 1939, por decreto presidencial, se reconoció a los yaquis la mitad de las aguas del río. Igual que con la restitución de las tierras, este decreto no se hizo plenamente efectivo, dado que implicaría ampliar el distrito de riego en 15 000 hectáreas, demanda que esta tribu ha hecho desde entonces (Jesús Haro; Alejandro Aguilar; Tomás Rojo; autoridad yaqui, 2016, entrevistas).

      Los que se salen de toda esta norma son los yaquis, por la lucha que hicieron y por las negociaciones que tuvieron con Cárdenas. Se dice en la historia antropológica, que discutían los yaquis con el gobierno yori. Decían: “Que se rinda el gobierno ante el pueblo yaqui, pero si quieren la seguimos, ustedes son los que están diciendo que quieren firmar o sea que ustedes son los que están pidiendo la paz” (Alejandro Aguilar, 2016, entrevista).

      Los altos costos de la resistencia violenta incidieron en la decisión de cambiar a una resistencia pacífica. La tribu yaqui había perdido líderes históricos valiosos y un buen número de yaquis sufrió deportación, esclavización y los rigores de la represión del Estado. Su capacidad política, les llevo a comprender pragmáticamente la conveniencia de asumir formas de lucha noviolentas. Para entonces contaban con condiciones especiales como la existencia de líderes y comunidades más preparados para luchar en términos de diálogo y negociación con el gobierno. También incidieron otros factores: la confianza de este pueblo en su capacidad de resistencia, la experiencia de lucha y una estructura organizativa preparada para resistir (Tomás Rojo; autoridad yaqui, 2016, entrevistas).

      Todavía tenemos armamento y una nación por la cual luchar, nuestros antepasados nos dejaron la soberanía y la autonomía […]. Sí hay armamento, pero no lo vamos a usar, no vamos a ponernos de tú a tú como lo hicieron nuestros antepasados, porque sabemos que con la tecnología que ellos tienen nos pueden exterminar en nuestro territorio. Además, acá tenemos licenciados, ingenieros y gente preparada para hablar con el gobierno (autoridad yaqui, 2016, entrevista).

      Significados que otorgan los yaquis a la resistencia civil

      Para los yaquis la resistencia civil es un mecanismo de lucha pacífica en defensa del territorio y del espacio sagrado que han heredado. En él están sus recursos hídricos y sus comunidades, la Sierra y las actividades económicas que les proveen la subsistencia (autoridad yaqui; Tomás Rojo, 2016, entrevistas). Optar por la resistencia noviolenta fue una decisión pragmática de los yaquis, tomada a partir de la conveniencia y oportunidad que en ese momento ofrecía esta forma de lucha. Para entonces consideraron que contaban con las condiciones necesarias para asumirla (autoridad yaqui; Tomás Rojo, 2016, entrevistas). Su propósito no fue persuadir al adversario de su equivocación y transformarlo, o resistir basados en principios religiosos o filosóficos. Los yaquis tienen claro por qué luchan, las fortalezas con las que cuentan, los métodos y estrategias que emplean al ejercer la resistencia. Así se refleja en las entrevistas realizadas a autoridades y líderes de este pueblo indígena: “Nosotros tenemos nuestra lucha, y nuestra bandera que es nuestra pequeña nación, entonces nosotros estamos luchando por lo que tenemos” (autoridad yaqui, 2016, entrevista).

      En su comprensión de la resistencia civil está muy presente el elemento de organización para la lucha, que se interpreta como planeación y preparación. Los yaquis reconocen como factores favorables a su resistencia noviolenta: la confianza en su capacidad de resistencia, probada a lo largo de su historia, y la consolidación alcanzada en su organización interna. Así se refleja en lo manifestado por autoridades y líderes de esta tribu:

      La

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