Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar. Horacio Gaggero

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Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar - Horacio Gaggero

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categorías de funcionarios.

      Los instrumentos de intervención económica

      El gobierno militar y el de Perón que lo continuó, tenían una clara conciencia del rol de la industria en la economía nacional y de la necesidad de tomar recaudos que apoyaran su fortalecimiento. Las principales medidas adoptadas en este sentido fueron:

       Una política de incentivos a la industria a través de la creación del Banco de Crédito Industrial en 1944, que otorgaba créditos baratos y a largo plazo para la inversión y el desarrollo industrial.

       La protección de la industria nacional mediante barreras arancelarias, tema que, por otra parte, venía discutiéndose en el país desde mucho antes;[50] sin embargo, entre 1946 y 1949 el crédito industrial fue el principal estímulo para el crecimiento del sector, en tanto el atraso de los aforos aduaneros incrementó la competencia de las importaciones.

      En adelante, la administración de las importaciones a través de permisos previos, cuotas y prohibiciones y la política cambiaria se transformaron en las principales herramientas para incentivar la sustitución de importaciones

       La adopción de una política redistributiva de ingresos amplió el mercado interno, incorporando a los trabajadores como consumidores de la producción de bienes durables y semidurables.

       La nacionalización de los transportes: ferrocarriles y colectivos, y servicios públicos: teléfonos, gas, y electricidad y la repatriación de la deuda externa, que se terminó de pagar en 1950.

       Una reforma financiera estatizó la banca. Se consideraba patrimonio nacional el capital del Banco Central de la República Argentina al frente del cual fue designado el industrial Miguel Miranda.[51] El Banco, transformado en agente emisor exclusivo ejercía la superintendencia sobre las juntas reguladoras de la producción, la Comisión Nacional de Granos y Elevadores, el Consejo Agrario Nacional, la Caja Nacional de Ahorro Postal, el control de cambios y se transformaba en el eje del sistema de bancos oficiales, cada uno de los cuales asumía funciones específicas.[52]

      La nacionalización del Banco Central en 1946 y la reforma bancaria de 1949 fueron los principales instrumentos que regularon la política financiera del gobierno durante este ciclo.

      Los considerandos del decreto de nacionalización de la banca hacían referencia a la política monetaria como decisiva en la elaboración de la política económica de conjunto; que para garantizar la autonomía del Banco no era necesario admitir el manejo por parte de los intereses privados; el monopolio de la emisión como un mecanismo indispensable para garantizar la estabilidad monetaria, elemento de gran gravitación en la política económica y financiera. El objetivo de la nacionalización era, en síntesis, que el Estado asumiera la conducción de la política crediticia y monetaria.

      El punto básico del nuevo sistema consiste en que los bancos tomen la responsabilidad por los depósitos sin modificar el trato de cada banco con sus depositarios, en el sentido de que ellos pueden mantener sus cuentas en el banco de su elección. A partir de cierta fecha, los bancos manejarán las entradas y pagarán los depósitos por cuenta del Banco Central.

      El decreto preveía indemnizar a los inversores privados, cuyos activos se nacionalizaban, con bonos del tesoro Nacional, o en dinero en efectivo.

      Los bancos se transformaron en agentes receptores de depósitos por cuenta de aquel, y desde luego, no se les permitía prestarlos. Ambas resoluciones tenían como fundamento la idea de que el Estado debía reservarse el monopolio de la emisión monetaria.

      Establecía que el presidente y el vicepresidente del Banco serían personas de reconocida experiencia en la actividad privada, industrial, comercial y bancaria y serían designados por el Poder Ejecutivo con acuerdo del senado.

      El requerimiento de que el Banco Central mantuviera en todo momento una reserva suficiente para asegurar el valor del peso en oro o divisas equivalentes hasta el 25%, como mínimo, del medio circulante, fue especialmente significativo en vista de los cambios impuestos a la ley en 1949, por la que se suspendía la garantía en oro del peso y se reformaba la ley orgánica del Banco Central. Conforme con los términos de la nueva ley propuesta, el Banco Central dependería directamente del Ministerio de Hacienda. El directorio estaría constituido por miembros pertenecientes al Banco de la Nación, al Banco de Crédito Industrial, a la Caja de Ahorro Postal y por un representante de cada uno de los siguientes sectores: agrícola, ganadero, industrial, comercial y los trabajadores.

      El Banco regularía el crédito y las formas de pago, a fin de mantener un alto grado de ocupación y el poder adquisitivo de la moneda. También vigilaría la liquidez y el funcionamiento del crédito y aplicaría la ley de bancos y otras normas legales; ayudaría al normal desarrollo del mecanismo del mercado de valores, y actuaría como agente financiero del gobierno nacional en operaciones de crédito interno y externo y en la emisión de préstamos públicos

      A través del IAPI, el Estado monopolizaba la compra de los productos exportables y se transformaba en el único vendedor de los mismos en el mercado externo. A su vez, el organismo era el único comprador en el exterior de los productos importados y los introducía al país. Mediante este mecanismo, se obtenían recursos para promover la producción industrial, que se extraían de la manipulación de los precios de los productos agrarios pagados a precios inferiores a los del mercado internacional, derivándolos mediante el sistema bancario como préstamos para la industria.

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