Álvaro d'Ors. Gabriel Pérez Gómez

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Álvaro d'Ors - Gabriel Pérez Gómez

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Condal acostumbraba a hospedarse en la casa familiar de la calle Caspe 44, muy cerca del lugar donde «Pérez y Paradinas» tenía los almacenes centrales de la empresa. Eran días que aprovechaba, entre otras actividades, para ir a comprar libros, visitar exposiciones y acudir al teatro o a conciertos. Por lo que se refiere a Argentona, se trataba del lugar donde veraneaba la abuela Teresa, en una casa conocida como el «Chalet del Torrente», situada frente al Hotel Solé (hoy Hotel Vila d’Argentona). A la abuela la solían acompañar alguna de sus hijas y las mujeres del servicio. La casa también era frecuentada en las mismas fechas por el resto de sus primos: Guillermo, Álvaro —familiarmente «Alvarito»—, María Eugenia y Ana María (hijos del tío Álvaro), así como José Luis y Fernando (hijos de la tía Pilar)[51]. Por razones de edad, el primo con quien más relación iba a mantener en esos momentos sería Guillermo, si bien jugaba también con los pequeños[52]. Este trato intenso con los Pérez-Peix hará que crezca en la abuela Teresa una especial predilección por el nieto, que también se une a ella por un vínculo afectivo muy grande. Así se desprende de los frecuentes viajes que Álvaro hizo para pasar temporadas con ella, solo o acompañado de su madre, siendo niño o un joven estudiante.

      De esta manera, en septiembre de 1923, le llega el momento de escolarizarse, y sus padres lo envían al mismo centro en el que ya estaba estudiando su hermano Juan Pablo (que había llegado a Madrid un curso antes): el Instituto-Escuela. Allí estudiaría los tres años de Preparatoria y después, entre septiembre de 1926 y junio de 1932, el Bachillerato: nueve años que resultarían cruciales para el resto de su vida.

      El Insti, como lo llamaban familiarmente los estudiantes, tenía tres sedes: en la calle Rafael Calvo, para los niños de Preparatoria; en los Altos del Hipódromo, en un terreno próximo al de la «Residencia de Estudiantes», para los chavales del ciclo intermedio, y en Atocha, para los tres últimos cursos de Bachillerato:

      Contra lo que cabía esperar en un ambiente laicista, propio de los discípulos de Giner de los Ríos que regían el centro, en el Instituto-Escuela se respetaban las creencias religiosas de los alumnos. Como escribió Álvaro d’Ors a propósito de este asunto:

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