Querido Timoteo. Группа авторов

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si no quieres quedarte sin ningún tiempo familiar, tendrás que proteger dicho tiempo. Asegúrate de organizar tu vida y ministerio de tal forma que te permita pasar tiempo con tu familia. Ellos necesitan el tiempo contigo. Tiempo de jugar y tiempo para las alegrías sosegadas del pensar, la contemplación o aun la lectura de un buen libro juntos. Es importante que haya momentos en tu vida familiar (salvo una emergencia) en las que papi sencillamente se encuentre en casa. Que este en la casa sin ningún otro plan que disfrutar a su familia.

      Algo de esta protección se realiza con la simple organización de tu tiempo y con el reservar momentos en los que no estarás disponible para la congregación a la que sirves. Es una buena idea que la congregación a la que sirves sepa que hay momentos en los que es mejor no llamarte y otros momentos en los que sus llamadas son bienvenidas. Habrá excepciones de emergencia, tales como enfermedades o muerte o una dramática crisis familiar las cuales sobrepasarán tu programa, pero es un buen ejemplo para los hombres que sirves y un estimulo para sus esposas el saber que el pastor tiene tiempos familiares y los protege.

      Seria muy prudente, para un pastor con hijos pequeños, el mantener su estudio y oficina de consejería en el edificio de la iglesia. Si trabajas en la casa, estarás distraído y no serás productivo. Tus hijos no entenderán por qué papi no puede “salir a jugar”. Si trabajas en el edificio de la iglesia, entonces cuando estés en casa, es para estar en casa.

      El hogar de un pastor está concebido para ser un hogar abierto. Tu quieres que tu familia se goce en ser hospitalarios y en usar cada don para ministrar la gracia de Dios a otros (Ver 1ª Pedro 4:9-10). Por esa misma razón, es muy importante que protejas a tu familia de perderse en el servicio a los demás. Hay una obvia tensión en esto. Tu hogar debería estar abierto para que otros puedan ser animados con la belleza y el gozo de una vida piadosa en el hogar. Al mismo tiempo, tu familia necesita tener el orden de una agenda ordenada y predecible.

      Si puedes mantener un balance apropiado en esto, encontrarás que el hogar de un pastor puede ser un lugar maravilloso para ministrar el evangelio. En una cultura en la que la vida familiar se ha deshecho. La gente está hambrienta de ver una familia en la que haya gozo y amor a Dios y a los demás. Tú puedes cultivar en tu familia un amor cordial en el usar el hogar y la vida familiar como un lugar de servicio a otros. Algunos de los recuerdos más preciados de nuestros hijos son de aquellos momentos en que los huéspedes rodeaban la mesa y disfrutaban, no solo una buena comida, sino también una suculenta conversación espiritual.

      Protege a tu familia por medio de guardar tu corazón de querer agradar a los hombres. La tentación será colocar encima de ellos las expectativas de otros en la congregación. Richard Baxter tiene una maravillosa sección en el Directorio Cristiano sobre el tema del temor del hombre.13 El demuestra cuán imposible es mantener a la gente satisfecha contigo. Tienes que agradar a una multitud y lo que le gusta a uno, desagradará a otro. A través de varias útiles paginas, muestra la imposibilidad de agradar al hombre y la libertad de tener que agradar a uno solo: Dios.

      Agradar al hombre no solo es imposible, Timoteo, es destructivo para ti y tu familia. Tu y María deben comprometerse a rehusar amablemente cualquier esfuerzo de las personas que sirves a establecer los planes de tu familia.

      Protege a tu familia de todas las decepciones y heridas del ministerio. Algunas de las heridas más profundas del ministerio pastoral son aquellas en las que alguien peca contra el pastor. Probablemente se hable de su bondad como si fuera maldad. O quizás es sometido a ataques falsos e injustos. No servirás en el mismo lugar por mucho tiempo sin pasar por estos tiempos de tribulación. No necesitas defenderte a ti mismo, tu Defensor es poderoso.

