Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar. Horacio Gaggero

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Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar - Horacio Gaggero

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de órdenes”. Es decir, no nombró a los tecnócratas, pero estos incluso para mantener sus cargos y desempeñar sus funciones, debieron contar con su visto bueno. Para todos los que debían ser “transmisores de órdenes” Eva aplicó un criterio básico selectivo: asegurarse primero el grado de lealtad. Seleccionó al personal con prescindencia de sus capacidades técnicas, morales e intelectuales.

      Los altos funcionarios de vocación más tecnocrática o los dirigentes políticos más preocupados por los resultados electorales y la obtención y permanencia en los cargos públicos coincidían en una visión de la sociedad que desconfiaba de los empresarios y de las supuestas virtudes de las autorregulaciones del mercado

      Un balance provisorio

      En la Argentina, como en el resto del mundo, las funciones del Estado se incrementaron como respuesta a las demandas económicas producidas por la crisis de 1929. En la década del 30 se crearon una serie de instituciones, como las Juntas Reguladoras de la Producción, el Banco Central y la Dirección de Impuesto a los Réditos. Este crecimiento, que se llamó incrementalista, porque eran organismos de menor jerarquía que se creaban sin plan y solo para hacer frente a los problemas en la medida que iban surgiendo. Estos cambios fueron criticados por algunos contemporáneos porque se hacían al margen de la estructura ministerial.

      Como se dijo, para solucionar las consecuencias sociales producidas por el proceso de industrialización, el peronismo intentó convertir el Estado como árbitro de los conflictos, y motor del crecimiento económico.

      En este marco, la gestión de las nuevas autoridades buscó la legitimación en la planificación y la capacidad de “hacer”.

      En el curso de este capítulo hemos analizado:

       las características de los cambios del período 1943-1955: una presidencia convertida en centro de decisiones; un gabinete más numeroso y diversificado, la creación y fortalecimiento de organismos técnicos productores de información, así como la creación de los organismos de control;

       el fracaso de la construcción de un Estado independiente de las influencias y presiones de los actores sociales, y

       un Estado capaz de tomar decisiones desde una perspectiva racional y “técnica”. Esta intención se frustró por la demanda contradictoria de funcionarios técnicamente capaces, que a la vez fueran partidarios de lealtad probada.

      Los gobiernos del período tuvieron como preocupación mejorar la calidad del aparato estatal. Para concretar este objetivo recurrieron a la planificación y la capacitación y selección del personal

      Para este fin el gobierno militar estableció un Estatuto del Servicio Civil que fijaba los criterios de idoneidad para desempeñar la función pública

      El gobierno de Perón mantuvo esta preocupación. Así, el Primer Plan Quinquenal preveía mejorar la competencia de los funcionarios a través de la creación de una Escuela de Administración y una cultura administrativa.

      Pero este objetivo sufrió una desviación que cambió el criterio burocrático por la exigencia de lealtad partidaria. Ejemplo de esto fueron la transformación de la Escuela de Administración en Escuela Superior Peronista y el adoctrinamiento de los funcionarios previsto en el Segundo Plan Quinquenal.

      A partir de ellas pretendimos explicar las diferencias entre los dos elencos gubernamentales del peronismo. El primero de ellos reclutado entre los dirigentes de los grupos que conformaron el peronismo y/o profesionales técnicos. El segundo elenco, más homogéneo, seleccionado por Eva Perón con criterios de lealtad al presidente

      Cuando en 1931 cayó la dictadura española Figuerola emigró a la Argentina, donde se integró al Departamento Nacional del Trabajo. Entre otras funciones, se ocupó de la recopilación de la Legislación Laboral, proponiendo reformas y profundizando los estudios estadísticos y censales en el área. Los gobiernos conservadores de la época deben en gran medida su acción intervencionista en el ámbito social a las ideas de Figuerola. En nuestro país colaboró con el grupo de Alejandro Bunge, escribiendo para la Revista de Economía Argentina, y fue codirector de la Revista de Derecho Social.

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