Nuevas voces de política exterior. Cristóbal Bywaters C.
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Finalmente, una diplomacia emprendedora requerirá adecuar las instituciones gubernamentales que ejecutan la política exterior. A nivel central, la Cancillería debe resignarse a la pérdida del monopolio de la política exterior y fortalecer su vinculación estratégica con otros organismos estatales que poseen agendas internacionales relativamente autónomas, como los ministerios de Medio Ambiente, Energía y de Obras Públicas. A nivel regional y local, es necesario contar con una diplomacia subestatal más efectiva y basada en estrategias de desarrollo regional más robustas.94 Una mayor coordinación y planificación conjunta del nivel central y regional es un componente básico para la integración de políticas internas y externas propia de la diplomacia emprendedora. Se debe, además, impulsar un nuevo modelo organizacional para el Servicio Exterior chileno que ponga en valor la competencia y experiencia profesional, la diversidad y la equidad, la formación académica permanente y el pensamiento crítico y creativo.95 La carrera funcionaria debe promover y facilitar la especialización de sus diplomáticos, en lugar de desincentivarla como en la actualidad,96 así como fomentar su formación transprofesional, a fin de adecuarse apropiadamente a los nuevos contextos digitales de la diplomacia pública.97
El libro
Nuevas voces de política exterior se propone contribuir a la reducción de tres brechas que caracterizan el campo de las relaciones internacionales del país, en general, y el área de la política exterior, en particular. Una primera brecha es de tipo generacional. La forma en que convencionalmente se ha pensado, formulado e implementado la política exterior contemporánea ha respondido, en parte importante, al trabajo intelectual y político de una destacada generación de internacionalistas que, desde distintas posiciones, ha tenido a su cargo la conducción de las relaciones exteriores del país durante las últimas décadas. En su rol de oposición a la dictadura en la década de los 80, dicha generación jugó un rol importante en la definición de las bases de la política exterior para cuando el régimen democrático fuese reestablecido. Una vez que ello ocurrió, buena parte de sus integrantes pasó a ocupar importantes roles de conducción de las relaciones exteriores y diplomáticas y muchas de las ideas programáticas se convirtieron en política pública. La notable influencia de esta generación ha tenido como externalidad negativa una limitada renovación de los cuadros políticos e intelectuales de la política exterior. Eso explica las motivaciones para convocar, en este volumen, a destacados representantes de nuevas generaciones de internacionalistas.
En segundo lugar, este volumen también busca aportar a la reducción de la brecha de género que caracteriza a la política exterior. Por ello, en su diseño, la paridad de género fue un criterio básico e irrenunciable desde el comienzo. La política internacional ha sido tradicionalmente considerada como un ámbito de la vida social reservado, por una supuesta idoneidad, al género masculino. Así como en el resto del mundo, en Chile son pocas las mujeres que han logrado acceder a posiciones de poder en el área. A modo de ejemplo, al día de hoy solo dos mujeres han ocupado los cargos de ministra y subsecretaria de Relaciones Exteriores. La situación no es muy distinta al interior del Servicio Exterior: pese a algunos avances en el ingreso a la carrera diplomática desde el retorno a la democracia, este continúa siendo desproporcionadamente dominado por hombres, así como por barreras institucionales que ponen a las mujeres en una situación de desventaja estructural en el desarrollo de sus carreras. ¡Ni hablar de cuántas diplomáticas de carrera han alcanzado el rango de embajadora! Más allá del Edificio Carrera, el debate público en estas materias continúa siendo dominado por hombres, tanto en los medios de comunicación como en las comisiones de relaciones exteriores del Congreso Nacional. En la academia, por otra parte, el panorama es un poco más alentador. Cada vez son más las mujeres que desde este espacio desarrollan carreras vinculadas a la política exterior.
Finalmente, el libro aspira a disminuir la brecha de conocimiento entre la reflexión y la práctica de la política exterior. Esto se asocia, por un lado, al déficit de planificación estratégica elaborado con antelación. Por otro lado, el ya mencionado trasvasije de parte significativa de una generación de internacionalistas desde la academia a la práctica gubernamental derivó en un importante deterioro de los estudios internacionales a nivel nacional.98 La confluencia entre la relativa ausencia de reflexión teórica en las universidades, la percepción de éxito de la gestión internacional y los desincentivos al disenso generados por la primacía de la lógica consensual, configuró un cuadro en el que han tendido a predominar los enfoques descriptivos en los estudios de la política exterior chilena, a menudo reproduciendo el discurso oficial. Así, con sus autores intelectuales al interior de la burocracia diplomática y una cultura organizacional resistente a la influencia externa en su quehacer, la influencia de la reflexión académica en la política exterior ha sido más bien limitada.99
Nuevas voces de política exterior no es un libro académico, sino un esfuerzo de orientación práctica y vocación política. Lo anterior posee al menos tres sentidos. El primero dice relación con su carácter práctico: sus contenidos no solo buscan analizar distintos aspectos de las relaciones exteriores, sino también contribuir a su transformación. Cada capítulo realiza diagnósticos y propuestas para una mejor política exterior. Estas propuestas, en el espíritu del proyecto, son deliberadamente realistas, responsables y viables.
En segundo lugar, afirmamos que este volumen tiene vocación política como una forma de distinguir su aproximación de aquella que asumiría una publicación de tipo institucional como, por ejemplo, el libro Política Exterior de Chile 2030, elaborado por la Cancillería durante la segunda administración de la expresidenta Michelle Bachelet. Aunque el presente esfuerzo posee evidentes elementos en común con dicha publicación (su enfoque prospectivo, por ejemplo), una diferencia importante es que, como insinúa su nombre, Nuevas voces de política exterior no representa posición institucional alguna. Lejos de cerrar el debate, busca animar la reflexión pública sobre el futuro de la política exterior.
En tercer lugar, el libro no aspira a la neutralidad política; simplemente, no creemos que ello sea posible. Más aún en tiempos en que cobran fuerza actores e ideas políticas que buscan socavar las bases del sistema democrático y hacer retroceder algunas de las conquistas sociales alcanzadas a lo largo de generaciones, no creemos que la neutralidad sea deseable. Lo mismo corre para la política exterior. Como ha dejado en evidencia el actual gobierno, no es indistinto el contenido normativo que la subyace. Ante el agotamiento del modelo de desarrollo y el proyecto internacional post-dictatorial, hoy se hace imprescindible mirar a futuro y pensar en los mínimos políticos necesarios para un nuevo ciclo de la política exterior.
Estructura del libro
El libro consta de cinco secciones. La sección i ofrece una visión panorámica de la política exterior en el momento histórico actual. Tom Long aborda los desafíos que Chile, como país más o menos pequeño y periférico, enfrenta en la crisis del orden internacional liberal. Pese al poco alentador panorama que describe, sostiene que el país tiene la oportunidad de influir en su medio externo si hace uso adecuado de lo que denomina el poder intrínseco, el poder colectivo y el poder derivativo. Federico Merke, en la misma sección, analiza el potencial impacto que tendrán las recientes transformaciones de la política doméstica en las preferencias de la política exterior. Entre otros desafíos, el autor destaca la necesidad de cuidar la reputación internacional del país y evitar que la polarización política doméstica capture la política exterior.
La sección ii se centra en los fundamentos, instituciones e