Jesús Martínez Guerricabeitia: coleccionista y mecenas. AAVV

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contaba con 17 años) e internado en la Colonia de San Vicente Ferrer, de Godella, en diciembre de 1939 o quizá en enero de 1940. En esta Colonia –una suerte de escuela-reformatorio donde se ganó las simpatías de su director, el abogado liberal Juan Bautista Monfort Berenguer– permanecería dos años y medio, y saldría para cumplir un largo servicio militar (desde mayo de 1942 a octubre de 1945).46 Por su parte, José Martínez García, durante su estancia en Valencia, mantiene contactos con compañeros cenetistas, como el exalcalde de Requena Jesús Armero Rodríguez, una imprudencia que –con el aparato represivo del régimen ya perfectamente engrasado– pagaría cara. Tras la captura de Jesús Armero y su hermano Julián, y la delación obtenida con su más que probable tortura, el padre de Jesús es detenido el 10 de noviembre de 1939. Durante el mes de junio de 1940 sale momentáneamente de prisión. Es posible que esta provisional libertad se debiera a la enfermedad de la que convalece en ese momento su hijo Amor, afectado por una osteomielitis del fémur derecho de la que fue operado en la Clínica Quirúrgica de la Facultad de Medicina de Valencia. Pero el mismo 14 de junio, y con seguridad el 18 de septiembre de 1940, como notifica el sumario de su causa,47 el juez la revoca, ingresando de nuevo en la cárcel, tras ser detenido en Manises, probablemente trabajando para su patrón García Carpintero. Por sentencia del 8 de abril de 1943, José Martínez García será condenado a 30 años de reclusión mayor, posteriormente conmutada a 20 años y un día, que cumplirá en la cárcel de Sevilla. Como consecuencia del decreto de indulto otorgado por el Caudillo en octubre de 1945, sale finalmente en libertad el 10 de enero de 1946. Había pasado seis años y dos meses en la cárcel.

      Para entonces, Jesús ya ha conocido también la experiencia represiva que su padre y su hermano mayor habían sufrido. Cuando en noviembre de 1939 caen los hermanos Armero –provocando la detención de su padre– la policía requisa una carta enviada por Amor desde Requena a Jesús Armero en mayo o junio de 1939 en la que, tras alertarles sobre el riesgo de dejarse ver, se explaya con vehemente ingenuidad y a la par lucidez –habida cuenta de que solo tiene 16 años– sobre la situación política del momento y, a pesar de todo, la necesidad de organizar la resistencia:

      En primer lugar, y antes de que se me olvide, aunque no es asunto para olvidar, tengo que manifestaros, así como mandato, que la misión que tenéis que realizar ahí es aguantar, pero sin salir lo más mínimo. [...] Que no se dé el caso bochornoso de que una persona asustada nos diga: ¿Sabes que los hemos visto por allí?... ¡Qué poco conocimiento!... Y esto ha pasado ya varias veces. Ya que nos ha proporcionado tantos sinsabores el tener aquí a José, que se procure evitar los mayores que nos causaría si un día tropieza con un desaprensivo. ¡Y el desenlace ya se sabe!... Atended nuestros consejos. Por aquí la situación está muy tranquila ya bastantes días. Ayer fue el último Consejo, digo Juicio, y solo hubo un condenado a muerte. A la Tía «Bola», le pusieron treinta años. Del Movimiento Nacionalsindicalista, tanto puedes saber tú como yo. En mis ratos de ocio elaboro teorías de refutación, que tengo ganas de exponerlas libremente. ¡Tienen tantas series de contradicciones y causan tanto infundio sus doctrinas!... La próxima habremos de ser más listos y todo lo que nos pase son poderosas enseñanzas para el futuro más o menos cercano. (Esto es la mejor propaganda «Roja» que podía hacerse), dicen la mayoría de los Ciudadanos, y es verdad. Además el Movimiento antifascista lo desconocen por completo, o cuando menos fingen desconocerlo, que es lo mismo, hasta en grado de ignorancia supina. Por aquí ánimos hay más que nunca. La verdad es que a pesar de todo no lo tomamos en serio y nos burlamos alegremente, y algunos hasta descaradamente. Perdona la letra, es que estoy tumbado en la galería y en posición incómoda para escribir, que no puedo hacerlo bien. Mis actividades son pocas. Terminados mis documentos, que solo otro y yo podemos hacerlo (y de los que justamente se enorgullecerá ¡modestia aparte! quien deba) continúo estudiando, dibujando, sirviéndole la comida a mi hermano y sobre todo confeccionando un archivo fotográfico, y de política española, que te gustará cuando lo veas.

