Autorretrato de un idioma. Группа авторов

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debemos entender la afirmación de Livio de que si los catalanohablantes comienzan a usar la lengua castellana de manera habitual, la «patria» será «conquistada» por los castellanos. Nos encontramos también ante un cuestionamiento de la dicotomía entre el valor de una lengua en tanto que instrumento de comunicación o en tanto que marcador de identidad.2 El castellano no es presentado simplemente como lengua instrumental capaz de incluir a diferentes identidades y convertirse en una lengua común para todos. Al contrario, la lengua castellana es definida como la lengua de los castellanos y si se extiende más allá de Castilla se impondrá la identidad castellana a territorios con una lengua y una identidad distintas. El participio «conquistada» se debe interpretar como ocupada por una nueva lengua e identidad. Por lo tanto, ninguna lengua sería por naturaleza superior o más instrumental o identitaria que otra. Son circunstancias históricas las que hacen que unas lenguas se impongan sobre las demás.

      El problema, según el texto, surge cuando la conquista o imposición de una lengua sobre otra tiene lugar de una forma sutil en la que se naturaliza el proceso.3 Y aquí juega un papel muy importante el personaje valenciano: don Pedro.4 En la versión catalana del texto, el personaje tiene un nombre castellano en vez de la forma catalana correspondiente, En Pere, a pesar de que el caballero valenciano se expresa en catalán. Será Livio, el caballero catalán, quien le explique que el castellano no es una lengua más cortesana o instrumental que el catalán por naturaleza, sino como consecuencia de unas circunstancias históricas concretas. Livio le hace ver que el catalán, aunque no sea la lengua internacional de la península ibérica en la Edad Moderna, sí lo fue en la Edad Media como se observa en el hecho de que el catalán es lengua cortesana en Cerdeña. Para ello, Livio proyecta la forma de diferenciación entre castellano y catalán en la Edad Moderna española sobre la corona de Aragón en la Edad Media y la aplica al par catalán frente a aragonés. De esta forma, al identificar al castellano con el aragonés es más fácil mostrar la superioridad del catalán durante la época medieval. Por otro lado, don Pedro afirma que la lengua pura original catalana que fue llevada al reino de Valencia desde Cataluña y que mantiene su pureza en las Islas Baleares, se ha corrompido y alterado en el reino de Valencia por el contacto con el castellano. Aquí don Pedro y Livio ocultan que la variedad hablada en el reino de Valencia era y es muy cercana a la de Tortosa y siempre había mostrado unos rasgos diferenciales respecto al catalán de Barcelona, cuya variedad sirvió de base al catalán administrativo de la Cancelleria reial de la corona de Aragón y que había perdido gran parte de su influencia normativizadora a finales del siglo XV.5 La diferenciación de la variedad valenciana también se debía a un proceso interno de la lengua catalana que estaba afectando a todo el dominio lingüístico.

      1DESPUIG, Cristòfol (2012 [1557]): Los col·loquis de la insigne ciutat de Tortosa. Editado y traducido por Juan Antonio González. eHumanista/IVITRA, 1, 363-364. https://www.ehumanista.ucsb.edu/sites/secure.lsit.ucsb.edu.span.d7_eh/files/sitefiles/ivitra/volume1/14%20ehumanista.ivitra.Despuig.JAGonzalez.Col.loquis.pdf.

      2Cfr. Woolard 2007: 131-136.

      3Cfr. Lledó-Guillem 2019: 141-172.

      4Cfr. Querol & Solervicens 2011: 5-26.

      5Cfr. Lledó-Guillem 2008: 141-152.

      4. Tesoro de la lengua castellana o española, de Sebastián de Covarrubias y Orozco (1611)1

      Comentario: Soledad Chávez Fajardo

      “Al lector”