      Tu esposa e hijos necesitan protección durante estos momentos. Ellos sabrán que estas pasando por aguas tormentosas. Pueden orar y ser sensitivos contigo. Pero ellos, especialmente tus hijos, no necesitan ser arrastrados junto con tus decepciones, tensiones, heridas y temores. La necesidad que tiene María de conocer la situación es mayor que la de los niños, pero aun allí, puedes ahorrarle algunos de los pequeños detalles que solo le quitarían el sueño. La idea no es proteger a María por medio del pelear solitariamente en estos periodos de prueba. Son una sola carne y no puedes caminar solo. Aprende cómo hacer de María tu confidente sin que sea ella la que lleve la carga.

      Dios te sostendrá durante estas pruebas. Al otro lado de este clima tan duro siempre se encuentra un lugar de abundancia (ver Salmo 66:10-12). Cuando hayas atravesado seguro la tormenta, será una bendición para tu esposa e hijos el no tener detalles que olvidar o tener que pelear contra la amargura.

      Es una gran obra la obra del ministerio. Seguro que hay pruebas. Dios nunca nos dejar ir tan lejos sin ayudarnos a ver nuestra debilidad y profunda necesidad de Su poder y de Su capacitación. Y como Pedro lo dice en 1 Pedro 1:6-9, aun en medio de la prueba de nuestra fe en toda clase de pruebas, también tenemos un gozo inefable y glorioso. Yo tuve esa experiencia recién ayer. Mientras echaba mis cargas sobre el Señor, me quedé anonadado con un sentido de Su cuidado por mi y por la bondad y justicia de conocerle y servirle. Este gozo inefable y glorioso es nuestro aun en medio de las pruebas. ¡Que Dios tan poderoso servimos!

      Oramos a menudo por las constantes bendiciones de Dios sobre ti y tu familia.

      Corriendo la Carrera

      Pastor Ted Tripp

      Pd: Estos son un par de libros que te animarán en tu llamado de padre y esposo:

      1. Tu Familia, Como Dios la Quiere, por Wayne Mack (Mexico City, MX; Publicaciones Faro de Gracia, 2007).

      2. El Marido Integral, de Lou Priolo (Mexico City, MX; Publicaciones Faro de Gracia, 2007).

      3. Cómo Pastorear el Corazón de tu Hijo, Tedd Tripp (Walwallopen, PA: Shepherd Press, 1995).

      Ama a Tu Rebaño

      Ted Christman

      Querido Timoteo,

      ¡Saludos cordiales en nombre de nuestro Salvador! Fue maravilloso recibir tu última carta. Dianne y yo nos regocijamos de escuchar como el Señor te está estableciendo, no solamente como parte de la comunidad, sino especialmente en medio de tu propio pueblo. En nuestra intercesión familiar, un tema frecuente es que tu utilidad a las almas de los hombres crezca y crezca. Anímate en saber que en algunas ocasiones el Señor haya ensanchado nuestros corazones en relación a tus necesidades en una manera tal, que solo pudo ser expresada por medio de lágrimas y quebrantamiento. ¡Ojalá que estos corazones, a menudo fríos, distraídos y errantes, siempre fueran tiernos y sensibles!

      Por favor exprésale a María nuestra más profundo cariño. Ella es en verdad una esposa amada y fiel compañera. A menudo pensamos en nuestros primeros años en el ministerio y los peculiares desafíos que estos traen a la (a veces) solitaria vida de la esposa de un pastor. Por favor asegúrale que frecuentemente oramos por ella y que la amamos.

      Timoteo, quiero agradecerte por compartir la breve historia de tu iglesia, la encontré en realidad interesante. Estoy especialmente agradecido por tu evaluación espiritual de la congregación. Sé que la tarea te llevó tiempo, pero este es un ejercicio al que necesitas dedicarte continuamente. Te ayudará a discernir la dirección de Dios para el presente y futuro de tu ministerio. Por mi parte, el saber algo sobre la condición de tu rebaño me ayuda considerablemente a darte el consejo requerido.

      Me pediste que compartiera algunas ideas sobre el amar a tu rebaño. Accedo alegremente ya que es una preocupación como la de Cristo y muy noble. Al mismo tiempo, procedo con humildad ya que estoy dolorosamente consciente sobre mi propia deficiencia en amar a las ovejas como debería.

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