      La carta, rubricada como «A. Martínez», apostillaba: «Por lo que más queráis en el mundo, no salir de casa, te lo ruego encarecidamente».48 Como relató a Albert Forment, el 11 de noviembre de 1939 (justo al día siguiente de la detención del padre), agentes de la Brigada de Investigación Criminal rompen la puerta de su casa en Requena mientras dormía y lo conducen, bajo insultos y amenazas, a la sede de Falange. Le muestran la carta incriminatoria y lo trasladan a la comisaría de policía de la plaza de Tetuán de Valencia, donde lo encierran en la celda que ocupaba un Jesús Armero destrozado por las torturas. Al salir a declarar se topa, horrorizado, con su propio padre: «Se ve que le habían golpeado y estaban dándole con un ventilador en la cara. Estaba desmayado, sobre un montón de cascotes de unas obras».49 En la ficha policial que se le abre, leemos:

      Simpatizante de la F.U.E. antes del Glorioso Movimiento Nacional, como estudiante de Bachiller, habiendo tomado parte durante el periodo rojo en diferentes actos públicos en favor de la idea anarquista y en uno de ellos con la FEDERICA MONTSENI [sic], pintar letreros por las paredes y propagar las doctrinas de la F.A.I., habiéndosele ocupado una carpetafichero con infinidad de recortes de fotografías publicadas en la Prensa de personas y Jerarquías del Estado Nacional Sindicalista.- Complicado en las diligencias contra JESÚS ARMERO RODRÍGUEZ.- Puesto a disposición del Iltmo. Sr. Juez Militar de Guardia.50

      El 16 de noviembre, padre e hijo ingresan en la masificada Cárcel Modelo de Valencia en espera del proceso militar. La madre de Jesús intentó que su hijo pasase a la jurisdicción del Tribunal Tutelar de Menores (tal como había ocurrido con el hijo mayor). De hecho, el juez del Tribunal así lo solicita a finales de diciembre de 1939. Pero las gestiones fracasan. El joven iba a ser tratado y juzgado como un adulto. No en vano, el informe que la Guardia Civil de Requena emitiría el 15 de febrero de 1940 subrayaba que «a pesar de su corta edad está al corriente de las doctrinas sociales y políticas de su padre y que en toda su actuación se manifiesta con una cultura e inteligencia correspondiente a edad más avanzada» y que –esto con interesada exageración– «creído de su capacidad y cultura, habiendo leído mucha literatura marxista, intervino en algunos actos públicos como orador celebrados en el Instituto, Centro de Enseñanza en que cursaba sus estudios. Se le cree autor de hojas subversivas, pasquines y amenazas a personas afectas a Nuestra Causa, actos que se efectuaron después de la liberación de esta localidad».51 El 2 de diciembre de 1939 escribe desde la cárcel una breve tarjeta (que lo sitúa en la 1.ª galería, celda 99) firmada como «A. Jesús Pérez» y dirigida a su amigo Andrés Pérez Masiá, al que llama «querido hermano». En ella plasma su intensa preocupación por lo suyos y su pesar por haber sido arrestado, dejando patentes su fortaleza, la fidelidad a los antiguos compañeros y el único hastío que le perturba en la prisión: la falta de lectura.

      Después de varios días de estancia en ésta me decido a escribirte para patentizar que tanto tú como Laguna estáis bien grabados en mis recuerdos. Vosotros dos seréis los más indicados para comprender lo que pasó en casa aquellos días que la tragedia extendió sobre nosotros sus alas. Sólo os digo, por ahora, que conservéis la fe en mí y que en todo ello intervino la fatalidad. A madre sobre todo darás un apretado abrazo; demostróme aquella mañana un gran corazón. Si antes la respetaba y estimaba, desde entonces la quise y la admiré. Es una gran mujer. Supongo continuarás en cooperación con el amigo Laguna, lo que antes hacíamos. Podéis y debéis. ¿Cómo se desarrolla la vida por ahí? Por ésta muy aburrida sobre todo por la falta de lectura. Y a pesar de todo pasan volando los días. Darás expresivos recuerdos a los amigos estudiantes y no estudiantes; besos a Alfonso y María Luz; apretones de manos a Paco y los tíos; un abrazo a madre y otro a ti bien apretado de tu hermano.52

      En algún momento, desde que escribe esta carta a finales de junio de 1940, Jesús debió ser puesto en libertad en tanto se procedía judicialmente contra él. En el sumario al que he remitido en repetidas ocasiones, consta su ratificación de prisión el 10 de junio, y la orden de reingreso el 25 de junio. La justicia militar manda detenerlo a la Guardia Civil de Requena el día 29. Pero ya no se encuentra allí. La razón más plausible es que, en el ínterin, se hubiera trasladado a Valencia, donde su madre se había marchado a la casa de sus parientes

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