¡Ey, las ideologías existen!. Mario Riorda

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¡Ey, las ideologías existen! - Mario Riorda

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Esta sensación, ni se ubica como un centro en el medio (tercero incluido), ni como un centro sintético (tercero incluyente), sino como un eje transversal que desautoriza o atenúa la díada izquierda derecha. Sin embargo, con el pasar del tiempo, se observa que estos hechos –como puede ser la irrupción de los verdes–, luego son tomados por cada partido desde posturas de izquierda o de derecha (Bobbio, 2001: 59-60).

      Asimismo, tanto la izquierda como la derecha tienen un significado descriptivo, como valorativo. Lo valorativo, desde posturas antitéticas implica que las posturas de uno, connotan negativamente la postura del otro. Malos y buenos pueden estar de un lado o del otro, dependiendo de donde venga el juicio (Bobbio, 2001: 96-97, 104-105).

      En cambio, las posturas descriptivas son las que pueden variar con el tiempo; o también muchos temas pueden tener variaciones respecto a su postura, según se sea de izquierda o de derecha, ya que existen laxistas y rigoristas dentro de cada posición ideológica. Ello lleva a pensar que no necesariamente hay una única izquierda ni una única derecha, lo que implica volver a afirmar, una vez más, que hay una distinción entre derecha e izquierda (Bobbio, 2001).

      Por ejemplo, el concepto de igualdad debe ser considerado de modo relativo, no absoluto, en tanto hay por lo menos tres variables para tener en cuenta: a) los sujetos entre los cuales repartir bienes o gravámenes –todos, muchos, pocos–; b) los bienes o gravámenes a repartir –derechos, ventajas, facilidades económicas–; y también c) el criterio por el cual repartirlos –necesidad, clase, capacidad, esfuerzo– (Bobbio, 2001: 134-135).

      Lo que sí tienen en común, tanto la izquierda como la derecha en sus versiones extremas, es que ambas son antidemocráticas (Bobbio, 2001: 77).

      Determinar si unos usos discursivos son de derechas o de izquierdas no es el objetivo de este análisis. Con todo, nos sirven algunos criterios para tomar esa decisión, sólo con el fin de poder afirmar que sí existe una posición ideológica asumida, independientemente de cuál sea.

      De este modo, siguiendo a Dino Cofrancesco (1990), podemos reconocer unos valores instrumentales que permiten ver la diferencia entre izquierda y derecha: libertad versus autoridad, bienestar común frente a desarrollo individual, etc., son algunos de ellos.

      Así, son ideas de la izquierda la liberación del hombre de poderes injustos y opresivos, mientras que la idea de tradición es central en la derecha, vista como arquetipo, como asunción ideal de una época axial o decisiva en la historia de la humanidad, como fidelidad a la nación, como memoria histórica, como comunidad de destino, como conciencia de la complejidad de lo real. Mientras, la idea de emancipación es característica de la izquierda (Cofrancesco, 1990). En Latinoamérica, además, la derecha se asocia a la experiencia de autoridad, y en algunos casos a conservadurismo en lo económico y en los roles militares. En lo económico, la derecha manifiesta posiciones pro mercado, mientras que la izquierda desarrolla políticas económicas centradas en las manos del Estado. A su vez, posturas de democracia liberal e institucionalista son propias de la derecha, mientras que posturas populistas, como también democracias plebiscitarias, suelen ser de izquierda.

      Cómo hacer operativo el reconocimiento de la ideología

      Problematizar la concepción de ideología, pensarla a través de sus componentes, subcomponentes y dimensiones constitutivas, es también problematizar qué se entiende por comunicación ideológica y resolver un proceso metodológico que permita confirmar o no el uso de mensajes ideológicos en las campañas electorales presidenciales en América Latina.

