Mujeres y educación en la España contemporánea. Raquel Vázquez Ramil

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Mujeres y educación en la España contemporánea -  Raquel Vázquez Ramil Universitaria

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del Derecho y Derecho Internacional de la universidad de Madrid; en el momento de tomar posesión, en 1867, renuncia a su puesto docente en solidaridad con los profesores sancionados (Sanz del río, Castro y Salmerón) a raíz de la primera cuestión universitaria. Tras la Revolución del 68, colabora con otros krausistas (José Fernando González, Eduardo Chao, Juan Uña, Augusto González de Linares y Fernando de Castro) en una serie de proyectos de reforma pedagógica; asimismo, es uno de los impulsores del Boletín-Revista de la Universidad de Madrid. En 1875 Giner es separado de su cátedra a raíz de la segunda cuestión universitaria y desterrado a Cádiz; junto con otros profesores expedientados decide crear un establecimiento educativo con la intención de seguir realizando su labor docente; nace así la Institución Libre de Enseñanza, en cuya fundación colaboraron con Giner Figuerola, Salmerón, Moret, Azcárate, Montero Ríos, los hermanos Calderón, etc. Surgida como escuela de estudios superiores, desde 1878 la Institución se centra en los de primera y segunda enseñanza convirtiéndose en una obra esencialmente pedagógica. En 1881 Giner es repuesto en su cátedra; a ella y a la Institución dedicará todo su tiempo ejerciendo gran influjo sobre un amplio sector de la intelectualidad española. Falleció en Madrid el 18 de febrero de 1915. Escribió numerosos libros y folletos, fundamentalmente sobre Derecho, Estética y Pedagogía, entre ellos: Elementos de Doctrina de la Ciencia (1873), Lecciones sumarias de Psicología (1874), Estudios jurídicos y políticos (1875), Educación y enseñanza (1889), Estudios y fragmentos sobre la teoría de la persona social (1899), etc. Asimismo fue traductor de obras de Röder, Krause (Compendio de Estética, 1874), Ahrens (Enciclopedia jurídica, 1870-1880) y Falckenberg, y colaborador en numerosas revistas[35].

      Un grupo «selecto» de mujeres ejerció notable y directa influencia sobre Giner: su madre, doña Berta de los Ríos Rosas, Sara Gillespie de Innerarity, Emilia Gayangos de Ríaño y Concepción Arenal; su relación con Emilia Pardo Bazán fue menos intensa dados los caracteres opuestos de ambos.

      Sara Gillespie, segunda esposa del suegro de Azcárate, Santiago Inerarity, enseñó Inglés al propio Azcárate, a Giner, Moret, González de Linares y José Fernando González; mujer de gran cultura, su casa era frecuentada por los jóvenes krausistas en los últimos años sesenta.

      […] los cachivaches que sustituyen en nuestros salones de lujo a las verdaderas obras de arte, reemplazadas por bronces execrables, juguetes, muñecos, cajas de dulce y otras chucherías igualmente cursis del repertorio, y que dan el aire de tienda de tiroleses (según el dicho de un hombre de Estado) a los que debieran ser lugares confortables de conversaciones, donde la vista no hallase más que cosas agradables, capaces bajo algún aspecto de interesar al espíritu.

      Concepción Arenal no era persona dada a las efusiones sentimentales ni a la exageración, sino todo lo contrario; la preocupación por Giner nacía de una sincera preocupación y del cariño. Años después Concepción Arenal invita a Giner a la casa de su hijo Fernando, en Pontevedra, y le describe el ambiente con una gracia y una ironía que denota gran complicidad entre ambos:

      Condiciones materiales. Un cuarto reducido y modesto como conviene a un filósofo; una cocinera no clasificada bajo el punto de vista antropológico, pero higiénica, porque no excita el paladar con artificios y no se come más que lo necesario fisiológicamente. (No se le habrá a usted escapado que la humanidad se divide en dos grandes grupos, uno que padece en vida y muere antes de tiempo por comer demasiado, y otro por no comer bastante). Ruido de llantos, cantos y risas de niño […].

      Condiciones morales, lujo y buen gusto.

      Giner, quien en esa época padecía una enfermedad nerviosa, no aceptó la invitación, pero el tono de Concepción Arenal, desenfadado y abierto, refleja la familiaridad que había entre ambos y que continuó, tras la muerte de la penalista, con su hijo Fernando García-Arenal y posteriormente con las hijas de éste, especialmente Pilar García-Arenal Winter, quien colaboró en el Instituto-Escuela.

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