Ciudadanía digital y desarrollo local. Francisco Sierra Caballero
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— El déficit de infraestructura y equipamientos en las ciudades y, a modo de corolario, la insuficiente modernización tecnológica de los municipios.
— La falta de formación y el analfabetismo tecnológico entre la población.
— La insuficiente disposición de recursos financieros para acometer el «salto tecnológico».
— La falta de comunicación y de coordinación interna en la Administración Local.
— La comunicación jerárquica y vertical, nada interactiva, entre Administración Local y ciudadanos.
— El acceso desigual y asimétrico, además de restringido, de los ciudadanos a las NTIC.
— La falta de cultura innovadora necesaria para adaptarse al cambio tecnológico.
— El control privado de las nuevas tecnologías y las redes telemáticas, y su disposición al servicio de los intereses comerciales de grandes grupos corporativos.
— El escaso conocimiento del uso participativo de los nuevos medios tecnológicos.
— La inseguridad de la red.
— La poca descentralización municipal (Graz) o, en algunos casos, la falta de autonomía local para planificar adecuadamente estos recursos (Derry).
— La escasa sensibilidad y conciencia pública de la importancia de las NTIC en el desarrollo local.
— La inexistencia de programas, canales y sistemas institucionales de ámbito local para el impulso de la participación ciudadana (Derry, Valencia).
— La apatía y el desinterés ciudadano por la participación (Derry, Misterbianco, Valencia).
— La complejidad de los temas de desarrollo urbanístico y su dificultad de difusión a través de los nuevos medios.
— La descoordinación entre diferentes agencias implicadas en las políticas de desarrollo local (Derry). Y, complementariamente, la deficiente organización de los sistemas y flujos de información hacia el ciudadano.
— El limitado acceso a la información para la participación de los procesos de intervención urbanística de las webs municipales (Cosenza, Sevilla). En otros casos, la manifiesta falta de actualización de los servicios y sistemas de información en línea (Misterbianco).
— La ausencia de una política local de comunicación que integre y visualice el uso de las NTIC o, en algunos casos, directamente la falta de voluntad política.
— La escasa integración territorial de las NTIC.
— La visión instrumental de la participación.
— El escaso diálogo con los ciudadanos.
— La ausencia de una cultura cívica capaz de apropiarse de los nuevos medios y activar dinámicas de participación y cogestión municipal.
AMENAZAS
— La imposición en Europa de procesos de modernización basados en una concepción del sistema informativo poco transparente y/o la saturación de información hacia el ciudadano de arriba hacia abajo.
— El creciente aislamiento de la población por la centralidad de la comunicación municipal basada en el uso individualizado de las nuevas tecnologías de la información.
— La brecha digital y la creciente desigualdad de acceso a los recursos y fuentes informativas en las políticas de Sociedad de la Infor- mación.
— La resistencia de algunos sectores a incorporarse a la revolución digital.
— El monopolio de grandes conglomerados multimedia, como Microsoft, que limitan el proceso de apropiación pública de las nuevas tecnologías.
— La burocratización generalizada del e-Gobierno y el uso acrítico, y escasamente formativo, de las nuevas tecnologías que actualmente prevalece en la mayoría de las experiencias internacionales en la materia.
— El coste de la participación que puede afectar a las inversiones foráneas para la modernización del territorio.
— Las tensiones entre técnicos municipales y ciudadanos que demandan mayor participación.
— La instrumentalización del e-Gobierno o Internet por lobbies locales.
FORTALEZAS
— La existencia, en la mayoría de las ciudades, de páginas institucionales en Internet con información sobre los servicios públicos y de equipamientos públicos para el diseño de unidades de acceso libre a las nuevas tecnologías como Bibliotecas, Casas de la Cultura (Cosenza), Centros Juveniles, o Centros de Información Urbana (Graz).
— La incipiente demanda ciudadana, especialmente de algunos grupos profesionales que empiezan a habitar el casco histórico de algunas ciudades, que son usuarios y potenciales demandantes de los servicios públicos de información en la red digital (Sevilla, Valencia).
— La conciencia de la Administración Pública y la existencia, en algunos casos, de marcos normativos de obligado cumplimiento que orientan la acción de las autoridades locales en dirección a la implantación del e-Gobierno y de modelos de participación ciudadana a través de las Nuevas Tecnologías (caso de las ciudades españolas e italianas).
— El capital cultural y el nivel educativo de la población para adaptarse al cambio tecnológico (Graz, Derry, Valencia).
— La existencia de colectivos y asociaciones vecinales que están trabajando por la socialización de las nuevas tecnologías en el municipio (Cosenza, Sevilla).
— La participación en redes interurbanas que están tratando de pensar y definir nuevos escenarios y alternativas para la participación.
— La disposición de sistemas de información accesible al ciudadano sobre planificación urbana (Derry, Graz, Valencia).
— La transparencia del sistema y los servicios de planificación urbana (Derry).
— La existencia de oficinas de información y consulta ciudadana en materia urbanística (Valencia, Graz) y mediatecas (Misterbianco, Cosenza, Sevilla).
— La difusión de medios locales de información de amplia aceptación e implantación ciudadana (Misterbianco).
— La receptividad de los ciudadanos a la información de servicio público.
OPORTUNIDADES
— La apertura de procesos integrales de participación (Presupuestos Participativos en Sevilla) o de experiencias basadas en nuevas tecnologías (Valencia, Graz) que han acumulado un capital social y un saber-hacer favorable al uso interactivo, y a la participación ciudadana con estos nuevos medios de expresión.
— La voluntad política de las autoridades locales, del gobierno de la nación y de la propia UE, desde la Cumbre de Lisboa.