      Para demostrar que las campañas utilizan un claro sentido ideológico en su contenido discursivo es muy importante identificar cómo se comunica esa ideología en las campañas y esbozar una sistematización respecto de la forma en que ese discurso se presenta para el electorado. La matriz de análisis posibilita hacer operativos estos hallazgos, y puede emplearse para ubicar cada campaña electoral (partido y/o candidato) y también cada tipo de texto en particular: discursos (piezas oratorias), spots u otros. Los eslóganes, por ejemplo, pueden ser derivados al componente saliente en el enunciado (una valencia, un enunciado dirigido al contradestinatario, un valor, etc. Así se ha procedido en esta investigación, y resultó operativamente eficaz.

      Para cada unidad de análisis (que puede ser desde un eslogan hasta una campaña completa), en la matriz se indicará si la aparición del subcomponente o su variable[8] es considerada una presencia densa, plena; o, por el contrario, eventual. De ese modo, la decisión llevará a marcarlo en la columna izquierda, central o derecha, según ese uso represente una presencia ideológica alta, media o baja, respectivamente.

      Una consideración especial debe hacerse respecto del análisis del destinatario. Como ya se explicó, una mayor presencia del paradestinatario se interpreta como un uso de menor carga ideológica. Un enunciador que se esfuerza por construir un “tú” apartidario, amplio y genérico, y por tanto busca convocar al grupo heterogéneo, será coherente con un mayor esfuerzo por borrar huellas de segmentación partidaria. Siguiendo esta línea, la mayor presencia de paradestinatario en la unidad de análisis debe marcarse en la tabla como menor presencia de ideología discursiva, y por tanto quedará representada en la columna derecha.

      A partir de la aplicación de la matriz de análisis, se podrá concluir qué tipo de discurso –y por ende, de campaña– domina en cada caso. Así, se distinguen:

       Discursos de ideologización fuerte. Poseen alta intensidad del uso ideológico (aunque puede no ser del todo plena ni constante, pero sí saliente) y se hallan presentes en los dos grandes componentes, simbólico y de políticas.

       Discursos de ideologización moderada o eventual. Presentan una intensidad moderada del uso ideológico (ni plena ni constante), y pueden o no estar siempre presente en los dos componentes. Pendulan hacia la homogeneización.

       Discursos de infraideologización. No hay intensidad de su uso (repetición) y no están presentes en los dos grandes componentes, o eventualmente en alguno de ellos con baja intensidad. Serían discursos homogeneizantes plenos.

tabla3

      Argentina 2007: cómo se presenta la ideología partidaria cuando se busca al centro del electorado[I]

      El 28 de octubre de 2007 los argentinos eligieron como presidenta de la Nación a Cristina Fernández de Kirchner, senadora nacional por el Frente para la Victoria (FPV) y esposa del entonces presidente Néstor Kirchner. Los resultados de los comicios fueron 45,28% de los votos para la fórmula del FPV con Cristina Fernández-Julio Cobos; y 23,05% para la segunda fuerza, la Coalición Cívica (CC) Elisa Carrió-Roberto Giustiniani, y le permitieron a Fernández ganar en primera vuelta, dando por tierra con el objetivo de campaña de Carrió de alcanzar el porcentaje de votos necesarios para ir a ballotage.[9]

      Crisis del bipartidismo. Los comicios de 2007 se dieron en un contexto signado por la crisis del tradicional bipartidismo que caracterizó al sistema de partidos en la Argentina durante el siglo XX. Esta crisis comenzó a revelarse a fines de la década de 1990, se evidenció a partir de la crisis de 2001 y continúa en la actualidad. Mientras previamente a 2001 se destacaban ocho partidos reconocidos a nivel nacional, 2007 este número llegaba a 125.[10] En 2007 se enfrentaron catorce fórmulas electorales.

      Esto permite definir al sistema de partidos de la Argentina de 2007 como multipartidisimo fragmentado. La transición posbipartidismo, con elconsecuente desmembramiento del Partido Justicialista (PJ) y de la Unión Cívica Radical (UCR), aún no ha

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