      Entre otras muchas cosas con que el hombre, animal racional, se diferencia de los demás que carecen de razón, es ser sociable, calidad propia suya: y cuando Dios creó a nuestro primero padre, aunque le puso en el Paraíso, tan rico y enjoyado con dotes de naturaleza y gracia, dijo: None est bonu hominem ese solum, faciamus ei adiutorium simile sibi y enviado en Adán un sueño, sacóle una costilla del costado, y formó de ella a Eva. Desde aquel punto que el Señor se la puso delante, empezó a regalarse con su mujer, diciéndole aquel misteriosísimo requebró: Hoc nunc os ex ossibus meis, et caro de carne mea: de modo que la comunicación de entre los dos de allí adelante, fue mediante el lenguaje, no adquirido ni inventado por ellos, sino infundido del Señor, y con tanta propiedad que los nombres que Adán puso a los animales terrestres y a las aves, fueron los propios que les competían, porque conociendo sus cualidades y propiedades, les dio a cada uno el que esencialmente le convenía; que si hasta agora durara la noticia destas etimologías, no teníamos para qué cansarnos en buscar otras; pero después del diluvio con la confusión de lenguas se olvidó aquella, quedando en sola una familia que Dios reservó de las demás, para usar de misericordia, con el linaje humano, haciéndose hombre, descendiente de Abraham, Isaac y Jacob, los cuales se llamaron hebreos, y su lengua hebrea, en esta habló Dios a Moisés y le escribió las Tablas de la Ley: y en esta escribió el mismo Moisés los libros del Pentateucon, y en ella vaticinaron los profetas, pero cuando el hijo de Dios encarnó, ya estaba mezclada con la siriaca y caldea. Lo mesmo con el tiempo pudo acontecer en las demás y así hay poca claridad cual fuese la lengua primera y pura que se habló en España. La que agora tenemos está mezclada de muchas, y el dar origen a todos sus vocablos, sería imposible. Yo haré lo que pudiere, siguiendo la orden que se ha tenido en las demás lenguas, y por conformarme con los que han hecho diccionarios copiosos y llamándolos Tesoros, me atrevo a usar desde término, por título de mi obra, pero los que andan a buscar tesoros encantados, suelen decir fabulosamente que hallada la entrada de la cueva do sospechan estar, les salen al encuentro, para hacerlos volver atrás, amenazándolos un fiero jayán, con una desaforada maza, un dragón que echa llamas de fuego por ojos y boca, un león rabioso, que con sus uñas y dientes hace ademán de despedazarlos, pero venciendo con su buen ánimo y con sus conjuros, todas estas fantasmas llegan a la puerta del aposento, donde hallan la mora encantada en su trono sentada en una real fila y cercada de grandes joyas y mucha riqueza, la cual si tiene por bien de les dejar sacar su tesoro, van con recelo y miedo de que en saliendo afuera, se les ha de convertir en carbones. Yo he buscado con toda diligencia este Tesoro de la lengua castellana, y lidiado con diferentes fieras, que para mí y para los que saben poco, tales se pueden llamar las lenguas vulgares, la francesa y la toscana, sin la que llaman castellana antigua, compuesta por una mezcla de las que introdujeron las naciones, que al principio vinieron a poblar a España. La primera, la de Túbal y después desta otras muchas, de algunas de las cuales hace mención Plinio, li. 3 c.1. conviene a saber los hebreos, los persas, los fenices, los celtas, los penos, los cartaginenses y queriendo publicar este tesoro, y sacarle a luz, temo que las lenguas de los maldicientes y mal contentadizos me le han de volver en carbones, pero estos mismos en manos de los sabios y bien intencionados con el soplo de sus ingenios y rectos juicios, han de encender en ellos un amoroso fuego y convertirlos en radiantes carbuncos y hermosos rubíes, según lo que a otro propósito dijo el poeta Angeriano: Quid tun? carbones quoque nigri /Sed flamma tacti, unde rosa verna, rubent.

      La diversidad de los orígenes me ha forzado a no poder dejar igual la lectura desta obra, en forma que todos gozasen enteramente della, por haber de acudir a sus fuentes, y usar de sus propios caracteres, en la lengua griega y la hebrea, pero yo los declaro lo mejor que puedo y me ciño a no poner más que el tema, cada uno tomará lo que pudiere, según su capacidad. Al romancista le queda mucho de que pueda gozar, creyendo lo demás, in side parentu, y el que supiere latín descubrirá más campo; y los que tuvieren alguna noticia de la lengua griega o hebrea, juzgará desta obra con más fundamento: en la lengua arábiga casi todos somos iguales, fuera de algunos pocos que la saben; y así hemos de dar crédito a los peritos en ella. Yo he consultado a Diego de Urrea, intérprete del Rey nuestro señor, y visto algunos escritos del padre Guadix, de ambos me he aprovechado, y de algunos otros que cito en diversos lugares. Heme válido de la lengua hebrea, para confirmar lo que los susodichos me interpretan de la arábiga. Y presupuesto que los más vocablos

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