Jóvenes, cultura y religión. Jorge Manzi

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Jóvenes, cultura y religión - Jorge Manzi страница 8

Jóvenes, cultura y religión - Jorge Manzi

Скачать книгу

Sin embargo, se debe considerar el tamaño reducido de la muestra de este grupo (N=26), por lo que las variaciones porcentuales deben ser interpretadas con precaución.

Images

      En el caso de los creyentes no adherentes (ver Figura 1-4), la movilidad es cercana al 40% y se da en dos sentidos, tanto hacia una creencia más institucionalizada como hacia la increencia, siendo este último caso el más frecuente. Hacia la última medición, el 20% de los jóvenes que inicialmente se autodefinieron como creyentes no adherentes terminaron declarándose agnósticos o ateos. Por otro lado, 11% de los jóvenes que inicialmente forman parte de este grupo terminan identificándose con alguna religión institucionalizada, principalmente la católica.

Images

      Con respecto a quienes se declaran inicialmente como agnósticos y ateos, estos presentaron tasas de migración mayores que los grupos creyentes. Solo el 55% de los estudiantes que se declaró agnóstico al inicio del estudio mantuvo esa postura respecto de lo religioso al final del mismo. En la segunda medición, cerca de la mitad de los participantes agnósticos que se desplazaban lo hacían hacia la creencia y la otra mitad hacia el ateísmo. Así, cerca de un cuarto de los agnósticos iniciales se declaró ateo al final del estudio, mientras que el 17% de este grupo declaró algún tipo de creencia (ver Figura 1-5). Para el caso de los participantes ateos la tendencia es más clara. La movilidad se dio casi exclusivamente hacia el agnosticismo, con cerca de un cuarto de la muestra inicial, y una tasa menor declaró una creencia no institucionalizada (ver Figura 1-6). Se puede destacar con respecto a los grupos no creyentes, que si bien mostraron mucha movilidad a lo largo del estudio, la mayor parte de esta se dio dentro de la denominada “increencia” (agnosticismo y ateísmo), y en un porcentaje menor hacia los grupos creyentes.

Images Images

      Tal como se señaló anteriormente, los cambios en la autodenominación religiosa son procesos esperables dentro del desarrollo de la identidad que se vive con fuerza en la etapa juvenil. La crisis de reconfiguración identitaria de la adolescencia marca un primer distanciamiento respecto de la religiosidad de los adultos de referencia, momento en el cual el joven busca definir sus creencias a partir de la propia convicción y no desde la tradición familiar (Inhelder & Piaget, 1972). El paso de la etapa escolar a la superior es otro tiempo particularmente desafiante para la construcción identitaria: el joven se inserta en un nuevo grupo de referencia, en donde los pares toman mayor importancia con respecto a temas religiosos (Caputo, 2004). A la vez, ingresa a un sistema más amplio, más plural, marcado por la formación técnico-científica, que entrega nuevos elementos y desafíos para las creencias y prácticas religiosas. Por ello, no es de extrañar que una parte significativa de los jóvenes modifique su autodenominación religiosa a lo largo de los años de sus estudios universitarios (Milanesi & Aletti, 1974). Sin embargo, estudios previos han mostrado que los cambios en religiosidad en la etapa de transición entre adolescencia y vida adulta (que corresponde al período de nuestra muestra), se manifiesta más en la dimensión práctica (en un declive), que en la adhesión a creencias religiosas, las que se mantienen más estables (Stoppa & Lefkowitz, 2010).

      Con todo, es necesario mirar el fenómeno de manera más amplia, pues los jóvenes viven inmersos no solo en su microsistema familiar o en su mesosistema universitario, sino también en un macrosistema social. En ese sentido, la movilidad religiosa de los jóvenes desde la creencia institucionalizada hacia una desvinculada de una institución o hacia la increencia, se condice con procesos que Chile está viviendo a nivel general. El informe de la Corporación Latinobarómetro del año 2013, dedicado al estudio de las religiones (Fundación Latinobarómetro, 2013), muestra con claridad el proceso secularizador que ha vivido Chile en las últimas décadas, con un salto relevante en los últimos 10 años, acortando las distancias entre la población creyente de la no creyente (ver Figura 1-7).

Images

      Fuente: Informe Latinobarómetro, 2013, Las religiones en tiempos del Papa Francisco.

      Chile se instala como el segundo país en Latinoamérica con menor población católica y con mayor población no creyente, después de Uruguay (Tabla 1-3).

Images

      Fuente: Informe Latinobarómetro, 2013, Las religiones en tiempos del Papa Francisco.

      Conviene además destacar que este fenómeno de movilización religiosa desde el catolicismo hacia la increencia (y no hacia otras formas de religión) es un rasgo particular en los dos países antes mencionados –Chile y Uruguay– (ver Tabla 1-4), a diferencia de otros países latinos o centroamericanos que, habiendo disminuido el número de católicos, estos migraron hacia el protestantismo (ver Tabla 1-5). En este sentido, la muestra del presente estudio es concordante con los procesos observados a nivel nacional.

Images

      Fuente: Religión en América Latina, 2014, Pew Research Center.

País %
Chile 30
Costa Rica 40
Brasil 54
República Dominicana 48
Puerto Rico 38

      Fuente: Religión en América Latina, 2014, Pew Research Center.

      Podría pensarse, a modo de hipótesis, que este proceso está asociado a la modernización y desarrollo socioeconómico que ha experimentado el país en las últimas décadas, disminuyendo

Скачать книгу