Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018). Carlos Medina Gallego

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Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018) - Carlos Medina Gallego

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la base de supuestos y visiones acomodaticias106.

      Los últimos meses del año de 1967 fueron particularmente difíciles para el desarrollo interno de la Organización. Pese a los intentos por no llevar las contradicciones a extremos, la dinámica misma del proceso de enfrentamientos había avanzado tanto, que comenzaron a producirse iniciativas individuales que terminaron por complicar las cosas. En la comisión comandada por José Ayala empezó a madurar un movimiento de inconformidad con la dirección, por las actitudes personales de este, que arriesgaba el grupo para satisfacer sus necesidades sentimentales y asumía frente a la crítica una postura autoritaria y descalificadora. Como consecuencia del comportamiento irregular e indisciplinado de Ayala, se produce, en su ausencia, una emboscada a la comisión en la que pierde la vida Hermías Ruiz107, uno de los estudiantes que había seguido los pasos de Camilo a la guerrilla y que jugaba un papel importante en el área de salud.

      Resulta muy difícil comprender situaciones de esta naturaleza, en las que está de por medio la vida humana, al margen de los procesos que las gestaron y en el contexto histórico en el que se produjeron113. Al respecto, el ELN ha madurado con los años una actitud crítica frente a ese tipo de acontecimientos; no obstante, fue en el marco de tales sucesos en que fue construyendo su propia historia, la que definió su cultura, sus valores y sus imaginarios simbólicos, muchos de los cuales hoy se encuentran profundamente transformados. El sacrificio de Víctor Medina Morón, Julio César Cortés y Heliodoro Ochoa, significó la introducción de una práctica extrema en la que las contradicciones políticas fueron solucionadas por la vía militar.

      Desarrollo y auge militar: la contradicción sigue madurando

      “Solucionadas” parcialmente las contradicciones y conjurado el supuesto complot, el ELN inicia un periodo que se caracteriza por su fortalecimiento militar. A partir de entonces el trabajo político con las bases campesinas, y en general con el movimiento de masas, fue decayendo cada vez más y en su lugar se afianzó la práctica militar y los planteamientos de Fabio Vásquez como primer responsable de la Organización.

      Una atmósfera de inseguridad interna comenzó a vivirse en esos meses que siguieron a los fusilamientos de Medina, Cortés y Ochoa. En la práctica se extremaron las medidas de “vigilancia revolucionaria” sobre los militantes, los que optaron por reservarse sus puntos de vista y opiniones en el camino de evitar el hecho de que estos fueran mal interpretados. Una huella profunda dejó en la Organización el hecho de solucionar con fusilamientos las contradicciones políticas e ideológicas, como expresión evidente de la falta de madurez para afrontarlas, pues, lejos de solucionarlas las aplazó.

      Aunque las dificultades internas persistían y maduraban cada vez más las contradicciones políticas e ideológicas, estas no se reflejaban en la actividad militar. El periodo de 1966, después de la muerte de Camilo y hasta 1973, cuando la Organización recibe los golpes de los operativos de Anorí, fue en términos generales de conflictos internos, fusilamientos y un relativo auge militar, en el que le producen bajas al Ejército, se recupera armamento y se van encontrando los caminos para sortear otro problema que dificultaba, aún más, la situación: la crisis económica.

      El asalto a entidades bancarias, la llamada “recuperación de dineros” a instituciones y empresas y el secuestro se constituyeron en la principal fuente de recursos para financiar la lucha del ELN. Durante mucho tiempo, la Organización vivió de los aportes y colaboraciones voluntarias de la población y mantuvo una posición radical frente al secuestro como fuente de financiación de la lucha revolucionaria. No obstante, en la medida que las necesidades se incrementaban con el crecimiento del grupo, los recursos se fueron haciendo insuficientes y la necesidad de nuevas fuentes de finanzas, más urgentes.

      A partir de 1969, el ELN comienza a hacer “retenciones”114 con fines económicos; hasta entonces, la fuente fundamental de sus recursos, en dinero, había sido el producto de acciones como los de la Caja Agraria de Simacota, el asalto al tren pagador y la expropiación de nóminas, como la realizada en el Aeropuerto Gómez Niño, pero tal vez su principal soporte económico había sido durante esos primeros años el apoyo campesino.

      Desde entonces115, el ELN ha sostenido la práctica de “retención económica”, como una fuente de recursos para financiar su sostenimiento y expansión. No obstante, no constituye su principal fuente de ingresos; esta ha sido desplazada por la “impuestación” a las empresas transnacionales, pero, sobre todo por la creación de una economía de guerra que compromete la inversión en el sector financiero y productivo del país.

      A finales de 1969, la guerrilla cruza el río Magdalena, de Santander hacia Antioquia, y se instala por la zona de la ciénaga de Barbacoa, que en ese momento pertenecía al municipio de Remedios. Durante los meses siguientes se cubre con presencia guerrillera el área de San Pablo, Remedios y Segovia; el trabajo de colonización armada está a cargo de Manuel y Antonio Vásquez Castaño116.

      En 1970, la guerrilla rural del ELN estaba compuesta por aproximadamente cien hombres en armas, divididos en tres grupos bajo la responsabilidad de Fabio, Manuel y Antonio Vásquez, José Solano Sepúlveda y Ricardo Lara quienes conformaban el Estado Mayor. Estos grupos se subdividían en pequeñas comisiones, con el objeto de realizar operativos militares y trabajo político e ir abriendo nuevas zonas.

      Entre 1969 y 1972, la Organización busca abarcar una extensa área geográfica que compromete más de 50 000 kilómetros cuadrados, en los departamentos de Santander, Bolívar (sur) y Antioquia (nordeste). Así, en 1971, el ELN contaba con seis grupos operando en esta extensa área: un grupo de 20 hombres comandado por Fabio Vásquez, que se localizó en la región de San Pablo en el sur de Bolívar; otro bajo la responsabilidad de José Solano Sepúlveda, con aproximadamente 15 hombres operando en Santander; un tercer grupo, a cuya cabeza se encontraba “Isidro” operando con 15 hombres en la región de Casabe; otro grupo, bajo la dirección de Ricardo Lara compuesto por 20 militantes, desarrollándose en el departamento de Bolívar; un quinto grupo, abriendo territorio en el departamento de Antioquia a cargo de Manuel Vásquez, con 30 hombres; y en el mismo departamento, un grupo de 15 hombres bajo la responsabilidad de Antonio Vásquez, que se reunía y operaba en ocasiones con el grupo de Manuel Vásquez.

      Los primeros encuentros de las FARC y el ELN

      Las relaciones del ELN con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y con otras organizaciones políticas, en distintas regiones de Santander y Antioquia, fueron ocasionales durante estos primeros años de vida del ELN. En un comienzo, en razón del mismo desarrollo de las dos organizaciones, el cual apenas era incipiente, los encuentros estuvieron cargados de respeto y camaradería. No obstante, con el tiempo se permitió madurar una actitud vanguardista y sectaria que distanció durante muchos años las dos organizaciones, generando incluso enfrentamientos entre ambas por divergencias políticas o por

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