Política económica para decidir en tiempos difíciles. Juan Carlos de Pablo

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Política económica para decidir en tiempos difíciles - Juan Carlos de Pablo

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se tiene evidencia de la sustitución intertemporal entre trabajo y ocio; y su enfoque de equilibrio al ciclo económico no encuentra sustento empírico… Como consecuencia de los trabajos de Lucas (por ejemplo, el publicado en 1979), algunas perspectivas se han perdido, pero sin dudas que tanto el análisis como la política macroeconómicos son muy diferentes, y en muchos sentidos mejores, como consecuencia de los trabajos suyos y los de sus colaboradores” (Fischer, 1996).

      El mensaje que surge de esta sección es bien claro: una misma política económica genera resultados muy diferentes, dependiendo de la forma en que la población genera sus expectativas. El equipo económico de un país tiene mayor margen de maniobra si la población actúa según la hipótesis de las ex­pectativas estacionarias o adaptativas, que si se guía por las expectativas racionales.

      La experiencia argentina enseña que cada “shock” inflacionario aumenta la sensibilidad de la población de manera perdurable quitándoles margen de sorpresa a las futuras autoridades. El Gráfico 1.1 muestra la tasa de inflación mensual, a nivel mayorista, desde comienzos de 1948 (cuando la Argentina comenzó a padecer inflación autóctona, separada de la existente en el Primer Mundo).

      Reitero una vez más que nunca hay que mirar el pasado con ojos del presente. Al incluir en el Gráfico 1.1 la hiperinflación verificada durante el segundo trimestre de 1989, episodios como los ocurridos durante el primer semestre de 1959, a mediados de 1975 o a comienzos de 1976, parecen menores, cuando con ojos contemporáneos no lo fueron. Algo parecido ocurrió durante 2002, cuando se abandonó la convertibilidad.

      Desde el punto de vista que se quiere enfatizar aquí, el impacto que eventos inflacionarios o hiperinflacionarios generan en la sensibilidad perdurable de la población, es importante distinguir entre lo que ocurrió durante la presidencia de Arturo Frondizi y lo que pasó durante los primeros años de la década de 1970. Entre noviembre de 1958 y junio de 1959, los precios al consumidor aumentaron 90% (200% equivalente anual) y los precios mayoristas 105% (240% equivalente anual). Pero como se trató de un hecho en buena medida ines­perado y breve, no generó expectativas e “instituciones” pro inflacionarias, como la indexación. Por el contrario, durante los primeros años de la década de 1970 la tasa de inflación fue menor, pero como el fenómeno se prolongó en el tiempo, redujo de un año a un trimestre las modificaciones salariales y obligó a emitir títulos públicos ajustables por inflación, entre otros instrumentos.

      El pico de mediados de 1975 corresponde al denominado “Rodrigazo”, y el de marzo de 1976 al último mes de la presidencia de María Estela Martínez de Perón. A la derecha del pico hiperinflacionario de 1989 aparecen otros dos, cuantitativamente menores, pero porque la dinámica que se había desa­tado fue abortada antes (si el “Rodrigazo” nos había dejado sensibles, la hiperinflación de 1989 nos dejó hipersensibles).

      Los argentinos no somos particularmente inteligentes, pero llevamos en la sangre experiencias que resultan muy costosas cuando son ignoradas. No debe sorprender, por consiguiente, que cualquier equipo económico en la Argentina cuente con menor margen de maniobra que sus colegas de buena parte del resto de los países del mundo.

      Política económica según la Teoría de los Juegos

      Un productor de soja no tiene ningún inconveniente en mostrarle a los otros productores de soja una nueva forma de sembrar, regar o fumigar, con la cual pueden aumentar los rendimientos. En cambio, ningún fabricante de autos le muestra a los otros fabricantes el nuevo modelo en el cual está trabajando. No se trata de que los primeros sean buenas personas y los segundos no, sino de que los primeros operan en un “mercado de muchos” y los segundos en un “mercado de pocos”. Específicamente, ningún productor de soja espera que disminuya el precio internacional del producto, o la cantidad que él puede colocar en el mercado, si sus vecinos que también producen soja lo imitan y aumentan su producción. En cambio, todo fabricante de autos sabe que las ventas de sus modelos dependen de manera significativa de las ventas de los otros fabricantes.

      La Teoría de los Juegos ayuda a entender cómo se adoptan las decisiones en los mercados de pocos. El enfoque avanzó mucho desde que en 1944 John von Neumann y Oskar Morgenstern publicaron La Teoría de los Juegos y el comportamiento económico, mereciendo –hasta 2017– cinco Premios Nobel de Economía, obtenidos por Robert John Israel Aumann, John Charles Harsanyi, John Forbes Nash, Thomas Crombie Schelling y Reinhard Justus Reginald Selten.

      A propósito: quienes se sientan intimidados por el requerimiento matemático o lo abstracto de los análisis referidos a la Teoría de los Juegos, pueden aprender mucho leyendo los trabajos de Schelling, quien aplica las ideas básicas del enfoque, de manera intuitiva… y brillante.

      ¿Política económica, mercado de pocos? Ciertamente que los responsables de diseñar e implementar una política económica siempre son pocos, pero la población no lo es. Sin embargo, la política económica puede ser analizada según el herramental de los mercados de pocos, porque la interacción entre los funcionarios y la población resulta crucial. La gente escucha las radios y lee los diarios, por lo cual una misma noticia afecta el comportamiento de muchos en el mismo sentido (ejemplo: las dudas planteadas con respecto a la solvencia de los bancos pueden precipitar una corrida). No se trata de una conspiración, porque el cambio de conducta no surge de una reunión secreta, llevada a cabo en la noche de la víspera, para coordinar acciones. Se trata de que determinada noticia altera las decisiones de muchas personas, en un mismo sentido y al mismo tiempo.

      El proceso político tiene que ser visualizado como un proceso, que tiene lugar en tiempo real, gobernado y circunscripto por la historia… Debe ser analizado como un juego complejo, que se desarrolla entre muchos participantes (los principales) que tratan de afectar las acciones de los dirigentes políticos (el agente)… Es probable que el juego no maximice nada, por la existencia de varios principales… El análisis tiene que ser más flexible, más dinámico, hasta evolutivo… La formulación de las políticas económicas tienen que ser analizadas en términos de juegos dinámicos, que se desarrollan bajo circunstancias inciertas y cambiantes. (Dixit, 1996).

      En el plano monetario la interacción fue enfatizada por Barro y Gordon (1983). En sus palabras: “La determinación de las tasas de inflación y desempleo pueden ser caracterizadas como un juego entre el responsable de la política económica y una gran cantidad de agentes económicos, quienes integran el sector privado… Una excesiva tasa de inflación, y reacciones de la política monetaria ante influencias exógenas, pueden ser visualizadas como el resultado de cálculos racionales cuando los funcionarios no pueden plantear compromisos de largo plazo”.

      Reglas versus discrecionalidad, consistencia temporal

      Un profesor arbitrario trata de manera diferente a alumnos que son iguales; un profesor discrecional trata de manera diferente a alumnos que son diferentes; un profesor que sólo aplica reglas trata de manera igual a alumnos que son diferentes. La arbitrariedad es indefendible, en cambio es objeto de debate si conviene que los profesores apliquen las reglas o la discrecionalidad cuando corrigen los exámenes. Las reglas tienen como costo ignorar las diferencias. La desventaja de la discrecionalidad reside en que requiere mucha más información para ser aplicada, además del subjetivismo propio de este tipo de decisiones.

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