Baños de bosque. 50 rutas para sentir la naturaleza. Alex Gesse

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Baños de bosque. 50 rutas para sentir la naturaleza - Alex Gesse Petit Futé. Country Guide

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de Anboto comparte terreno de juego, aquelarres, con sus compañeras las lamias: Atxarte y Gorbeia, «lejos» y «cerca». Al salir de este espacio, obviamos la alfombra de hojas que desciende a la derecha y, en su lugar, ascendemos ligeramente por una zona de helechos juguetones y de hayas peinadas por el viento. Siente la madera, su olor y sabor a tierra, a humedad, a frutos, a coco, a aceite…, y permite que ese aroma penetre, que los rincones más pequeños de tu cuerpo lo detecten y lo procesen. Estamos en la tierra de la madera, donde las hayas trasmochas acogieron al Olentzero, un hombre bonachón, de oficio carbonero, que cada 24 de diciembre baja de las montañas para acercarse a los niños y niñas y calentarse al calor de los hogares. Una tierra donde el roble (el árbol de Gernika), con su hoja tersa y fuerte, simboliza las libertades tradicionales del pueblo. Cruzamos este paraje acompañados por el aleteo elegante y delicado de las libélulas, que nos regalan una paleta de colores cuando baten sus alas: esmeralda, celeste, lima, turquesa, zafiro, melocotón, fucsia… Movimientos lentos que nos permiten detenernos y empezar a intuir el conjunto kárstico de Gorbeia: seco, fuerte e invencible ante el tiempo y la historia. Los hayedos y humedales juegan al escondite en este paraje singular. A cien metros nos espera un tronco terso y fornido. Bajo él crece una espumosa hierba suave y aterciopelada que nos invita a observar la parte final de esta experiencia. El macizo cárstico de Itxina está sobre nosotros. El ojo de Atxular y la cueva de Supelegor son rincones acompasados por hayas, cráteres, simas… En la cueva tiene una de sus moradas la diosa Mari y las lamias que la acompañan, esos seres mitológicos con pies de pato que las narraciones dicen que acicalan sus largas melenas con peines de oro. Desde el prado, podremos avistar las formaciones rocosas e imaginar la cima del Gorbeia, monte bocinero desde donde, según las viejas tradiciones, se lanzaban señales luminosas y sonoras para convocar al pueblo a Juntas Generales. Una llanura en la que si cierras los ojos, puedes sentir el mar, su espuma, la ola izquierda de Mundaka, los flysch de Sopelana o el olor a salitre de Bermeo, del Cantábrico. Porque desde aquí, en este bosque, puedes tener la suerte de sentir la madera y el mar, que forman parte de la historia del pueblo vasco, que han forjado su carácter duro pero cálido, reservado pero afable y alegre, apegado a sus orígenes y raíces, pero acogedor y con ganas de conocer mundo. Deshaciendo el camino sobre el mismo sendero, el caminante llega al panel de Atxular, en Pagomakurre, donde, si lo desea, puede pararse a observar este maravilloso paraje mientras saborea en el merendero productos de sabores intensos que emanan de esta tierra.

      Información práctica

       AYUNTAMIENTO DE AREATZA

      Gudarien Plaza, 7

      ✆ +34 946 739 010

       www.areatza.net

       [email protected]

       BIZKAIBUS

      A3917 Bilbao-Lemoa-Zeanuri

       EUSKOTREN

       www.euskotren.eus

      Línea Bilbao-Donostia, tiene paradas en Durango y Traña-Abadiño.

       PARQUE NATURAL DE GORBEIA

       www.gorbeiaeuskadi.com

       [email protected]

      Punto de partida: Estacionamiento de Pagomakurre.

      Cómo llegar: Desde Bilbao, hemos de tomar la A-8 y después la AP-8 en dirección a Donostia-Sebastián hasta la salida 105 (Galdakao/Vitoria-Gasteiz/N-634), donde continuaremos por la carretera N-240 hasta llegar a Areatza. Allí seguiremos por la BI-3530 hasta Pagomakurre.

      Distancia recorrido: 1800 metros.

      Época recomendada: Todo el año.

      Dificultad: Baja.

      Itinerario accesible: No.

      Transporte público: No.

      Iones negativos por cm3

      Senda del río Purón – Parque Natural de Valderejo

      Introducción

      El Parque Natural de Valderejo es el más pequeño en tamaño de los espacios protegidos de la provincia de Álava, pero no lo es por su riqueza natural y patrimonial. En su paisaje destaca el perfil del valle moldeado por el río Purón, cuyo desfiladero es de una gran belleza y su visita muy recomendable. Los saltos que el agua crea a su paso y las pequeñas pozas de cristalinas aguas invitan a un paseo junto a su cauce.

      Los bosques de pinos silvestres (Pinus sylvestris) conviven con encinas (Quercus ilex), hayas (Fagus sylvatica) y otros árboles propios de la ribera comolos chopos (Populus sp.) o fresnos (Fraxinus sp.). En lo alto de sus roquedos habita la colonia de buitres leonados más importante del País Vasco. Desde antiguo, estas zonas han estado pobladas. Aún podemos observar las huellas del paso del tiempo en el túmulo de San Lorenzo, en los restos de una calzada romana o en las pinturas medievales de la iglesia de la Ribera. En la actualidad, la actividad ganadera marca el día a día. En definitiva, el Parque Natural de Valderejo es un oasis de naturaleza y serenidad.

      

      Descripción del itinerario

      Túnel entre los árboles.

      © Noemí Hortigüela

      Nuestro recorrido comienza en Lalastra, en el corazón del Parque Natural de Valderejo. Se trata de un pequeño núcleo de población con un gran encanto por lo cuidado de sus construcciones tradicionales y el maravilloso entorno que lo acompaña. Un lugar que guarda celosamente el sabor de la tradición. Entre sus callejuelas podemos encontrar el Centro de Interpretación Rural, donde se pueden conocer los usos tradicionales de la zona, así como una iglesia que cuenta con un curioso reloj con una sola aguja horaria (cuya maquinaria podremos observar). Completa el conjunto un horno de leña, un potro de herrar y un juego de bolos que aún se mantiene activo en algunas épocas del año.

      Después de visitar el Centro de Interpretación del parque, lugar de cuidada arquitectura donde nos informarán debidamente de todo lo referente al espacio natural, iniciamos nuestra andadura al otro lado del centro, en un camino muy bien marcado y señalizado con las

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